Neymar contamina en seis horas lo que tú no contaminarás en medio año
El internacional brasileño y el ecologismo, cuestiones que parecen incompatibles.
Neymar es, oficialmente, nuevo jugador del Al Hilal. El sábado, el club de la liga saudí organizó una gran fiesta en el estadio de King Fahd de Riad para presentarlo a él y al portero Yassine Bono como sus nuevas estrellas. Sin embargo, la llegada del internacional brasileño a Arabia Saudí ha estado también envuelto en la polémica. Esta vez por cuestiones medioambientales.
Neymar llegó solo a la capital saudí a bordo de un Boeing 747 perteneciente a la flota de la familia real saudita. Un capricho que, según el portal Xataka, generó aproximadamente 230 toneladas de emisiones de CO2 en apenas seis horas de vuelo. Estas emisiones son 32 veces más del promedio que genera una persona a lo largo de un año, una cifra que ronda las 7 toneladas de dióxido de carbono.
El Boeing 747 en el que Neymar aterrizó en Arabia Saudí pertenece al príncipe Al Waleed bin Talal Al Saud, que se lo compró a Air China después de que la aerolínea dejase de volar con ellos. El avión cuenta con lujos como 10 butacas-cama de primera clase, 42 sillones de clase ejecutiva y 292 asientos estándar de clase económica. Ponerlo a volar cuesta cada hora 23.000 euros, una muestra más del poder económico del club saudita.
Neymar y ecologismo, incompatibles
La llegada de Neymar al Al Hilal ha puesto de relieve la indiferencia que muestra el jugador brasileño con las cuestiones medioambientales. De hecho, el futbolista debe pagar más de 3 millones de euros en Brasil por no respetar las leyes medioambientales del país al construir un lago y una playa artificial en su mansión a las afueras de Río de Janeiro.
Según un informe publicado en julio de este año, se detectaron decenas de infracciones en la vivienda: el desvío de cursos de agua, la extracción no autorizada de agua de los ríos, así como el movimiento de tierras. Sin embargo, la sanción no pareció importarle a Neymar, que después de la multa organizó una fiesta en la que, según medios locales, acabó bañándose en el lago ilegal.
La llegada de Neymar a Arabia Saudí no parece haber modificado los planteamientos del internacional de Brasil respecto al medio ambiente. Entre las condiciones que ha puesto al club saudí para su fichaje se encuentra una mansión de 25 habitaciones con una piscina de 400 metros cuadrados y tres saunas y una flota de siete coches de alta gama, además de un chofer disponible las 24 horas del día, siete días a la semana.
El caso de Neymar no es único. Los vuelos en jet privado, que utilizan estrellas como Taylor Swift, Post Malone o Drake, contribuyen en gran medida a elevar las emisiones de gases de efecto invernadero del sector de la aviación. Un reciente estudio reveló que apenas el 1% de los viajeros de avión genera el 50% de estas emisiones.