Desconectar del trabajo en vacaciones suena genial, pero ¿cómo?: claves para lograrlo de verdad
Desde saber marcar límites a jefes y compañeros a abordar la desmotivación en la vuelta a la oficina.
Revisar el correo desde la playa porque nuestra cabeza aún está pensando en tareas pendientes del trabajo. Tener que contestar una llamada del jefe con algo "que no puede esperar" que luego no es para tanto o recibir un WhatsApp de un compañero por algún asunto pendiente. Pasar los últimos días de vacaciones con la cabeza ocupada en todo lo que nos espera en la oficina al volver. Son escenarios bien distintos pero en el que más de uno se reconocerá: todos cogemos las vacaciones con el ánimo de desconectar y, durante unos días del año, no pensar en el trabajo, pero no siempre se consigue.
Ya sea por voluntad propia, porque no hemos logrado desengancharnos del todo, o porque nos requieran, el no llegar a desconectar en el verano puede tener sus consecuencias. Mireia Cabero, psicóloga docente de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y coach para el alto rendimiento, pone un ejemplo bien claro: "Como los deportistas de élite, si no descansamos nuestra musculatura mental y emocional después de los Juegos Olímpicos corremos el riesgo de iniciar la nueva temporada sin poder sostener toda su exigencia y sufrir roturas fibrilares. En nuestro caso, con roturas en el sistema nervioso (estrés, ansiedad generalizada y depresiones reactivas por burn-out en los casos más extremos y desmotivación, desencanto, bajo rendimiento y baja tolerancia al esfuerzo en el mejor de los casos)".
En otras palabras: "El sistema nervioso requiere de periodos de recuperación después de períodos exigentes de sobreesfuerzo". Así, como recuerda esta experta, las vacaciones suponen un periodo perfecto "para conectar con nuestras pasiones, el descanso y la socialización", elementos que favorecen "un reset y una renovación mental".
María Velasco, psicóloga del centro El Prado Psicólogos, llama la atención acerca la “falta de motivación, bienestar y placer" si nuestra mente se mantiene absorta en las responsabilidades laborales, lo que afectará "de manera directa a las relaciones interpersonales, descuidando y manteniendo tiempo de mala calidad con nuestro entorno más cercano".
"Además, el hecho de no desconectar plenamente del trabajo está directamente relacionado con la presencia de agotamiento emocional, aumentando la irritabilidad, la falta de motivación y el riesgo de aparición de problemas de salud mental más graves como puede ser la ansiedad, depresión o trastornos del sueño entre otros", enumera.
Cómo marcar límites a jefes y compañeros
Si esa falta de desconexión se produce porque puntual o constantemente nos están requiriendo desde la oficina, Cabero señala que "debemos aprender a proteger, con respeto a las demás personas y con honestidad, nuestros espacios de recuperación personal y familiar sin sentirnos culpables y sin hacer sentir culpable a quien ha 'interferido' en nuestra pausa necesaria".
Como aconseja, "sin enfadarnos" y con un "tono honesto" hay que hacer saber a la otra persona que "agradeceríamos poder proteger nuestros días de pausa para hacer aquello que ahora es importante y necesario: recuperarnos de unos meses intensos para regresar pudiendo ser una propuesta de valor para nuestro equipo".
Velasco recomienda además "establecer límites laborales previos a las vacaciones de verano". Entre ellos, propone los siguientes:
- Establecer una forma de contacto secundaria. Así ,en caso de emergencia, tendrán una opción alternativa para comunicarse y esa persona podrá brindar la ayuda necesaria hasta tu incorporación.
- Notificar tu periodo vacacional y la forma de contacto secundario, ya sea a través del email o de cualquier otra aplicación, para que tu entorno laboral sepa cuándo y cómo pueden contactarte.
- Si tu trabajo requiere que estés en contacto de manera continuada, establece previamente un horario determinado y notifícalo a tu entorno de trabajo más inmediato.
