La historia de amor de Julián Muñoz e Isabel Pantoja: del 'dientes, dientes' a la desesperanza entre rejas
El exalcalde de Marbella, que ha fallecido este martes, mantuvo una mediática y polémica relación con la tonadillera Isabel Pantoja que le colocó en el punto de mira de la prensa rosa.
"Todo surge por culpa de Luis Gallardón, él es el culpable, porque nombra imagen de Madrid a Ana Belén y yo en la campaña dije que era una idea cojonuda". Con esta singular declaración comenzó Julián Muñoz, fallecido este martes 24 de septiembre, la narración de su relación con Isabel Pantoja en la docuserie No es la hora de la venganza, es la hora de la verdad. Ese fue el inicio de la historia de amor con la que el exalcalde de Marbella y la tonadillera ocuparon infinidad de portadas de las revistas del corazón durante lo cuatros años que estuvieron juntos... y algunos años después.
Como él mismo reconoció, el que era alcalde de la ciudad malagueña en 2003 encontró en su homólogo madrileño la inspiración para elegir a la que era la folclórica más popular de España como imagen de la ciudad de Marbella.
Durante meses, Muñoz y Pantoja se dejaron ver en numerosas ocasiones juntos, aunque su relación era meramente profesional y algunas veces Mayte Zaldívar, su mujer, iba con ellos. Hasta que los rumores sobre un posible romance acapararon la atención mediática.
Fue entonces cuando Muñoz decidió dar una rueda de prensa junto a su mujer y su gente de confianza en el consistorio para desmentir esos rumores, asegurando que Pantoja y él solo eran amigos, y confirmar que no se iba a separar de Mayte Zaldívar. "Tuve muy poca vergüenza haciendo esa rueda de prensa. Quería estar con Isabel Pantoja, pero no me quería separar de Mayte", confesaba. "Entonces era el rey del mambo, hoy siento vergüenza y dolor", afirmaba y explicaba que algunos de sus primeros encuentros secretos tuvieron lugar en el apartamento de la tonadillera de Guadalpín y en Cantora.
'Dientes, dientes' y bolsas de dinero
Dos meses después, la pareja confirmó lo que ya era un secreto a voces. En un ambiente festivo, sin nada que ocultar, aparecieron juntos en El Rocío y se dejaron fotografiar en actitud cariñosa, entre besos y arrumacos. A partir de entonces se hicieron inseparables y se convirtieron en la pareja de moda para el papel couché. Hasta que las cosas se empezaron a complicar: en el verano de ese mismo año, el político fue expulsado de la alcaldía por una moción de censura.
Mientras el caso Malaya comenzaba a sobrevolar a Julián Muñoz y a Isabel Pantoja, su exmujer —que se convirtió en asidua de tertulias y programas del corazón— aprovechó el tirón mediático para vengarse de ellos concediendo varias entrevistas. Fue en una de ellas cuando hizo saltar las alarmas al afirmar que en su casa "entraban bolsas y bolsas de basura repletas de dinero cuando mi exmarido ejercía como alcalde de Marbella". Declaraciones que trascendieron la crónica social y ocuparon titulares en todos los medios generalistas que señalaban al alcalde por corrupción y malversación.
Fue precisamente en esos meses de felicidad de la pareja cuando Isabel Pantoja pronunció una de las frases que han pasado a la historia de la prensa rosa. Dirigiéndose a él mientras los periodistas les perseguían en busca de una foto y unas declaraciones, ella le recomendó: "Dientes, dientes, que eso es lo que les jode".
El 17 de julio de 2006, Julián Muñoz fue detenido como presunto autor de delitos de cohecho y malversación de fondos público y el 21 de julio se decretó prisión incondicional.
Isabel Pantoja, entre rejas
La entrada del exalcalde de Marbella en la cárcel fue el verdadero punto de inflexión de la historia de amor de la tonadilerra y el político. Mientras los fotógrafos vivían apostados a las puertas de la prisión de Alhaurín de la Torre (Málaga), Muñoz desahogaba su angustia escribiéndole desesperadas cartas de amor a la tonadillera, a la que cada vez sentía más distanciada. En ese tiempo llegó a pedirle matrimonio, pero tuvieron que pasar casi 100 días para que la madre de Kiko Rivera accediera a visitarle por primera vez en la cárcel. En la segunda, Julián Muñoz dio su relación por terminada.
El 2 de mayo de 2007, Isabel Pantoja fue detenida acusada de la comisión de varios delitos contra la hacienda pública y de blanqueo de capitales. Después de 48 horas en comisaría salió en libertad bajo fianza a la espera del juicio. Finalmente, el 21 de noviembre de 2014 ingresó en la prisión de Alcalá de Guadaíra, en Sevilla, para cumplir con los dos años de pena a los que había sido condenada. El 2 de marzo de 2016 salió en libertad condicional.
Recuperar a su familia, su prioridad
Julián Muñoz tendría que haber pasado más de 20 años en la cárcel por las condenas de varios delitos, pero su deteriorado estado de salud le permitió salir de prisión sin cumplirlas en su totalidad. Sufrió un ictus y tenía graves problemas cardiovasculares y respiratorios.
Esas enfermedades justificaron que en 2016 se le concedise un grado que se le revocó tras fotografiarle bailando en un tablao flamenco con su nueva pareja hasta a altas horas de la madrugada. Finalmente, en junio de 2021, se le concedió la libertad condicional por su enfermedad “grave e incurable”.
Esos años en los que ha vivió privado de libertad, le sirvieron para acercarse de nuevo a su familia, sus dos hijas —Eloísa y Elia— y su exmujer, a las que pidió perdón públicamente por todo lo sucedido en varias ocasiones. Ellas, incluida Mayte Zaldívar —también condenada a tres años de prisión por blanqueo de capitales— son las que permanecieron a su lado durante sus últimos años.
"Yo dejé a mis hijas tiradas”, reconoció en la docuserie que se emitió en 2022 en Telecinco. "Joder lo que me he perdido, pero es que además no se puede recuperar. Me gustaría poder convertirme en un beso o en dos y pegarme a ellas. No sé cómo hacerlo, no sé cómo llegar al fondo de su alma para que olvidaran esos momentos, pero eso no se puede olvidar”, afirmaba entre lágrimas.
El arrepentimiento por haber abandonado a su familia marcaron sus últimos días. Y así lo volvió a confirmar en su última entrevista, solo unos días antes de morir: "Después de la vida que he llevado, sentirme querido... Eso, amigo, es el mejor fin de vida que puedo tener. Tengo miedo a morirme, sí, pero no por lo que pueda dejar. Está todo bajo una persona maravillosa, que es Mayte. Me da miedo lo que hay por allí. Lo mismo es un camino de rosas, pero lo mismo no hay nada".
Al lado de sus hijas y con el apoyo incondicional de su exmujer —con la que se volvió a casar de mutuo acuerdo a finales del mes de mayo— pasó las últimas semanas, cuando le fue diagnosticado el cáncer irreversible que finalmente acabó con su vida.