Inteligencia Artificial en la educación: qué cambios trae consigo esta herramienta ya imparable
Docentes, una estudiante y expertos en educación, psicología y ciberseguridad analizan sus usos y posibles riesgos.

"Reducción de habilidades críticas" e, incluso, "posibles sesgos y errores". Estas son algunas de las desventajas que el propio Chat GPT señala al ser preguntado por el uso de inteligencia artificial generativa en el ámbito educativo. Habla también de la falta de interacción humana en el aprendizaje y dice a su favor que es un soporte disponible "24/7" (las 24 horas de los siete días de la semana) o que automatiza las tareas repetitivas.
En cualquier caso, "la inteligencia artificial (IA) tiene que ser una herramienta, no la herramienta", afirma desde el Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación de Profesorado (INTEF) su jefe de servicio de experimentación educativa, Jose Luis Fernández, a El HuffPost. Su uso está cada vez más extendido y así lo corrobora el último estudio en esta materia realizado por Google e Ipsos, Nuestra vida con IA: de la innovación a la aplicación.
Maya Campos es estudiante de primer curso en la universidad. Atiende a este periódico entre clase y clase y afirma que, en su aula "casi todos" usan la IA. La emplean especialmente "cuando se trata de hacer algún tipo de documento relacionado a una investigación o sobre algún término que desconozcamos".
En datos concretos, Google e Ipsos apuntan que un 45% de españoles ha afirmado haber empleado la IA para apoyar parte de su trabajo, algún proyecto personal o sus estudios. En este ámbito, de hecho, está en auge, tanto en alumnos como en docentes, de acuerdo a la investigación que ha llevado Empantallados. Según este, el 82% de los estudiantes entrevistados había empleado algún tipo de herramienta de estas características, una cifra que desciende al 73% en el caso de los profesores.
Ahora bien, sus usos pueden ser variados y es una herramienta "muy potente", en palabras de Fernández, para quien, "bien usada, puede ser buena". Dado que las inteligencias artificiales generativas, como Chat GPT, a partir de una serie de instrucciones pueden ofrecer una redacción o un ensayo, la clave radica en que docentes y padres pongan "en valor la importancia que tiene el proceso educativo en sí mismo", esgrime la la directora general adjunta de Educo, Guiomar Todó.
"No es sólo el resultado, sino que es 'qué aprendes tú haciendo esa redacción, qué no aprendes si se lo pides al Chat GPT", propone la experta, en conversación con este periódico. En esta misma línea se han pronunciado el coordinador del Comité de Psicología del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña, Antoni Baena, y el eurodiputado del grupo socialdemócrata, José Cepeda. Ambos, además, trabajan en el mundo educativo. El primero, en calidad de director del Máster en Salud Digital de la UOC, y el segundo, como docente en la Universidad Carlos III de Madrid.
Baena considera que, si la IA "se utiliza únicamente para responder preguntas que son simplemente de contenido, sin relacionar conceptos, no va a servir para nada". Él propone empezar a pedir a los estudiantes a que pregunten a la herramienta acerca de cualquier tema y que, a continuación, realice un análisis crítico de la respuesta que le ha devuelto. "Entonces, ya le estás dando motivos para ampliar la información, ser más creativo y buscar realmente un razonamiento", opina.
Es por eso que Cepeda sostiene que la forma de evaluar a los alumnos "va a ir cada vez menos a través de un papel". "Posiblemente tengamos que ir a sistemas de evaluación cada vez más presenciales y verbales", esgrime. En su opinión, se va a caminar a un sistema en el que los estudiantes puedan demostrar que han aprendido lo que han presentado por escrito. "Copiar y pegar es fácil, pero luego defender lo que uno tiene en la cabeza es más complicado", concluye.
Su uso, a debate
"Hay algunas asignaturas en las que nos prohíben el uso de la IA", asegura Maya. De hecho, en el Campus Virtual en el que entregan los trabajos los alumnos deben prometer que no han hecho uso de la misma, si así lo ha indicado el docente a cargo de la tarea. Según José Cepeda, en el seno de la universidad dejar que la inteligencia artificial entre en las aulas está a debate.
