Cómo practicar la caminata afgana, otra forma de salir a andar llena de beneficios
Tanto para el cuerpo como para la mente.
Caminar es una de las mejores actividades físicas para la salud, con la ventaja de que se puede practicar a cualquier edad y sin necesidad de un equipamiento técnico muy sofisticado. Con un calzado cómodo y ropa adecuada a la temperatura basta para disfrutar de un momento al aire libre y mover el cuerpo.
Existe una variante llamada caminata afgana o marcha afgana que, al requerir una respiración consciente, agrega beneficios tanto para el físico como para la mente.
De esta manera, además de cuidar el sistema cardiovascular, se consigue una mayor oxigenación y mejorar la postura corporal, además de ayudar con el estrés.
Como recuerda Telva, fue el investigador Édouard G. Stiegler en los años 80 quien, en durante una misión en Afganistán, se percató de la resistencia física de los nómadas, acostumbrados a recorrer a pie largas distancias.
Para practicarla, hay que lograr la sincronización entre los pasos y la respiración, por lo que caminar se convierte prácticamente en una meditación. Tan es así, que también hay quien lo llama yoga de senderismo o senderismo meditativo, cita la revista.
"Se practica de la misma manera que los nómadas afganos: con una proporción de respiración por paso de 3-1/3-1", aconseja Telva. Esto se traduce en que hay que inhalar por la nariz durante los primeros tres pasos, se retiene el aire en el cuarto paso y se exhala en los tres siguientes hasta vaciar los pulmones al final.