Federico X, de príncipe fiestero a rey de Dinamarca
Después de 52 años en el trono, Margarita de Dinamarca ha cedido la corona a su hijo este domingo.
Desde su juventud Federico de Dinamarca ha estado acostumbrado a ocupar decenas y decenas de portadas de la prensa rosa: por sus romances, sus salidas de tono, sus noches de juerga... La última hace apenas un par de meses, cuando se publicaron las imágenes con Genoveva Casanova en Madrid. Sin embargo, la decisión de Margarita de Dinamarca de abdicar en su favor este domingo le obliga a dar carpetazo a esa vida y dedicarse plenamente a ser Federico X, el nuevo rey de los daneses.
A pesar de la polémica que le ha rodeado en los últimos meses, el nuevo monarca es extremadamente popular entre los ciudadanos. Según una encuesta publicada días antes de la abdicación de Margarita II, el 84% de los daneses apoyan a Federico de Dinamarca como rey. Todavía es mayor la popularidad de su mujer, la australiana Mary Donaldson, que asciende al 85%. La subida al trono de Federico X conlleva un cambio más en la familia, el paso al frente del príncipe Christian, que acaba de cumplir 18 años, como nuevo heredero a la corona.
“No quiero encerrarme en una fortaleza. Quiero ser yo mismo, un ser humano”, declaró hace unos años el nuevo monarca sobre sus intenciones al suceder a su madre. Hace dos años, en las celebraciones del jubileo de la reina, Federico también bromeó sobre sus diferencias: “Tú pintas, yo hago ejercicio. Tú excavas objetos enterrados del pasado, yo enterré mi cabeza para no ser reconocido durante mi etapa en las fuerzas armadas. Tú eres una maestra con las palabras, yo en ocasiones no soy capaz de encontrarlas”.
Calificado por algunos periodistas daneses como un royal “con los pies en la tierra”, de él se espera que siga un estilo más moderno y cercano que el de su madre pero mateniendo la tradición de la monarquía danesa que ha mantenido a flote a la institución durante siglos.
Una juventud rebelde
Al contrario que Margarita II, Federico Andrés Enrique Christian nació el 16 de mayo de 1968 con un propósito claro: cuando llegara el momento sería rey de Dinamarca. Ese destino supuso una auténtica losa para él, ya que recuerda su infancia acompañado de su hermano, el príncipe Joaquín, pero alejado del afecto de sus padres y criado por institutrices. Después se convertiría en un adolescente atormentado por su futuro que terminó canalizando sus frustraciones en fiestas, carreras con deportivos de lujo y romances.
“Vi mi vida apagarse y que de pronto tendría que comportarme como un completo adulto. Fue muy incómodo. Sobre todo porque no había mucha gente que pudiera explicarme lo que eso suponía”, reveló en un documental emitido en la televisión danesa con motivo de su 50º cumpleaños.
En sus años de juventud el entonces heredero recibió apodos como Príncipe fiestero o Príncipe turbo, por su afición a la velocidad, que dio a su familia más de un disgusto. El 1992 la policía lo detuvo junto a otro grupo de personas por hacer trompos y maniobras peligrosas con un coche y los controles de alcoholemia resultaron positivos. La reina tomó entonces la decisión de mandarlo a estudiar a Harvard después de que algunos parlamentarios sugirieran retirarle sus derechos de sucesión.
Según la prensa danesa fue en Estados Unidos donde comenzó a darse cuenta de las responsabilidades del cargo, y allí permaneció unos meses completando los estudios en Ciencias políticas que había iniciado en la Universidad de Aarhus, convirtiéndose en el primer royal danés en completar una carrera universitaria. Posteriormente estudió un máster en el que presentó una tesis sobre política exterior en los países bálticos y trabajó durante unos meses en la misión de Dinamarca en Naciones Unidas y en la embajada del país en París.
En año 2000 conoció a la abogada Mary Donaldson en un bar de Sídney durante los Juegos Olímpicos y empezaron una relación a distancia consiguiendo que la reina, que en un principio no veía a la australiana con buenos ojos, les diera su permiso para casarse en 2004. La nueva reina consorte, quien según Federico hizo que se tomara en serio su rol, es uno de los grandes activos de la corona y ha dedicado parte de su trabajo como princesa a poner el foco sobre temas sociales como la soledad o la salud mental.
Una transición paulatina
A pesar de que la abdicación de Margarita II pilló por sorpresa a la mayoría, lo cierto es que los problemas de salud que había tenido en los últimos años han hecho que Federico de Dinamarca se haya ido incorporando poco a poco a la actividad, sustituyendo a su madre en algunas ocasiones, especialmente después de su operación en febrero del año pasado, cuando ejerció como regente durante unos días mientras ella se recuperaba.
