La prensa extranjera atiza a Ana Obregón: un columnista italiano la tumba con sólo seis palabras
La presentadora vuelve a aparecer en los medios internacionales tras admitir que usó el semen de su hijo Aless para convertirse en abuela de una niña
El caso de Ana Obregón ha traspasado de nuevo nuestras fronteras y ha sido noticia en numerosos portales digitales. Medios internacionales de gran repercursión como Los Angeles Times, el Daily Mail o People se han hecho de la información revelada este miércoles: la niña nacida por gestación subrogada en Estados Unidos es de su hijo Aless, fallecido hace tres años, y por tanto la bióloga y presentadora de televisión es la abuela de la criatura. Ana usó el semen de su hijo fallecido para, a través del vientre de alquiler, poder tener a Ana Sandra, el nombre que ha recibido la pequeña.
La rocambolesca historia ha suscitado numerosas reacciones dentro y fuera de nuestro país. La mayoría de medios internacionales se han limitado a contar de una manera exacta los entresijos sorprendentes de este relato y sus consecuencias políticas. La BBC inglesa escribía: "La revelación inicial de Ana Obregón de que había pagado por la maternidad subrogada en los EE UU provocó la ira de los ministros del gobierno de izquierda y provocó un debate nacional". El Telegraph, más sensacionalista, aprovechaba la situación para recordar el presunto affaire de la presentadora con el exfutbolista David Beckham. "Socialite vinculada a David Beckham genera debate sobre subrogación por su bebé recién nacido", titulaba.
En Francia, el diario Liberatiòn titulaba con una pregunta: "¿'Egoísta' o 'valiente'?". El medio también hace repaso a la vida de Obregón entre su faceta de actriz, pasando por sus "romances sexuales", sus "cirugías" y todas sus polémicas.
En el "Il Corriere della Sera" italiano, su columnista Massimo Gramellini también dedica su opinión de este jueves a hablar de una manera clara y rotunda sobre este asunto. "Ahora, la ciencia incorpora tragedia y telenovela, proponiendo un escenario distópico (...) Lo que piensa la mujer que dio a luz al niño no lo conocemos, ni lo que pensará la niña cuando llegue a la edad de la razón (aunque uno se lo puede imaginar). Nos tenemos que conformar con lo que piensan el difunto Aless y su madre Ana: él quería un hijo aun muerto, y ella una hija que se pareciera a su hijo muerto. Mirándolo a contraluz, puede incluso parecer una historia de amor. Entonces, ¿por qué deja un regusto indefinible en el interior? Admito que no puedo ponerle un nombre a mi malestar. Sólo puedo compartirlo con el lector. Al no encontrar respuestas, me permito el lujo de una pregunta: ¿todos los deseos son realmente derechos?". Una columna de opinión con una cuestión final de seis palabras que recoge, en gran medida, la opinión que muchas personas tienen sobre este espinoso asunto.