La 'Zorra' de Nebulossa representará a España en Eurovisión 2024

Zorra, el himno feminista del dúo alicantino Nebulossa, ha dado este sábado la gran sorpresa en la final del Benidorm Fest y representará a España el próximo 11 de mayo en Eurovisión 2024 al ganar con la máxima puntuación del jurado - junto con el bolero de St. Pedro - y ser la favorita del televoto. Una apuesta transgresora y reivindicativa que ya era la canción más escuchada de la edición, con más de 2,2 millones de reproducciones en Spotify, y que también se había convertido en un fenómeno viral desde su lanzamiento. Una heredera del Ay, mamá de Rigoberta Bandini, pero con un estilo más desenfadado y festivo que ahora llegará a los oídos del público europeo. 

Inmersos en una fiesta retro con tintes de cabaret y hombres bailando con corsé y botas de tacón alto, este derroche glam entre lo clandestino y lo prohibido del grupo se coronó como la vencedora de la preselección española con 156 puntos, 17 más que su principal rival. Un éxito colosal para un grupo con sólo cinco años de vida que apenas contaba con seguidores hasta la fecha. La valentía de su apuesta y el carácter irreverente de la misma han elevado hasta el triunfo un tema que mezclando sintetizadores, melodías de los 80 y una estética kitsch, sirve como canto al empoderamiento y a la libertad. En definitiva, reapropiarse de un insulto machista para convertirlo en todo un grito empoderado. "Todas las mujeres nos hemos sentido alguna vez insultadas y denigradas", aseguraban hace unas semanas en una entrevista a El HuffPost.

María Bas (55) y Mark Dasousa (47), los integrantes de Nebulossa, están casados, tienen dos hijos y regentan una peluquería. La música, para ellos, ha sido siempre un hobbie que se tomaban muy en serio. En 2020, lanzaron su primer single, La Colmena, y, apenas un año más tarde, su primer álbum de estudio, Poliédrica de mí. En ese disco se incluía Glam, escogida Mejor Canción del 2021 por el jurado de Indie Cool. Tras el éxito de su primer LP, Nebulossa cantó en algunas salas de Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga, Zaragoza y Ponferrada, entre otras, y fueron ganadores del concurso Studio Mans y nominadas a los premios Pop Eye como Grupo Revelación. Ahora les llega el momento de enfrentarse al duro reto de acudir a Eurovisión y de intentar poner fin a los más de 50 años de sequía eurovisiva para España, aunque ya han conseguido que su himno feminista vaya a resonar en toda Europa. 

"Es una labor muy grande llevar esta canción a Eurovisión. Es una manera de decir que todas necesitamos estar en igualdad de condiciones y que no haya más marginación en cualquier sector. Hemos resignificado la palabra 'Zorra'", decía una emocionada María en la rueda de prensa posterior. Además, la vocalista ha asegurado que en la final se ha sentido mucho más tranquila y más "súper zorra" que en el pase de la semifinal del pasado martes. "Nosotros ya nos sentíamos ganadores por el tremendo cariño del público", ha añadido. 

Pese a lograr el apoyo de jurado y televoto, los dos han admitido también estar "en shock" por la victoria y han bromeado con su edad. De momento, arrancan su periplo eurovisivo rompiendo una estadística: serán los representantes españoles de más edad en la historia del festival, superando los 41 años de Betty Missiego en 1979.  "Más que un grupo emergente somos un grupo de emergencia", ha dicho entre risas Mark. Ellos, sin duda, son el claro ejemplo de que el éxito y la fama pueden llegar en cualquier momento de la vida. Y más si eres una "zorra de postal". 

St. Pedro, el favorito, se conforma con el segundo puesto

En una noche más igualada de los previsto, la medalla de plata fue para el canario St. Pedro y su bolero Dos Extraños (Cuarteto de cuerda), que desde diciembre había sido encumbrada como la favorita de la edición. El tinerfeño deslumbró sobre el escenario del Palau d’Esports l'Illa de la turística ciudad alicantina con un bolero clásico de notas caribeñas que puso la nota elegante y sofisticada de la noche. El romanticismo y el desamor que desprende su cuidada letra impregnó por completo una puesta en escena que el canario arrancó portando en su mano derecha una rosa roja para luego arrojarla al suelo, un lamento sentimental que también pretendió reforzar con las siluetas de cuatro bailarinas como símbolo del dolor por un antiguo amor. St. Pedro interactúa con ellas durante partes de su canción para transmitir ese desgarro profundo de la decepción y el desconsuelo, siempre acompañado de la delicadeza de la melodía y su voz cálida. Fue también el más votado por el jurado junto con Nebulossa, aunque el televoto le acabó dejando en el segundo puesto tras la combinación de ambos resultados. 

