El cuadrado amoroso que acabó en asesinato: las claves del crimen de la Guardia Urbana de Barcelona
Este viernes se estrena la serie 'El cuerpo en llamas' inspirada en esta mediática historia de amor y celos.
Ha sido uno de los crímenes más mediáticos y tenía todos los ingredientes para convertirse en el guion de un atractivo thriller. Y se ha hecho realidad: este viernes, la plataforma Netflix estrena El cuerpo en llamas, candidata a convertirse en la serie del año. El reparto lo encabezan Úrsula Corberó y Quim Gutiérrez, quienes se meten en la piel de Rosa Peral y Albert López, los dos agentes de la Guardia Urbana de Barcelona culpables del asesinato de su compañero Pedro Rodríguez.
La protagonista real, Rosa Peral, que permanece en prisión cumpliendo la pena impuesta por el asesinato de su pareja sentimental, ha tratado de paralizar el estreno de la serie sin éxito. Ahora bien, ese mismo día y al mismo tiempo, Netflix también estrenará el documental Las cintas de Rosa Peral, que tiene como columna vertebral la primera entrevista en prisión de la acusada ofreciendo su particular versión de lo que pasó.
Renace así el interés por uno de los crímenes que más curiosidad despertó pero del que no quedó casi ningún interrogante en el aire. Aquí desgranamos el quién es quién de este caso y las conclusiones de la justicia.
Pedro, la víctima
El 4 de mayo de 2017, a orillas del pantano de Foix, en la comarca barcelonesa de El Garraf, un runner descubre un coche quemado. El coche pertenece a un agente de la Guardia Urbana de Barcelona, Pedro Rodríguez, que en ese momento estaba suspendido de empleo y sueldo por agredir a un ciudadano que se había saltado un control.
En el maletero del coche los mossos d'esquadra encuentran el cadáver calcinado de alguien a quien no pueden identificar porque está completamente quemado; la única pista es que el fallecido tiene un tornillo en la espalda, colocado en una intervención quirúrgica
Los agentes se ponen en contacto telefónico con el entorno del propietario del coche, concretamente con su exmujer y madre de su hijo, Patricia, que advierte su preocupación porque Pedro tenía programada una visita con el niño y no se había presentado, algo que nunca había hecho. Ella además fue la que contó que en ese momento él tenía una relación y vivía con su nueva novia, Rosa Peral, un nombre que no era del todo desconocido para los agentes.
Rosa Peral, la piedra angular del caso
En 2008, Rosa Peral, guardia urbana de Barcelona fue la protagonista de un escándalo en el trabajo: desde su ordenador se filtró una foto suya manteniendo relaciones sexuales con alguien y ese alguien era su subinspector. Con él mantuvo una relación a la que ella puso fin y esta fue su venganza. Rosa Peral le había denunciado y aún estaba pendiente de juicio.
Cuando los mossos d'esquadra tomaron testimonio a Rosa Peral, ésta afirmó que hacía tres días que Roberto se había marchado de casa después de una discusión a cuenta de Rubén, el exmarido de Rosa, también mosso d'esquadra. Además, confirmó que, efectivamente, Pedro Rodríguez estaba operado de la espalda.
Rubén, descartado el primer sospechoso
Rosa Peral y Pedro Rodríguez mantenían una pasional relación desde 2016: se querían, pero él era muy celoso y estaba especialmente celoso de su exmarido. Es por eso que Peral puso a los agentes de los mossos d'esquadra sobre la pista de Rubén: para ella, si ese cadáver correspondía a Pedro, lo más seguro es que lo hubiese matado su exmarido.
Pero Rubén tenía coartada: esa semana trabajó en tareas administrativas y sus compañeros y superiores lo pudieron confirmar. Pero es entonces cuando se descubrió una persona más en la vida de Peral, el que lleva siendo su amante desde hace muchos años, Albert.
Albert, el amante
Albert López y Rosa Peral se conocieron en 2012 y fueron amantes hasta que ella se divorció de Rubén en 2016. Durante un tiempo fueron pareja de patrulla y se vieron envueltos en algún escándalo policíal, como su implicación en la muerte accidental de un hombre mientras huía en una persecución.
