¿Por qué algunos 'millennials' parecen no envejecer? Cuatro expertas responden

¿Por qué algunos 'millennials' parecen no envejecer? Cuatro expertas responden

Desde hace meses internet se pregunta por qué muchos miembros de esta generación parecen haber hecho un pacto con el diablo mientras la generación Z parece más adulta. 

Anne Hathaway, Andrew Garfield y Nicola Coughlan, tres millennials que han hecho un pacto con el diabloGetty Images

"Estamos deprimidos, así que estamos en casa todo el día y no dejamos que el sol envejezca nuestra piel". Es una de las frase con las que un tiktoker respondía bromeando a una de las preguntas sobre las que se debate intensamente en redes sociales desde hace meses: ¿por qué parece que los millennials no envejecen?

La pregunta suele venir acompañada con ejemplos de imágenes de rostros conocidos como Anne Hathaway, Andrew Garfield o Nicola Coughlan, que parecen haber hecho un pacto con el diablo, pero también de usuarios de Instagram o TikTok que revelan su edad para pasmo de sus seguidores.

En esa supuesta pócima de juventud que parecen haber tomado los millennials no solo influye su aspecto, sino su manera de vestir, más juvenil que la que lucían los treintañeros hace treinta años, o el propio estilo de vida. Un estilo de vida no siempre elegido, sino en ocasiones impuesto y derivado de los problemas de acceso a la vivienda y la posibilidad de independizarse o el retraso de la maternidad y paternidad.

Según las cuatro expertas consultas en este reportaje, los millennials están más preocupados de los cuidados que necesita la piel, especialmente de aplicarse protección solar y hacerse tratamientos preventivos, algo que inevitablemente se nota.

“Creo que son más conscientes de los cuidados que hay que tener en la piel. Además recurren al cuidado de la piel no por un consejo de alguien o de internet, sino que van al médico a que los aconseje y quizás otras generaciones más jóvenes se fijan más en lo que ven por internet”, explica la doctora Elena Moreno, médica estética de la Clínica FEMM.

“Ha calado el mensaje que dermatólogos, farmacéuticos y expertos en el cuidado de la piel llevan décadas defendiendo: el sol es el factor que más envejece la piel”
Elena Ramos y Marta Barrero, farmacéuticas y expertas en dermocosmética y fundadoras del salón de belleza The Secret Lab

Según ella, ve diariamente cómo se han interiorizado pasos como utilizar protección solar siempre. “Lo vemos en la consulta. Yo siempre pregunto por sus cuidados y la mayoría de la gente responde que se la pone a diario. Se nota un cambio de tendencia”, asegura. Es algo en lo que coinciden Elena Ramos y Marta Barrero, farmacéuticas y expertas en dermocosmética y fundadoras del salón de belleza The Secret Lab, que creen que ha calado “el mensaje que dermatólogos, farmacéuticos y expertos en el cuidado de la piel llevan décadas defendiendo: el sol es el factor que más envejece la piel”.

“Cumplir el paso fundamental de aplicarse la fotoprotección en la rutina diaria repercute directamente en la salud y en el aspecto de nuestra piel, visiblemente menos fotoenvejecida que las de generaciones anteriores”, defienden las expertas. Además, Ramos y Barrero recuerdan que es una generación que ha crecido con más información sobre activos como “el retinol, la vitamina C o los ácidos exfoliantes” y que ha asumido la importancia de la prevención. “La generación millennial es consciente de cuáles son los signos del envejecimiento y opta por integrar desde edades más tempranas que otras generaciones productos y hábitos preventivos en su rutina. Esto incluye una mayor inversión en tratamientos de calidad, tanto en casa como en centros especializados, y una actitud más abierta hacia procedimientos no invasivos como los peelings químicos, dermapen, tratamientos con láser IPL...”, citan las expertas.

La dermatóloga Almudena Nuño, del Instituto de Medicina y Dermatología Avanzada (IMDA), cree que existen dos factores fundamentales por los que los millennials parecen más jóvenes y, por el contrario, algunos miembros de la generación Z aparentan más años de los que tienen. “Por un lado los millennials empiezan a tener conciencia de cuidarse y no solo cuidarse a nivel de cremas, sino también de ejercicio, hábitos de comida y demás, y lo que pasa con las generaciones siguientes es que yo creo que también se cuidan pero, por ejemplo a nivel de tratamientos estéticos se cuidan en exceso. No todo el mundo, pero hay gente muy joven que se ha hecho mucha estética y eso lleva a algo que puede estar muy perfecto pero con un efecto antinatural que les haga parecer mayores”, explica la doctora.

La diferencia entre los 'millennials' y la generación Z

El aspecto que buscan los millennials es muy diferente al de la generación Z y en eso tienen mucho que ver las redes sociales y el acceso a los tratamientos estético. Mientras que los más jóvenes nacieron con ellos, la generación que va de los 30 a los 40 tuvo una adolescencia sin smartphone y en la que la cirugía o los tratamientos estéticos eran un lujo y, en ocasiones, algo que se ridiculizaba. 

En este sentido, Almudena Nuño cree que los Z sufren más presión estética. "El abuso de tratamientos como fillers de hialurónico o bótox  en la generación Z viene muy dado por influencia de las redes sociales, no solo porque los tratamientos estén accesibles pero también porque hay mucha presión. Sabemos lo de los filtros, el síndrome de snapchat y hay mucha presión por estar perfectos", cuenta la dermatóloga, que cree que algunas personas de esa edad terminan pareciendo iguales porque quieren las mismas facciones.