- Antes de responder o establecer contacto laboral puntual, prioriza tus necesidades y valora si realmente es algo urgente o puedes delegarlo a tu contacto elegido como soporte en este periodo vacacional.
Pautas para lograr un 'fuera de la oficina' de verdad
Antes de coger las deseadas vacaciones, Velasco recalca que, para poder desconectar de verdad, es importante asegurarse "de que los proyectos o tareas asociadas al trabajo están organizadas" y que se han "asignado las responsabilidades a un tercero que pueda hacerse cargo del trabajo en ese periodo".
Otra manera eficaz de facilitar esta desconexión pasaría por "desactivar las notificaciones asociadas al trabajo en los dispositivos que utilicemos en las vacaciones y reducir el tiempo de uso de las mismas" para eliminar la tentación. "En relación a esto, puede ayudar el crear un mensaje automático que se mande cada vez que se pongan en contacto contigo en ese periodo", subraya.
Según esta psicóloga, en general "lo más importante es dedicar tiempo de calidad a aquellas actividades que nos generen satisfacción y bienestar, para poder estar presentes en el momento de las vacaciones" y desconectar efectivamente de las "responsabilidades y preocupaciones laborales".
Cabero también menciona la necesidad de unas vacaciones con "consciencia", a medida de "lo que estamos necesitando": "Donde haya equilibrio entre lo que me hace bien, como puede ser el descanso, el silencio y la contemplación; con la socialización, la intensidad del disfrute, y de practicar las pasiones de cada uno; con la preparación de una nueva visión, misión profesional, y marca personal para preparar un nuevo año profesional con sentido y autorrealización".
Dejar de rumiar para disfrutar hasta el final
Aunque a muchos aún les quedará lejos el momento, es frecuente que cuando llegan los últimos días de las vacaciones, la cabeza entre en modo ‘ya toca volver’ y a abrumarse con todas las tareas que aguardan en la oficina. María Velasco admite que es normal "sentirnos desmotivados y con ciertas resistencias cuando se acerca el momento de reincorporarnos al trabajo", pero da claves para "manejarlo de manera óptima".
La primera sería ir modificando la rutina: "Cuando estamos de vacaciones no nos preocupamos por el reloj y generalmente no tenemos que establecer horarios marcados. Ajustar gradualmente los mismos nos puede ayudar a tener una transición más suave al entorno laboral".
También se pueden establecer proyectos y objetivos laborales, que ayuden a "cambiar la perspectiva" y brindar más motivación. Una vez hemos retomado el trabajo, propone "incluir actividades gratificantes" al terminar la jornada, lo que generará "mayor bienestar emocional". Por último, recomienda apoyarse en el entorno para compartir "las emociones y sensaciones", algo que ve beneficioso "para aliviar la desregulación emocional", así como ser paciente: "La actitud y la perspectiva con la que mires este nuevo periodo tendrá un impacto directo en tu bienestar emocional".
Cabero, por su parte, propone tres pautas que se pueden recordar casi a modo de mantra "para generar un mindset favorable a la reincorporación":
En el presente lo que es del presente: "Hasta que no llegue el día de reincorporarnos, nuestra responsabilidad es vivir y poner nuestra atención a las experiencias presentes. Atender el presente reduce ansiedades, anticipaciones y malestares y nos facilita poder resolver los retos del presente (útil también para el día de la incorporación poder atender también las desmotivaciones del momento)".
Buscar oasis de motivación entre la desmotivación: "Recuperar el sentido, misión y significado personal de nuestra profesión y nuestro trabajo. Recordar los valores, principios y placeres que respeta o nos ofrece nuestro trabajo nos enfoca a implicarnos y comprometernos de nuevo".
Diálogos internos saludables: "Ojo con lo que nos decimos. Nuestros pensamientos y monólogos interiores nos programan interiormente, ya sea para el disfrute y el alto rendimiento como para el desgaste anticipado y la desmotivación".