Además, por su condición de heredero participaba en el Consejo de Estado que preside el monarca y del que forman parte todos los ministros del gobierno, actualmente presidido por la socialdemócrata Mette Frederiksen. El nuevo rey también ha estado presente en algunas de las reuniones que Margarita de Dinamarca mantenía con sus primeros ministros.
En los últimos años también ha sido habitual que los príncipes Federico y Mary realizaran visitas de Estado al extranjero en representación de la Corona y que acompañaran o sustituyeran a la reina al recibir a mandatarios, como sucedió en noviembre con los reyes Felipe y Letizia, por lo que se espera que la transición no sea brusca.
Medio ambiente y deporte, sus grandes preocupaciones
A pesar de que en Dinamarca la Constitución recoge que los monarcas no deben involucrarse en cuestiones política, sí pueden resaltar algunas preocupaciones que puedan resultar comunes para el conjunto de los daneses. En el caso de Federico, el nuevo rey ha estado especialmente involucrado en cuestiones medioambientales y en promover que su país abrace las energías renovables.
Una defensa que comparte con su madre, que en su último discurso de Año Nuevo recordó que las consecuencias la crisis climática "ya están aquí y son extremas". El nuevo monarca no ha dejado de intentar concienciar sobre la cuestión climática desde la Cop15 que se celebró el Copenhague en 2009 y el pasado diciembre viajó a Dubai para participar en la reunión de este año.
Además, ha intervenido en medios de comunicación como la cadena CNN o el diario económico Financial Times y ha participado como autor en algunos libros con la intención de visibilizar este problema. A través de su fundación como príncipe heredero, ha destinado fondos para promover, entre otras cuestiones, expediciones científicas especialmente en Groenlandia o las Islas Feroe, territorios de ultramar de Dinamarca.
Junto con el medio ambiente, el deporte como medio para un estilo de vida saludable ha sido otra de sus obsesiones. El propio Federico ha participado en expediciones en Mongolia y Groenladia además de correr maratones, competir en un Ironman en Copenhague y participar en carreras náuticas. Para conmemorar su 50º cumpleaños en 2018 puso en marcha la conocida como Carrera real, en la que participan él mismo y su familia y que se ha mantenido hasta este año llegando a alcanzar los 70.000 participantes.
Entre 2009 y 2021, cuando decidió abandonar su puesto para asumir más responsabilidades en la corona, Federico formó parte del Comité Olímpico Internacional representando a Dinamarca. Entre sus objetivos dentro de la institución estaba promover el deporte entre los más jóvenes, una intención que probablemente mantendrá desde el trono.
El organigrama familiar, un posible quebradero de cabeza
Además de los asuntos de Estado, Federico de Dinamarca tendrá que enfrentarse a la tensa situación con su hermano menor, el príncipe Joaquín. A pesar de que su madre se adelantó y retiró los títulos de príncipes a sus cuatro hijos para reducir la monarquía, Joaquín todavía sigue manteniéndolo y, a pesar de vivir en Estados Unidos, podría querer representar a la Corona.
La decisión de la reina Margarita sentó mal a su hijo pequeño, que no ha dudado en expresar su malestar en público y a señalar la dificultad de ser el segundo hijo, sin un camino claro dentro de la institución, de igual manera que hizo en su día el príncipe Harry. Esa tensión no desaparecerá con la subida al trono de Federico de Dinamarca, que tendrá que lidiar con la situación del príncipe Joaquín y su mujer, la princesa Marie, que no ha viajado a Dinamarca para presenciar la proclamación de su cuñado.
También deberá afrontar el papel de su primogénito, ya que pasa a ser el heredero al trono. Cuando cumplió 18 años el pasado octubre, la casa real danesa confirmó que el joven renunciaría a su asignación oficial hasta que cumpliera los 21 años y que ese sería el momento en el que comenzaría a desarrollar más activamente sus funciones de representación mientras que, por el momento, seguiría apareciendo en actos oficiales concretos como ha hecho hasta ahora.
Lo que no se espera que sea un problema es el matrimonio entre los nuevos reyes, Federico y Mary, que vieron cómo su relación ocupaba las portadas por las fotografías del entonces príncipe con Genoveva Casanova. La casa real ya aseguró entonces que no comentaba este tipo de rumores y la subida al trono de la pareja refuerza todavía más la posición de la nueva consorte, muy valorada por los ciudadanos por adaptarse a Dinamarca después de mudarse desde su Australia natal.