La razón de peso por la que los asientos y las ventanas de los aviones no están alineados
No es por seguridad.
Los hay quienes disfrutan cada viaje en avión que realizan mientras que otros se mueren de miedo cuando no les queda otra que subirse a uno para llegar a su lugar de destino. Entre el primer tipo de perfil, suele ser habitual que los asientos con ventanilla sean los más cotizados.
Para los que gozan de la suerte de tener miedo a volar, ver las cordilleras montañosas que se van traspasando, las nubes, el cielo o las bellas estampas cuando se sobrevuela el mar hace el trayecto más disfrutable. Si eres de esos, quizás te hayas molestado porque desde tu asiento con ventanilla hayas tenido que estirar el cuello cual grulla y, aun así, hayas visto más pared que paisaje.
La realidad es que hay un motivo de peso por el cual los sitios de los aviones no están alineados con la ventanas y, a pesar de que lo a priori puedes haber pensado, no tiene que ver con cuestiones de seguridad.
Un motivo económico
Los fabricantes de los aviones diseñan las filas y los espacios de los aviones de tal forma que los asientos estén perfectamente alineados con las ventanas. Una práctica que no siguen las aerolíneas, que prefieren aumentar la capacidad de asientos aunque con ello se tenga que reducir, en cierta medida, la comodidad del viajero.
De este modo, las compañías suelen añadir filas adicionales a las contempladas en el diseño como una forma de abaratar costes y aumentar la capacidad de usuarios, aunque con ellos se reduzcan los espacios. Esta razón puramente económica explica esa desalineación entre asientos y ventanas en los aviones, además de otra queja habitual entre las personas altas: la dificultad para estirar las piernas.