Adiós a los madrugones para ir a clase: un estudio descubre los beneficios de empezar tarde el horario escolar
Tienen en cuanta principalmente los cambios en los ritmos circadianos que se producen en la adolescencia.
Madrugar para ir a clase al colegio o el instituto es todo un reto para los alumnos. Los hay a los que le cuesta despegarse las sábanas y esto se refleja en su capacidad de atención y en su rendimiento académico. De ahí que algunas ciudades e institutos estén probando con retrasar la hora de entrada al centro escolar con exitosos resultados.
Ejemplo de ello es lo que han hecho en la ciudad finlandesa de Forssa, donde todos los centros han pactado retrasar su entrada a las nueve de la mañana. El director educativo de la localidad, Jarmo Pynnönen, cuenta al diario finlandés Yle, que "las clases más tardías han tenido un gran impacto no solo en los estudiantes sino también en el personal". "Antes del inicio de la docencia, el personal puede, por ejemplo, celebrar reuniones sobre el bienestar de los estudiantes o reunirse con los tutores", explican.
"El inicio más tardío de la escuela ayuda a prolongar un poco el sueño y tiene efectos positivos en la capacidad de los jóvenes para afrontar la situación", señala al citado medio la profesora e investigadora del sueño Anu-Katriina Pesonen de la Universidad de Helsinki. Esto, según la investigadora, se ha plasmado en las estadísticas de ausencia a primeras horas de la mañana y en que en las clases se disfruta de un ambiente más relajado.
Los resultados de las escuelas finlandesas no son los únicos positivos. En EEUU hay toda una iniciativa para atrasar los horarios de las clases. California y Florida han sido dos de los Estados que han aprobado leyes imponiendo para todo el sistema escolar público horas de inicio mínimas: las ocho de la mañana para alumnos de entre 10 y 13 años, y a las ocho y media para los de entre 14 y 18.
La iniciativa parte de asociaciones científicas como la Academia Americana de Medicina del Sueño y la Academia de Pediatría, la Asociación Médica Americana y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Un estudio de 2022 publicado en el Journal of Clinic Sleep Medicine en el que se analizaban 28 escuelas que retrasaron sus horarios de inicio entre 1999 y 2017, apuntó aun 10% de mejoría en la graduación de los alumnos y un 7,44% en el caso de los que tenían dificultades socioeconómicas, además incrementó un 3% los niveles de asistencia.
Científicamente, esto estaría relacionado con los cambios en los ciclos circadianos que se producen en la adolescencia, cuando la liberación de melatonina se va retrasando hasta alcanzar su punto máximo entre las 23:30h y la medianoche.