Por su parte, tanto Baena como Fernández afirman que esta puede entrar "cuando te aporta valor", dice este último. "Si realmente no te va a mejorar o, como mínimo, igualar lo que estás haciendo, ¿para qué la necesitas? Para nada", esgrime Baena.
En cualquier caso, para poderla introducir es precisa la formación de los docentes en esta materia. Desde el INTEF, Fernández cree que se puede "aprender cómo explotarla para nuestro beneficio". En lo que a maestros y profesores se refiere, considera que puede ser útil para automatizar algunas tareas y que los profesionales se puedan centrar en las que tienen más que ver con la docencia. Algunos, relata Cepeda, emplean la IA para preparar algunas de sus clases.
Desinformación, sesgos y otros riesgos de la IA
Los expertos insisten en que, bien usada, puede ser una herramienta potente. Sin embargo, no está exenta de riesgo para los usuarios que la empleen. Desde el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), su experta en conocimiento y concienciación para menores, Cristina Gutiérrez, ha analizado para El HuffPost los que puede tener la IA, sobre todo, en el caso de los estudiantes más jóvenes. "Los riesgos, cuando hablamos en el entorno de educación, pues yo creo que principalmente son dos", sentencia Gutiérrez. Son la desinformación y los abusos.
Sobre la desinformación, ha hablado de aquella a la que puede contribuir el propio alumno "utilizando la herramienta de forma no apropiada o no contrastando la información que te proporciona la IA", apunta la experta. "Porque muchas veces nos fiamos, nos ceñimos y confiamos en el resultado que nos da, pero la IA no es un sistema perfecto", sostiene, "es la suma de todo lo que hay en Internet".
Y así lo corrobora Maya. Cuenta que hace unos días ella y sus compañeros han estado haciendo una serie de ejercicios matemáticos que requerían pasar una cantidad de grados a segundos, "algo bastante sencillo", considera la estudiante. "Y nos dio mal el resultado", añade, antes de apuntar que uno de sus profesores les había avisado de que podía suceder.
Siguiendo con el tema de la desinformación, Gutiérrez señala "la mayor capacidad que pueden tener ahora los ciberdelincuentes para, de alguna manera, perfeccionar ataques". Y, finalmente, ha señalado los abusos. En este sentido, la experta habla de emplear la IA de una forma "irrespetuosa e inapropiada y construir, por ejemplo, fotos o vídeos de otras personas" con herramientas de este tipo. Y emplearlas en casos de ciberacoso.
Por su parte, Guiomar Todó, de Educo, añade otra posible problemática que puede tener el uso de la IA. Ella, en referencia a los más pequeños, habla de la importancia de hacer un acompañamiento en el uso de este tipo de materiales, para el que es necesario una formación. "Cuando ese acompañamiento no está disponible, estás enfrentándote a una brecha digital", esgrime la directora general adjunta de la organización.
Esa diferencia, en lo que a IA se refiere, "puede afectar desde que los niños y las niñas no tengan acceso hasta que el acceso que tengan pueda ser manipulable por todo lo que hay detrás de la inteligencia artificial", prosigue, antes de mencionar, de nuevo, los sesgos que pueden presentar las respuestas de estos chatbots. Para que lo puedan detectar, la experta retoma la línea que exponían los docentes y hace un llamamiento a generar pensamiento crítico entre los niños y las niñas.
¿Cuestión de edad o de madurez?
Sobre el momento de empezar a introducir herramientas digitales, como la IA, varios de los expertos coinciden en que no se trata de medirlo por edad, sino de madurez. Así lo sostiene el coordinador del Comité de Psicología del COPC, Antoni Baena, y en la misma línea se han posicionado desde Educo.
Todó sí que precisa, citando a especialistas, que, "por debajo de ciertas edades, el acceso a las pantallas no debería estar aconsejado y habla de aguardar a tener "las capacidades madurativas para enfrentarte a ello". En cualquier caso, también insta a las personas responsables de los pequeños a no adoptar "una posición adultocéntrica respecto a ellos".
"Es importante que no tengamos una actitud paternalista con estos niños y jóvenes, que además, como nativos digitales", dice, antes de apuntar que los pequeños de la casa "nos dan sopas con hondas en muchísimas de las cosas". Es por ello que considera importante "que los escuchemos y que tengamos en cuenta su opinión".