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El queso que es beneficioso para el colesterol y que limita la acumulación de grasa en el hígado

El queso que es beneficioso para el colesterol y que limita la acumulación de grasa en el hígado

Se ha demostrado que está relacionado con la bajada de triglicéridos.

Queso frescoGetty

Tradicionalmente el queso ha estado asociado con el aumento del colesterol y se lo ha tachado como un alimento graso poco recomendable. Sin embargo, no todos los quesos son iguales ni tienen los mismos efectos en el cuerpo. 

Patrick Marcellin, hepatólogo del hospital Beaujon y presidente de la Asociación para mejorar la asistencia a los pacientes crónicos de enfermedades hepáticas (APHC), destaca a Journal des Femmes su contenido en calcio y sus efectos positivos en la "coagulación de la sangre, conducción nerviosa, liberación de hormonas". 

"También son muy buenos para las personas que tienen el hígado congestionado o cansado o un hígado disfuncional que ya no es capaz de almacenar vitaminas y minerales como la vitamina D o el calcio, cuyas deficiencias son perjudiciales a todos los niveles", señala.

Según un estudio publicado en la revista Nutrición, metabolismo y enfermedades cardiovasculares, el consumo de lácteos mejoraba el perfil lipídico en sangre, reducía los triglicéridos y el colesterol, por lo que limitaba la acumulación de grasas en el hígado y la aparición de enfermedades como la esteatosis no alcohólica (EHNA). 

No obstante, Marcellin apunta que hay que consumir el queso con moderación no más de dos raciones de unos 30 gramos al día y hay que elegir quesos bajos en grasas. "El mejor queso para el hígado es el queso fresco de cabra o de oveja, pero también se puede optar por la ricotta, cancoillotte o requesón, el más bajo en colesterol", recuerda. 

Estos quesos tienen un contenido similar al requesón, que tiene 5 gramos de colesterol y 1 gramo de grasa. Por ejemplo, tal y como recoge la FEN, el queso fresco de Burgos cuenta con 11 gramos de grasa por cada 100 gramos.

La Fundación Española del Corazón recomienda el consumo principalmente de quesos frescos o requesón en una proporción que puede variar entre los 80 y los 125 gramos al día, lo que sería una porción. En esta categoría encajan el queso feta, el queso quark, la mozzarella, el ricota, el requesón o el queso fresco de Burgos.