Laura Baena: "Es necesario mostrar en redes la realidad de la maternidad, el dolor, lo sucio y lo feo"

Laura Baena: "Es necesario mostrar en redes la realidad de la maternidad, el dolor, lo sucio y lo feo"

La fundadora del Club de Malasmadres habla para El HuffPost sobre su recorrido como voz de la conciliación y la maternidad real en España y presenta su nuevo vídeopodcast, El Confesionario de Malasmadres.

Laura BaenaMaximo Garcia de la Paz

En 2013 Laura Baena necesitó contar al mundo lo 'mala madre' que se sentía por no llegar a todo. Desde entonces no ha dejado de escuchar testimonios de otras mujeres que, al igual que ella, se sentían frustradas por no cumplir el papel de superwoman que se les había impuesto. Por aquel entonces su desahogo era una cuenta de Twitter. Sin embargo poco después se convertiría en el Club Malasmadres que, a su vez, dio pie a crear la asociación Yo No Renuncio.

Su voz, cargada de vivencias tan reales como la vida misma, enganchó a miles de seguidoras que, gracias al humor, a la ironía y a la naturalidad con la que se compartían los testimonios, encontraron un refugio de comprensión y un lugar libre de prejuicios. Todas iban cayendo en la cuenta de que algo había fallado en el relato idílico de la maternidad que les había acompañado toda la vida y, al mismo tiempo, se desquitaban de gran parte de culpa al comprender que la mayor parte de los problemas a los que se enfrentaban eran estructurales y no individuales.

Todo ello dio pie a hablar de empoderamiento, de conciliación, de renuncia laboral, de igualdad, de feminismo... Y derivó en una lucha social diaria que pretende liberar a la mujer para que "viva y no sobreviva" a la maternidad. Baena trasladó esta charla a un exitoso podcast que ahora acaba de lanzar su spin-off. Hace tan solo unas semanas Laura Baena estrenó, de la mano de Podium Podcast, su nuevo altavoz El Confesionario de Malasmadres. En este podcast charlará junto a sus invitadas sobre maternidad, autocuidado o identidad femenina. Toni Acosta, Tania Llasera, Lucía Jiménez, Cristina Boscá y Ana Brito son algunas de las famosas que han hablado con la andaluza y se han declarado 'malas madres'.

En noviembre Malas Madres cumplió una década, ¿Qué crees que ha cambiado en la vida de las mujeres de tu entorno en estos diez años?

Pues yo creo que lo principal es que siento que las madres somos un poquito más libres, por lo menos en compartir lo que sentimos. Eso no quiere decir que hayamos ganado ninguna batalla y que no nos quede todavía mucho por reivindicar. A partir de mi historia empezaron a llegar muchas madres que quisieron compartir su maternidad real, sin tantos filtros y compartiendo no solo lo bonito de la maternidad, sino también lo duro que es o el malestar que siente por distintas circunstancias.

Pero, aunque hay como esa tendencia a contar la verdad de la maternidad, creo que nos queda todavía mucho camino. Los nuevos modelos que van llegando también también nos arrastran un poco a sentirnos siempre madres insuficientes, que no llegamos a todo... Nos genera mucha frustración. 

¿Qué es lo que te hizo estallar, sentirte mala madre y decidir, sobre todo, compartir ese sentimiento en redes sociales?

Pues fue un poco un choque. Un choque entre las expectativas que yo tenía de lo que de lo que iba a ser mi maternidad y de lo que luego era. Bueno, entre lo que realmente nos venden como la madre perfecta (la madre que tenemos que ser) y lo que luego realmente vivimos. Me sentía engañada. Y es verdad que eso se acrecienta cuando vuelves al trabajo y ves que todo el mundo espera de ti algo que no eres. Espera que sigas siendo la misma profesional, pero te das cuenta de que conciliar la vida de madre con la vida profesional es súper complicado, por no decir casi imposible en esta sociedad.

