Dónde está el exceso de sal que consumes cada día
Los Estados Miembros de la OMS han acordado reducir en un 30% el consumo de sal de la población mundial de aquí a 2025.
Debes tomar cinco gramos de sal al día. Es la recomendación que la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece para los adultos en su último informe sobre el consumo de sal y sodio de 2020 (en el caso de los niños la cifra baja a los tres gramos si son menores de 7 años, y a los cuatro si están entre los 7 y los 10 años). Sin embargo, la mayoría de los españoles, y lo más probable es que tú también, sobrepasan este límite.
Según datos publicados por la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española (SED-LEHLA), el consumo de sal en España es el doble de lo recomendado por la OMS para mantener los valores de presión arterial en niveles aceptables. Es decir, utilizamos una media de 9,8 gramos diarios. Y lo peor es que en la mayoría de las ocasiones no somos conscientes. Porque, ¿sabrías decir dónde está esa sal extra que consumes cada día?
"El problema de la sal no es tanto la que nosotros añadimos a la comida sino la que llevan algunos alimentos en su composición", explica la doctora Nieves Martell, presidenta de la SEH-LEHLA. Cinco gramos de sal equivale a una cucharadita de café y nadie que cocina en casa utiliza tanto en la elaboración de un menú diario. "La sal no sólo está en nuestra mano (salero), sino también en los propios alimentos de forma natural (un 80% del sodio procede de productos no manipulados como la leche, el pescado, los huevos o la carne) o añadida en productos procesados. Entre un 20% y 30% del consumo de sal añadida procede del salero, y el resto (del 70% al 80%) de este otro tipo de alimentos", continúa la especialista. Esta sal envasada la encontramos en embutidos, alimentos enlatados (atún, anchoas, espárragos...), precocinados y snacks como encurtidos o frutos secos.
Este hecho es lo que hace especialmente complicado descubrir en qué medida estamos cumpliendo con las recomendaciones de la OMS o si nos estamos excediendo como así ocurre, tanto en España como en la mayor parte del mundo. Además las etiquetas de los alimentos no lo ponen demasiado fácil. Hasta el mes de diciembre, cuando entró en vigor la nueva norma para el etiquetado de alimentos envasados, se hablaba en términos de sodio en lugar de sal, lo que complicaba el cálculo. Porque... ¿cuánta sal aporta una bolsa de patatas fritas con 0,6 g. de sodio? "La sal está compuesta de cloruro sódico, de forma que para calcular la cantidad de sal que hay en un alimento debemos multiplicar la cantidad de sodio por 2,5", explica Martell. Así, en este caso, estaríamos hablando de 2,25 gramos de sal por cada 100 gramos de patatas fritas de bolsa.
¿Dónde se esconde la sal?
Igual que se cuela en los snacks, se encuentra en las latas de atún que se añade a la ensalada, en las aceitunas o en el pan de molde del desayuno.
En la alimentación, la sal puede provenir de alimentos elaborados, ya sea porque son particularmente ricos en sal (como platos preparados, carnes procesadas como el tocino, el jamón y el salame, quesos, tentempiés salados, fideos instantáneos, etc.), ya porque suelen consumirse en grandes cantidades (como el pan y los productos de cereales elaborados). También se añade sal a los alimentos durante la cocción (en forma de caldo o cubitos de caldo) o bien en la mesa (salsa de soja, salsa de pescado, sal de mesa).
La buena noticia en este asunto de la sal escondida viene de la panadería. A finales de 2008, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) puso en marcha un plan para bajar la cantidad de sal en la población, en el que se incluyeron campañas de comunicación y que se unió a una estrategia anterior para reducir cantidad incluida en el pan. De 2004 a 2009, el contenido bajó un 25%, pasando de 22 a 16,3 gramos por kilo de harina.
¿Por qué es importante reducir el consumo de sal?
Un consumo elevado de sodio (más de 2 gramos/día, equivalente a 5 gramos de sal por día) y la absorción insuficiente de potasio (menos de 3,5 gramos por día) contribuyen a la hipertensión arterial y aumentan el riesgo de cardiopatía y accidente cerebrovascular.
"La alimentación malsana es una de las principales causas de muerte y enfermedad a nivel mundial, y la ingesta excesiva de sodio es culpable en gran medida", señaló el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. Así, indica que según el último estudio de 2023, "la mayoría de los países todavía no han adoptado ninguna política obligatoria de reducción de sodio, por lo que sus poblaciones corren riesgo de sufrir infartos, accidentes cerebrovasculares y otros problemas de salud. La OMS insta a todos los países a poner en marcha las 'mejores inversiones' para la reducción de sodio, y a los fabricantes a aplicar los valores de referencia de la OMS para el contenido de sodio en los alimentos".
Cómo reducir el consumo de sal
Según el último informe de la OMS, las políticas y estrategias públicas deben crear entornos que permitan a las poblaciones consumir cantidades suficientes de alimentos salubres y nutritivos que constituyan una dieta sana, pobre en sal. Desde la organización plantean algunas estrategias:
- Desarrollar políticas públicas que garanticen la producción de alimentos más sanos, o que faciliten la accesibilidad económica de productos saludables.
- Colaboración con el sector privado para mejorar la accesibilidad y disponibilidad de productos hiposódicos.
- Sensibilizar a los consumidores sobre la necesidad de reducir el consumo de sal.
- Crear un entorno propicio para la reducción de la sal por medio de intervenciones en el plano de la política local y la promoción de ámbitos favorecedores de «una alimentación sana», como las escuelas, los lugares de trabajo, las comunidades o las ciudades.
- Vigilar el consumo de sal de la población, de las fuentes de sal en la alimentación, y de los conocimientos, las actitudes y los comportamientos de los consumidores respecto de la sal.
- Desarrollar programas de reducción de la sal y los que favorecen el enriquecimiento en micronutrientes de la sal, los condimentos o los aderezos ricos en sal (cubitos de caldo, salsas de soja o de pescado) pueden complementarse mutuamente.
A nivel de las acciones que se pueden llevar a cabo en el ámbito del hogar, la OMS realiza las siguientes recomendaciones:
- Evitar agregar sal durante la preparación de los alimentos
- No poner saleros en la mesa
- Limitar el consumo de tentempiés salados
- Escoger productos hiposódicos
Uno de los factores relevantes es la industria alimentaria. Para garantizar esta reducción del consumo de sal, la Organización Mundial de la Salud recomienda:
- Reducir progresivamente el contenido en sal de los productos, de modo que los consumidores se vayan adaptando al sabor y no busquen productos alternativos
- Difundir las ventajas de consumir alimentos menos ricos en sal por medio de actividades de sensibilización del consumidor en los puntos de venta
- Reducir la sal en los alimentos y las comidas que se sirven en los restaurantes y servicios de restauración; indicar el contenido de sal en las etiquetas de los alimentos y las comidas.