Hacia tan solo unos meses que los examantes se habían vuelto a encontrar, pero esta vez las cosas no eran sencillas: Pedro era muy celoso y no consentía que éste fuera 'alguien' en la vida de su pareja.
Rosa y Albert, acusados de asesinato
El 13 de mayo, Rosa Peral es detenida después de estar dos horas declarando. Hacía menos de una hora habían hecho lo mismo con Albert. A los mossos d'esquadra les pareció extraña la forma de justificarse de ambos, pero la prueba definitiva de su implicación llegó con las geolocalizaciones de los teléfono móviles que habían recibido esa misma mañana.
La noche del 1 de mayo, los móviles de Pedro, Rosa y Albert compartieron la misma ubicación: la casa de Rosa donde estuvieron los tres juntos. Al día siguiente, Albert se marchó a Barcelona porque tenía un juicio, pero enseguida volvió de nuevo a casa de Rosa. Ese día 2, según sus teléfonos, los tres circularon por los alrededores del pantano de Foix y ahí se perdió la pista del móvil de Pedro.
Las dos versiones de los acusados
Como era de esperar, los dos detenidos ofrecieron dos versiones bien distintas de lo que sucedió la noche del 1 de mayo en la casa de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) que compartían Peral y el fallecido.
Ella contó que Albert se había presentado en su domicilio, tapado con un pasamontañas, con una mochila en la que llevaba un martillo o un hacha, además del arma reglamentaría, y que había matado a Pedro mientras ella permanecía encerrada en la habitación con sus hijas. Al día siguiente, Albert se marchó al juicio de Barcelona y le pidió a ella que mantuviese el silencio porque de lo contrario mataría a una de las niñas. Volvió y se dispuso a deshacerse del cadáver acercándose primero al domicilio de Rubén para tratar de inculparle; después, abandonó el coche de Pedro, lo roció con gasolina, lo prendió fuego y se marcharon del lugar en el coche que conducía Rosa.
Albert, por su lado, contó que tras varias semanas sin tener contacto, la noche del 1 de mayo Rosa le llamó para que le ayudase a deshacerse del cadáver de Pedro. Le había matado tras una fuerte discusión en la que él la había pegado. Aunque al principio pensó que era una broma, finalmente se trasladó desde Badalona hasta el hogar de la pareja y comprobó que, efectivamente, Pedro estaba muerto. Trató de convencerla para que denunciara porque, al fin y al cabo, fue en defensa propia. Ella se negó y, al día siguiente, después de volver del juicio de Barcelona, se dispusieron a abandonar el cadáver. Primero circulando alrededor de la casa de Rubén, insistiendo en inculparle, y luego prendieron fuego al coche en el pantano.
Ninguna de las dos versiones se sostuvo tras las investigaciones de los mossos d'esquadra posteriores. Se confirmó que, mientras que Albert se marchó a Barcelona para asistir a un juicio por motivos de trabajo, Rosa mantuvo relaciones con su vecino, que también era su amante. El día 4 de mayo, los dos examantes, fueron juntos a la comida de despedida de un compañero suyo y los asistentes dieron por hecho que la pareja había retomado la relación, como así afirmaron ante la policía.
Condenados a 25 y 20 años de cárcel por asesinato
En abril de 2020 la justicia consideró probado el asesinato de Pedro Rodríguez por parte de Rosa Peral y Albert López y les condenó a 25 —máxima pena por agravante de parentesco— y 20 años de prisión, respectivamente, y al pago de 885.000 euros de indemnización.
En la sentencia se señala que Peral y López retomaron un “acercamiento sentimental” entre marzo y abril de 2017 mientras ella todavía mantenía una relación con Rodríguez. Los acusados consideraron que la víctima obstaculizaba y planearon su muerte, que finalmente se produjo, “de forma voluntaria y consciente por ambos acusados”, la madrugada del 2 de mayo.
“Nos encontramos ante una agresión y la causación intencionada de la muerte de la víctima, aunque la concreta causa no haya podido ser determinada, tal y como confirmaron las médicos forenses, más que aconteció con anterioridad a la cremación del coche conteniendo el cadáver, en el curso de una agresión a la víctima, pero que tuvo lugar entre las 3 horas y las 6 horas de la madrugada del día 2 de mayo de 2017″, apuntaba la sentencia.