"Llegué a la maternidad hace 10 años y cuando salí del hospital los únicos referentes que tenía eran las portadas de las revistas.Y claro, yo salí con una barriga de 8 meses y pensando... ¿Esto qué es?"
Laura Baena

Para mi compartirlo fue un desahogo. Yo siempre digo que fue una como una terapia, una manera de no perder la cordura. Decir, oye, yo me siento mala madre, pero habrá más mujeres seguro que se sientan como yo. Y esa necesidad social sigue estando a día de hoy, porque todavía siguen llegando madres primerizas están sintiendo lo mismo y que dicen: “Menos mal que estáis para para encontrarme como en un lugar al que pertenezco”. Esta comunidad no pretende abogar por un modelo de maternidad, sino por respetar todos los modelos.

¿En qué momento profesionalizas ese ‘desahogo’?

En el momento en que un sentimiento individual conectó con la necesidad social. Por aquel entonces yo seguía trabajando como supervisora creativa y estaba llegando al límite con la conciliación personal, así que renuncié a mi carrera profesional. Al renunciar yo empecé a dedicarle más tiempo a Malasmadres y vi que realmente había una necesidad de hacer cosas, de generar un movimiento y de crear una comunidad. Fue cuestión de ir dedicándole más tiempo.

La primera fiesta de Malasmadres que hicimos fue como un punto de inflexión, una declaración de intenciones. Quedó claro que queríamos revolucionar la maternidad y que queríamos cambiar el modelo social de madre. Y a partir de ahí empezaron a llegar proyectos, empezaron a llegar ideas. Le dediqué más tiempo. Empecé a hacer equipo. Esa renuncia que yo tuve se convirtió luego en la lucha social de la asociación y en un activo social y político, desde entonces trabajamos en la formación de empresas y de familias y en dar servicio a esas mujeres que no pueden conciliar para ayudarlas en el día a día. Tampoco hay que olvidar que, si por algo nace el club de Malasmadres, es para reírnos de un intento fallido por ser la madre perfecta y para desmitificar y desdramatizar. Para luchar, pero también reírnos de todo esto.

Por eso es algo muy bonito también lo que está pasando con el podcast. Es algo muy chulo porque es un sentimiento transversal. De repente una profesora desde su casa dice, “es que me siento súper identificada con lo que estáis contando Toni Acosta en el confesionario” y viceversa. Porque la maternidad nos atraviesa a todas. Evidentemente es mucho más dura cuando no tienes recursos y cuando tienes que renunciar a tu trabajo porque no puedes seguir adelante, pero hay una parte de malestar, de soledad, de sentimiento que nos une a todas.

El confesionario de Malasmadres

En tu nuevo podcast, El confesionario de Malas Madres hablas con rostros tan conocidos como Toni Acosta, Tania Llasera o Cristina Boscá... ¿Van a sorprender los testimonios de tantas mujeres famosas declarándose ‘malas’ madres?

Pues es que las conversaciones están siendo como muy personales. Al final como tenemos esa relación, ponerse el podcast es como escuchar a dos amigas confesándose mientras se toman un café. Se genera ese ambiente cercano. Muchas veces cuando termina la grabación dicen “ay, he contado demasiado”. Pero pienso que esa es la clave de Malasmadres: hablar. Porque si no, nosotras mismas seríamos cómplices de seguir invisibilizando la maternidad. Precisamente en todos los confesionarios sale la culpa, la culpa como eje fundacional del problema de las madres.

Nos hemos acostumbrado a ver referentes, actrices, presentadoras, escritoras... Mujeres que son referentes para nosotras, que son madres, pero no sabemos nada de ellas como madres y es una parte fundamental de su vida e historia. Ese es un poco también el objetivo del confesionario.

¿Piensas que las influencers a través de redes sociales como instagram han romantizado la maternidad?

