El alimento 'dopado' de vitamina D que se come en otoño y es oro para la inmunidad y los huesos
Y además cuenta con numerosas variantes.
En otoño, con los días más cortos y un tiempo más inestable, la falta de sol puede provocar que estemos menos expuestos a la vitamina D, que para una correcta asimilación requiere unas cinco horas de sol al día. Sin embargo, esto no tiene por qué ser un problema siempre que se siga una dieta equilibrada.
Tal y como explica la doctora Magda Carlas en La Vanguardia, alimentos como el pescado azul y el marisco son algunos de los alimentos más ricos en vitamina D, pero también otros como la yema de huevo, los quesos grasientos o el hígado.
Pero hay un alimento propio de otoño que es muy rico en vitamina D, entre ellas en vitamina D3, conocida como "niacina" que consigue reducir fatiga y activar el sistema inmunológico, más expuesto en otoño. No es otra que las setas, que destacan por su contenido en esta vitamina, pero también en otros como vitamina A, riboflavina y niacina.
Tal y como recuerda la inmunología nutricional clínica María H. Bascuñana en su libro VitaminaDos mencionado en el citado medio hay una forma para aún más "enriquecer las comidas con vitamina D alimentaria natural".
Especialmente con las setas, Bascuñana recomienda comer las setas laminadas previamente expuestas al sol. Primero, se tienen que cortar las setas en láminas, posteriormente cortarlas en una bandeja sin que estas se solapen en las horas centrales del día, bastaría con 20 o 30 minutos en verano o 2 o 3 horas en otoño e invierno, cuando hay más nubosidad.
Entre las variantes con más vitamina D destacan los rebozuelos, las morillas y las setas blancas, aunque las setas shiitake destacan por su alto contenido en vitamina D4.