"Cuando se empezó a hacer la estética veíamos caras muy exageradas y es algo que a los millennials les da mucho miedo y tienen claro que no quieren eso. Sin embargo, las generaciones siguientes han perdido ese miedo"
Almudena Nuño, dermatóloga del Instituto de Medicina y Dermatología Avanzada (IMDA)

"Buscan mucho aumentar labios, la nariz muy respingona, los foxy eyes —muy rasgados—, y eso hace que tengan un aspecto similar y que en muchas ocasiones se haga una estética un poco excesiva que lleva al efecto de parecer mayor", defiende Nuño, que revela que con los millennials existe "el efecto contrario" por cierto miedo. "Cuando se empezó a hacer la estética veíamos caras muy exageradas y es algo que a los millennials les da mucho miedo y tienen claro que no quieren eso. Sin embargo, las generaciones siguientes han perdido ese miedo que tienen los millennials que quieren siempre un resultado más discreto", cuenta la dermatóloga, que cree que también es labor del profesional educar a los pacientes y explicarles que ciertos procedimientos no tienen sentido en algunas edades. 

Ramos y Barrero también coinciden en que "el acceso a los cuidados estéticos se ha democratizado y diversificado, tanto por disponibilidad (ya que la cantidad de centros de estética ha crecido exponencialmente) como por las tarifas de los tratamientos, ahora mucho más asequibles que hace décadas". "Por otra parte, se ha perdido ese “miedo/respeto” a las intervenciones de carácter estético, especialmente a las infiltraciones (ácido hialurónico, bótox, rellenos dérmicos…), principalmente porque los avances en la tecnología y la ciencia han hecho que este tipo de tratamientos sean más seguros, menos invasivos y requieran tiempos de recuperación más cortos", reconocen. 

Eso sí, las farmacéuticas creen que para algunas personas la pandemia supuso "un punto de inflexión" y que ahora buscan "un aspecto natural y saludable en lugar de esos cambios drásticos que antes se asociaban a la medicina estética" que pase por cuidar la calidad de la piel. "Esta tendencia ha impulsado el uso de procedimientos estéticos como una forma de mantener y realzar la apariencia, en lugar de modificarla drásticamente", detallan Ramos y Barrera. Unos tratamientos que podrían encajar con las preferencias de los millennials que citaba la doctora Nuño. 

"Si te haces un tratamiento abusivo pues terminamos viendo a gente con 25 años sobrepinchada que parece mayor que una persona de 40 que igual se ha hecho otro tipo de tratamiento"
Elena Moreno, doctora de medicina estética de la Clínica FEMM

Por su parte la doctora Elena Moreno cree que puede ser positivo hacer tratamientos preventivos poco drásticos, pero no porque una infiltración ácido hialurónico o un pinchazo de bótox sea malo, sino porque no es necesario o apropiado en ciertas edades o momentos. "El abuso en edades muy jóvenes hace parecer que los tratamientos estéticos son inapropiados, pero no es así, lo que importa es el cómo se hace y el cuándo. En las edades tipo 20 años e incluso 30 hay que hacer tratamientos preventivos porque una persona de 25 años no va a tener arrugas marcadas en la frente", recuerda. 

"Si te haces un tratamiento abusivo pues terminamos viendo a gente con 25 años sobrepinchada que parece mayor que una persona de 40 que igual se ha hecho otro tipo de tratamiento", sentencia la doctora. 

Mejor prevenir que curar, pero con cabeza 

Las cuatro expertas coinciden en que si el envejecimiento o la calidad de la piel es una preocupación, existen decenas de tratamientos para ello. "Hay tratamientos para mejorar la calidad de la piel o preventivos, como el plasma, la radiofrecuencia, los láseres... No todo son inyecciones que por supuesto los utilizamos cuando hace falta", recuerda Almudena Nuño. 

"A partir de los 25 años nuestro cuerpo empieza a ralentizar la producción natural de colágeno lo que significa que, poco a poco, nuestra piel irá perdiendo elasticidad, firmeza, tono....Es un proceso biológico por el que todo el mundo va a pasar", explican Ramos y Barrero, que creen que en estas edades tiene sentido prevenir utilizando una rutina con principios activos adecuados. 

Las expertas señalan que se pueden complementar estas rutinas con tratamientos en cabina, pero no procedimientos invasivos. ¿Por qué? "Puede ser totalmente contraproducente, alterando esa armonía y equilibrio facial tan bonitos y maravillosos propios de la juventud: disminución de la expresividad facial, atrofia muscular o un aspecto general que no va con la edad de la persona. Eso por no hablar de que no siempre se realizan diagnósticos adecuados y profesionales, lo que puede agravar aún más la situación", advierten las farmacéuticas. 

"Desde nuestra experiencia y conocimientos, si hablamos de tratamientos preventivos el objetivo principal debe ser mantener la salud de la piel, por ello nosotras nos enfocamos más en priorizar cuidados básicos como la protección solar, la hidratación, el uso de antioxidantes y seguir una rutina de cuidado adecuada para la edad", aseguran. Además, insisten en el papel que juegan los profesionales a la hora de tratar a los pacientes más jóvenes: "Es responsabilidad de los profesionales guiar y asesorar a estos jóvenes, desde un enfoque ético y comprometido". 

Es una responsabilidad a la que también alude la doctora Elena Moreno: "Hay que explicar las cosas y hacerlas cuando hay que hacerlas, contárselo, porque a veces te vienen pidiendo con 19 años que les pongas pómulo y les subas la ceja, y no".