Decidí dejar de tomar dulces 8 semanas para mantener a raya el azúcar: así me fue el experimento
Los primeros efectos de su desintoxicación del dulce aparecieron a partir del segundo y tercer día.

La relación que tenemos con los dulces suele ser complicada para la mayoría de las personas. Y, al final, podríamos decir que lo que pasa es que lo dulce llama a lo dulce. Y es el cuento de nunca acabar. Así que la cuestión no es prescindir de ello necesariamente, sino averiguar cómo podemos tener una relación más sana con ellos.
Según los nutricionistas, el proceso a seguir se basa en que el deseo constante de dulces se alimenta de una ingesta insuficiente de proteínas. Tal y como ha explicado una de estas expertas, Heike Niemeier, a Vogue Italia, "si no se incluyen suficientes proteínas en la dieta diaria, aparecen rápidamente los antojos, es decir, los antojos de azúcar". «La razón es muy sencilla: ante una deficiencia de proteínas , el organismo carece de su sustento más importante, y esto genera la sensación de hambre. A corto plazo, esto último se puede calmar con azúcares, pero el problema es que el cuerpo no obtiene lo que realmente necesita, proteínas, lo que provoca una mayor sensación de hambre . Por lo tanto, para evitar el consumo excesivo de azúcar, es necesario aumentar la ingesta de proteínas”, añade Niemeier.
Pero cómo saber cuándo somos adictos al dulce y cuando no. Esta experta responde que "hablamos de adicción a la comida cuando sientes que no puedes tomar decisiones libres o controlar tus antojos ". Además, otro indicador de adicción es el sentimiento de culpa, añade. "Las personas que sufren adicción al azúcar son conscientes de su incapacidad para dejar los dulces y se sienten culpables".
Eso es exactamente lo que me pasó que le pasaba a la periodista alemana, experta en belleza y salud, Desirre Oostland. Así que decidió embarcarse en una desintoxicación del azúcar, según escribió posteriormente en la misma publicación. Y empezó una experiencia de no comer ningún tipo de azúcar procesado en más de ocho semanas.
Después de esta prueba, la autora decía que se estremcía "al pensar en la cantidad de azúcar que consumía antes de hacer este cambio drástico en su dieta". Y relata cómo durante 32 años ha sido "la típica golosa", es decir, una persona que lleva siempre algo dulce en el bolso, la que siempre pedía postre dulce y la que se compraba una tableta de chocolate con leche a la salida del gimnasio.
Y cuenta todo lo que cambió en su vida cuando dejó el azúcar. "El primer día sin azúcar me reveló lo difícil que puede ser superar la fuerza del hábito. Varias veces mientras trabajaba, tuve la tentación de ir a buscar algo dulce de la máquina de snacks, y durante los primeros tres días, tuve que hacer un esfuerzo titánico para resistirme". "De hecho", como explica Niemeier, "los efectos de la desintoxicación del azúcar aparecen al cabo de dos o tres días, mientras que la abstinencia se produce al cabo de unas horas. En mi caso, sin embargo, la tentación fue desvaneciéndose poco a poco. Lo compensé con un café extra, sin azúcar, por supuesto, o con un té matcha , o con un yogur con frutos rojos añadidos".
Después de una semana aproximadamente, notó, sin embargo, que se sentía más en forma . "Por la mañana me levantaba mucho más rápido y, cuando escribía, podía concentrarme mucho mejor. En general, sentí una sensación de ligereza, tanto física como mental. Dormí mejor por la noche y durante el día me sentí más relajado", realta. Y, en la actualidad, después de varias semanas de vivir esta experiencia, la autora dice: "Ahora noto que estoy más centrada y en forma, además de que, mientras tanto, he perdido un poco de peso, lo cual, por cierto, no estaba entre mis objetivos".
Así que, en conclusión, destaca Heike Niemeier, "para algunos basta con reducir la ingesta de azúcar, pero en mi caso fue necesaria una pausa drástica". "Haber abandonado por completo el azúcar industrial, aunque sólo fuera por unas semanas, fue, para mí, la premisa esencial para establecer una relación sana con esta sustancia. Ahora, al final de mi viaje de 8 semanas, he descubierto que puedo controlar mis antojos de dulces. Y esto es exactamente lo que quería lograr", agrega.