El bronce de la noche fue para Angy por su apuesta rock Ahora sé quién soy, con la que la mallorquina quiso hablar sin tabúes sobre los miedos, la depresión, la ansiedad o la importancia de la salud mental. Acompañaba el indudable talento vocal de la artista balear y su factor interpretativo, al mostrar con una gestualidad notable los difíciles estados de ánimo que ella misma ha sufrido en primera persona y que la alejaron de la música durante los últimos diez años. Su regreso, sin duda, ha sido glorioso gracias a este Benidorm Fest. 

La actuación de Angy quedará para el recuerdo, al igual también que la sexy interpretación de Jorge González, el favorito del demoscópico y cuarto clasificado de la noche. El exconcursante de OT prometió subir la temperatura con su canción Caliente y lo hizo desde su arranque con cuatro de sus bailarines dentro de una ficticia sauna llena de (excesivo) vapor. Para el resto de su actuación, el artista explotó todos los tópicos posibles -impecable su vestuario con un pantalón estrecho negro y detalles con motivos florales cubriendo su torso - para compactar una actuación subida de pulsaciones donde la coreografía jugó un papel predominante. Probablemente, era el pack más fiable para lograr un buen resultado para España en Eurovisión, pero se quedó sin opciones de triunfo por un lapsus del artista con la letra del tema y también por la mala valoración del comité de expertos.

Quejas del equipo de Almácor por los fallos en su actuación

El Benidorm Fest también nos ha regalado la oportunidad de disfrutar en el prime time televisivo de un portento vocal e interpretativo como el de María Peláe, quien apabulló con su magnífica actuación de Remitente, una carta en forma de canción que recuerda la matanza indiscriminada de civiles en febrero de 1937 tras la caída de Málaga en plena guerra civil. Su escenografía, la más artística y también la más impactante, mostró con crudeza el horror y la muerte con la ayuda de cuatro bailarines que emergían de sus fosas para retratar la mayor de las miserias humanas. 

Una candidatura redonda a la que, quizá, algunos dieron la espalda para no repetir la fórmula fracasada del flamenco tras la participación de Blanca Paloma en Eurovisión. Aunque ella misma, horas antes, reivindicaba la diversidad de estilos y propuestas dentro de este género. "¿A que tú puedes pedirte de primero un guiso y de segundo tortilla de papas? Pues ambas cosas, tienen papas. Y no son lo mismo", señalaba en un tuit con su habitual gracia la artista malagueña. Pese a no ganar y quedar sexta, perdurará su imponente actuación y su valiente propuesta para la reivindicación de la memoria histórica.

Tampoco partían con muchas posibilidades el homenaje al surrealismo español de Sofía Coll, con cambios de vestuario e imponente baile durante su actuación de Here to Stay, o la coreografía gestual de Miss Caffeina para denunciar las críticas y los juicios de valor tan habituales en nuestros días con su enérgica Bla Bla Bla. Fueron los dos menos votados de la noche. Mientras, Almácor tuvo que conformarse con la quinta plaza pese a que muchos consideraban que Brillos Platino, su tema urbano, debía ser la opción elegida como representación de la música que más suena en España en 2024. Su equipo, eso sí, denunció públicamente en redes sociales un "boicot" en su actuación por problemas en sus efectos digitales y en la pirotecnia que lastraron su presentación. RTVE pidió disculpas en boca de los presentadores de la gala, Ruth Lorenzo y Marc Calderó, pero no aceptó que se repitiera su actuación para enfado evidente del público presente en el Palau.

Fue el manchón más oscuro en una noche en la que España decidió librarse de sus complejos para enviar a Eurovisión una apuesta sin grandes pretensiones, pero con un mensaje reivindicativo muy potente y todavía necesario en estos tiempos. Las "zorras de postal" van a dar mucho de qué hablar en Europa.