La familia vasca de los superyates conquista los océanos con una facturación de 23 millones de euros
Una historia de éxito.
La historia de la familia vasca de Astondoa es una historia de éxito. Sus orígenes se remontan a a principios del siglo pasado, cuando fabricaban barcas de pesca en Portugalete, pero hoy la tercera generación se dedica al mercado de los yates.
Jesús Astandoa, fundador de la empresa, levantó un astillero en la localidad vasca donde, además de barcas, construían traineras. Entre ellas, tal y como recoge La Vanguardia, la famosa Virgen de Guía, triunfadora en varias regatas.
A pesar del buen funcionamiento de la empresa, esta se resintió durante la Guerra Civil y Segunda Guerra Mundial, aunque posteriormente siguieron trabajando construyendo barcas de rescate. Se adentraron en el negocio de los yates gracias a la segunda generación de los Astandoa, que decidió trasladar el negocio a Santa Pola, en Alicante.
“La elección de esta parte de Alicante fue estratégica: está a la misma distancia de la Costa del Sol que de Barcelona y estamos muy cerca de Ibiza y Mallorca. La proximidad con nuestros clientes mandaba y aún manda”, declaró a La Vanguardia Jesús Astondoa, consejero delegado y tercera generación de la familia.
A día de hoy el de Santa Pola no es el único astillero de la empresa, tienen otros en Albacete y Almería, y en total facturan casi 23 millones de euros.