Pero no solo la maternidad, está pasando con todo y es un problema grave que tenemos. Se nos está metiendo una presión de ser la madre perfecta, que yo no soy, tener un cuerpo perfecto que yo no tengo, la piel perfecta que tampoco tengo. Y de esa tiranía del filtro y de la perfección en la que estamos metidos en las redes sociales. Es impresionante. Hay una disociación total entre lo que somos y lo que parecemos ser o lo que queremos ser. Nosotras hemos reflexionado mucho sobre el contenido que hacemos para Malasmadres y queremos que, se muestre lo que se muestre, sea real.

"El 87% de las mujeres ha renunciado a algún aspecto laboral al convertirse en madre por no poder llegar a todo"
Laura Baena

Cuando tú tienes una comunidad y muchos seguidores tienes que buscar la honestidad y ser consciente de la responsabilidad que tienes para con quien te escucha, te lee y te ve. Yo salgo sin filtros y al final parece una rebeldía. Con la maternidad pasa igual, porque yo llegué a la maternidad hace 10 años y cuando salí del hospital los únicos referentes que tenía eran las portadas de las revistas y la televisión... Y claro, yo salí con una barriga de 8 meses y pensando... ¿Esto qué es? Nadie nos había mostrado esas realidades. Ahí tuve un tránsito duro de aceptación corporal y de aceptación. Así que pienso que es necesario mostrar la realidad de la maternidad, mostrar el dolor, mostrar lo feo, lo sucio, para que luego tú, cuando lo vivas no te sientas sola y pienses que solo te pasa a ti. Con eso ayudas muchísimo y no por eso estás denostando la maternidad o negativizándola

¿Has comentado alguna vez que la maternidad es el techo de cristal de la carrera profesional de muchas mujeres? Yo no sé si en todos estos años has encontrado la solución para que esto no siga sucediendo. Alguna propuesta, alguna clave...

Bueno, son 10 años ya casi de lucha por la conciliación... Esta semana presentábamos el último estudio y salen datos alarmantes, como que el 85% de las mujeres se sienten solas cuando llega la maternidad o que el 87% de las mujeres ha renunciado a algún aspecto laboral al convertirse en madre. El principal motivo ha sido no poder llegar a todo y cuidar.

En este sentido, la idea es trabajar por políticas públicas, por empresas comprometidas y por todo el activo social y político que hacemos. Entender que los cuidados también son una responsabilidad laboral. El día de la madre presentamos 12 medidas en las que llevamos trabajando estos años. Vamos dando pequeños pasos como los permisos igualitarios de maternidad y paternidad, porque los padres no se están corresponsabilizando lo suficiente con el cuidado...

¿Crees que ellos también tienen ese sentimiento de ‘malos padres’?

A ver, haberlos, haylos... Llamémoslos unicornios. Los datos son los que son. Los padres claro que hacen más que antes, pero no están haciendo lo suficiente y, sobre todo, aquellos que hacen no están dispuestos a romper sus silencios cómplices. Necesitamos padres que sean referentes, que rompan esos silencios y que digan, oye, yo cuido porque quiero cuidar y disfrutar de mi paternidad y eso no está ocurriendo. No queremos que se sientan atacados, sino que sientan que realmente necesitamos hacer equipo.

¿Crees que actualmente la igualdad todavía es muy superficial de puertas para dentro con temas como la maternidad?

La igualdad sigue siendo un espejismo. Lo que pasa es que mi generación, cuando la estudiamos, nos la creímos. Nos creímos la igualdad aparente y nos creímos que íbamos a salir al mercado laboral, a luchar en las mismas oportunidades y derechos. Y ahora sabemos que no. Ahora sabemos cuál es el porcentaje de mujeres líderes. Ahora sabemos cuáles, cuáles son los techos de cristal, ahora sabemos las dificultades, ahora se conocemos las trampas de la igualdad y de la conciliación.

Infiltrados
Un proyecto de Ikea

Realmente estamos totalmente dominadas por los hombres a todos los niveles porque han construido un mundo por y para ellos. Hay que tener mucho cuidado porque estamos totalmente atrapadas por modelos que nos sacan de la vida pública y que nos sacan del mercado laboral para seguir siendo esta madre amantísima que debe responder a esos mandatos patriarcales.