¿Es posible tener pareja de una ideología contraria? Con paciencia, sí
Según una encuesta de Bumble, las mujeres valoran más que su pareja "sea consciente de los problemas sociales actuales".
Sobre gustos no hay nada escrito y cada uno encuentra mil razones —algunas que escapan a la lógica— por las que una persona les parece atractiva. El humor, la confianza o las aficiones compartidas suelen ser algunas de las más repetidas, aunque también hay otras como que se involucre en las mismas causas sociales o que tenga la misma ideología.
Es la eterna pregunta, ¿es factible salir con alguien de una ideología opuesta? En una encuesta sobre relaciones Dating trends elaborada por la aplicación de citas Bumble, una de cada cuatro personas aseguraban que veían a sus parejas más atractivas “si se involucraban en política o causas sociales”. En este sentido, según el estudio, son las mujeres las que están menos abiertas a conocer a alguien con diferentes puntos de vista políticos. En concreto, para una de cada tres mujeres españolas encuestadas es motivo de rechazo que alguien con el que están saliendo “no sea consciente de los problemas sociales actuales”.
Alicia González, psicóloga experta en relaciones y colaboradora de la aplicación explica estos datos: “Cuando tu pareja se involucra en causas sociales, toma participación en temas que a ti también te interesan y que van más allá de ti, hace que se active la admiración, el sentimiento de unidad y de compañerismo”.
“Cada individuo conforma su personalidad en base a su experiencia, su biografía, sus relaciones, sus aspiraciones... Cuando nos definimos en torno a un determinado ideario hacemos una declaración consciente de dónde estamos en el mundo —o dónde queremos estar—. Decidimos participar más o menos de la importancia de lo económico, de lo social, de la desigualdad o de la migración. Todo esto nos define y nos relaciona con el otro”, cuenta la sexóloga y terapeuta de pareja Elena Requena.
La experta señala además que “si dos personas sienten el mundo y sus problemas de una manera similar, es más probable esa afinidad nos acerque en otros planos como, por ejemplo, el erótico”, aunque también recuerda que las diferencias de posicionamiento “pueden ser estimulantes para otros individuos y sentir atracción por personas que no piensan como ellos”.
En la encuesta se revela que son las mujeres las que más tienen en cuanta el tener valores e ideas comunes. ¿La razón? “Hoy en día las mujeres ya no necesitamos a una pareja con quien vivir o que nos mantenga económicamente y hemos establecido nuestras propias identidades, independientemente de si estamos casadas, en pareja o solteras. Las mujeres están priorizando no sólo la atracción sexual o el hecho de tener pareja, sino asegurarse de tener una perspectiva y una visión compartidas de la vida que se desea”, destaca Alicia González.
La psicóloga añade que en la investigación de Bumble las respuestas también concluyen que las mujeres están priorizando la seguridad o la comprensión emocional y “más de un tercio de las personas encuestadas cree que la intimidad emocional es ahora más importante que el sexo y que, de hecho, es más atractiva que la conexión física”.
¿Se puede tener una relación con alguien de una ideología opuesta?
“Siempre solemos pensar que a priori parecería muy complicado. Pero estoy segura de que todos conocemos algún ejemplo de esto. Quizás no ideologías completamente opuestas, pero sí algo discordantes. La realidad es que solemos ser más afines a personas que piensan de una manera similar a nosotros. Si bien, en ocasiones el deseo y la pasión, sobre todo al principio, hace que esto no sea así. Y que no nos importe la ideología o la manera de estar en el mundo a nivel político de esa otra persona que nos atrae”, asegura Elena Requena.
Es el caso de Marta, una mujer de 30 años de izquierdas que reconoce no estar de acuerdo en muchas cosas con su pareja, con la que lleva cuatro años, especialmente en materia económica. “No tenemos nada que ver pero es verdad que uno no se pasa el día hablando de impuestos”, bromea la joven, que explica que para ella lo más importante es que la persona con la que sale respete “los derechos humanos”.
“Tendría un problema si no respetara cosas básicas sobre las que para mí no se debería ni debatir como la igualdad de las mujeres, del colectivo LGTBI o el derecho al aborto”, cuenta Marta, que asegura que no discuten demasiado al respecto sobre sus diferencias. “Cuando saca el tema de los impuestos o del libre mercado es tan fácil como decirle que luego se acogen a todas las subvenciones y piden que el Estado intervenga y fin de la discusión”, relata.
A pesar de que ella no ve inconveniente en su relación, cree que su caso es una excepción pues, por lo que ve en su entorno, muchas personas que se identifican como de derechas o liberales no están a favor de ciertos avances sociales que ella ve imprescindibles. “Creo que la derecha española no es la europea”, defiende Marta.
Preguntada sobre si cree que las diferencias políticas pueden ser un quebradero de cabeza a la hora de educar a unos hijos, la joven responde que ella ha tomado la decisión de no ser madre pero que, de serlo, no tendría problemas en educarlos con su pareja. “Tendría más problema con la religión, por ejemplo, no porque la otra persona fuera religiosa pero sí por no entrar en una batalla porque nuestros hijos fueran bautizados, hicieran la comunión o estuvieran bombardeados todos los días por la religión”, cuenta la joven, que espera que su relación siga teniendo futuro a largo plazo.
Así como para ella la religión o ciertos avances sociales juegan un papel fundamental para estar con otra persona, Elena Requena recuerda que “las ideas políticas para algunas personas pueden ser muy importantes, pero para otras no tienen por qué serlo tanto” para iniciar una relación. “Habrá personas para las que estar, convivir o amar a alguien que no sienta o piense igual respecto a determinados temas, sea absolutamente no valorable. Y para otras esto no tendrá ninguna importancia”, asegura la sexóloga y terapeuta.
Para que una relación funcione a pesar de las diferencias, Alicia González cree que lo fundamental es que “no repercuta en el día a día de la convivencia”. “Una pareja puede votar a partidos opuestos y convivir en armonía si se hablan con respeto y tolerancia”, señala la psicóloga, que cree que no es fácil. “Es complejo, sobre todo cuánto más opuesta sea la ideología y cuanto más aferrados estén a ella porque será más difícil desarrollar esa tolerancia”, asegura.
Qué hacer para sobrellevar las diferencias
Si surgen fricciones en la pareja precisamnte por estas diferencias de pensamiento o de ideas, González cree que lo primero que hay que hacer es pararse a pensar. “Es importante reflexionar sobre si vas a ser capaz de admirar a tu pareja por todo aquello que sí tenéis en común o te gusta, y si eso tiene el suficiente peso como para compensar aquello en lo que discrepáis”, señala la psicóloga.
Además, González cuenta que después de reflexionar si se sigue adelante con la relación hay que “aprender a acercar posturas, a ponerse en el lugar del otro para entender sus puntos de vista —que no es lo mismo que aceptar—”. “Es más importante y efectivo que la crítica”, añade.
Para Elena Requena hay que afrontar estas dificultades de la misma forma que cualquier otra que pueda surgir en la pareja: con comunicación. “Esos códigos que se establecen cuando nos encontramos en relación, serán los que nos ayuden a llegar a lugares de encuentro. Y que son genuinos y únicos de cada pareja”, explica la sexóloga y terapeuta.
“Estos encontronazos que haya a nivel político no serán muy distintos de los que surjan al respecto de otros temas. Como decíamos previamente, todo dependerá de cuánto de importante para cada individuo sea el tema en cuestión”, añade Requena.