"El caso de 'La Manada' fue un catalizador de algo que venía gestándose, de un hartazgo"
Entrevista con Almudena Carracedo y Robert Bahar, directores de 'No estás sola: la lucha contra la manada', que se estrena este viernes en Netflix.
Abril de 2018. Miles de mujeres se manifiestan en decenas de ciudades españolas al grito de 'No es abuso, es violación' o 'Yo sí te creo' para protestar contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra que condenaba a cinco jóvenes por abuso sexual pero no violación después de que hubieran agredido sexualmente a un joven de 18 años en los Sanfermines de 2016. El caso conmocionó a la sociedad española y la esa sentencia cayó como un jarro de agua fría y sirvió a miles de mujeres para decir ‘basta’ y salir a protestar en las calles.
Durante tres años el caso de 'La Manada' acaparó horas de televisión, titulares, debates en cualquier rincón de España y protestas hasta que el Tribunal Supremo condenó en 2019 a los cinco acusados por violación a quince años de cárcel. Las reivindicaciones y la indignación ciudadana no solo sirvieron para reflexionar sobre la violencia contra las mujeres, también se tradujeron en un cambio judicial cuando salió adelante la Ley del ‘solo sí es sí’ que pone el foco en el consentimiento y elimina la distinción entre abuso y violación.
Desgranar todo lo que ocurrió durante esos años en España y contarlo con respeto para recordar de dónde venimos era la intención de Almudena Carracedo y Robert Bahar —que ya dirigieron El silencio de otros, sobre las víctimas del franquismo— en el documental No estás sola: la lucha contra la manada, que se estrena este viernes en Netflix. Además de abordar el caso de los Sanfermines, los cineastas también reconstruyen la agresión a una joven en Pozoblanco (Córdoba) por parte cuatro miembros de 'La Manada' y el asesinato de Nagore Laffage en 2008 en Pamplona. Tres casos que provocaron una ola de indignación y que se entrelazan con testimonios de las víctimas, personas cercanas y profesionales que participaron en la investigación.
“Cuando empezamos a investigar este caso, porque todos los habíamos vivido y seguido de cerca, nos dimos cuenta que a pesar de toda la cobertura mediática lo que había quedado era una versión con dudas de lo que había pasado. Precisamente porque había habido tanto ruido. Nos pareció interesante ponernos a trabajar en esto e intentar contar la historia de manera completa y desde dentro, desde el punto de vista de las víctimas y de las personas cercanas a la historia”, explica Almudena Carracedo, codirectora del documental, en una entrevista con El HuffPost.
La cinta es el resultado de tres años y medio de trabajo y setenta horas de entrevistas: “La historia permite bucear y casi reconstruir un poco la reacción mediática, judicial, social y el porqué de todo lo que ocurrió”. “Hemos hecho setenta horas de entrevistas, rodamos material nuestro y trabajamos con casi mil horas de imágenes de archivo. Había casi 14 meses de montaje para poco a poco construir un mosaico para mostrar toda la historia”, añade Robert Bahar, codirector, que explica que su intención siempre fue hacer “una obra rigurosa”.
Dos actrices para humanizar a las víctimas
Para contar esta historia, Carracedo y Bahar tenían una cosa clara, querían el visto bueno de las víctimas y testimonios de las personas de su alrededor. “Lo primero que nos planteamos antes de investigar más allá era tener el permiso de la familia de la víctima de la agresión de San Fermín porque teníamos claro que si nos decían que no, no habríamos seguido adelante. Para nosotros la premisa siempre es no hacer más daño”, asegura la codirectora. "Teníamos claro desde el principio con la familia que ella no iba a participar y entonces sus palabras son textuales de las declaraciones judiciales y dos cartas que envió a la prensa”, añade Carracedo.
Con la víctima de Pozoblanco sí pudieron hablar, extrayendo su testimonio a partir de una entrevista. “Con respecto a otros protagonistas de la historia, fue un proceso largo, pero lo que hicimos fue ir sentándonos con cada uno de ellos para explicarles lo que queríamos hacer. Es decir, una versión rigurosa, no sensacionalista, 100% respeto, cero morbo. Fue un proceso largo porque necesitaban su tiempo. Estamos hablando de personas que muchas veces no habían hablado nunca con la prensa y a veces ni con sus familias, y poco a poco fueron entendiendo lo que íbamos haciendo, fueron sumándose al proyecto y embarcándose en este viaje que al final han sido tres años y medio de trabajo”, explica Carracedo sobre los testimonios que aparecen en el documental.
En el caso de las víctimas de San Fermín y Pozoblanco los directores decidieron que esos testimonios estuvieran interpretados por actrices “para respetar su anonimato”. Natalia de Molina pone voz a la víctima de San Fermín, mientras que Carolina Yuste hace lo propio con la de Pozoblanco. “El origen de la participación de Natalia y Carolina era la protección de las víctimas, pero al mismo tiempo nos parecía muy importante poder humanizar a estas dos mujeres, ponerles un nombre —aunque en el documental tienen un nombre ficticio—, pero tienen un nombre para poder dirigirnos a ellas, para entender que detrás de todas estas historias y de todo el ruido había dos seres humanos, dos personas que además estaban siendo revictimizadas por todo ese ruido”, defiende Carracedo.
Por su parte, Bahar cree que la participación de Yuste y de Molina contribuye a hacer que el espectador “sienta algo” y empatice con la historia. “Creo que su papel es un poco dar voz y dar vida a estas personas para que puedas sentir cuál ha sido su experiencia en el ojo del huracán”, explica el codirector, que asegura que el proceso con las intérpretes ha sido “muy bonito”. “Dan voz con fuerza, pero sin victimización, intentando entender el dolor y también el empoderamiento. Efectivamente era muy importante que la gente pudiera ponerse en la piel de estas personas y vivirlo con ellas”, resalta Carracedo sobre el trabajo de las actrices.
Además, la codirectora insiste en que querían hacer un documental “respetuoso poniendo el foco en las víctimas, pero sin revictimizar” y sin caer en escenas tendenciosas o morbosas. “En la película no hay absolutamente ninguna imagen de ninguna agresión. No nos centramos en los detalles de la agresión, en el cómo, sino en el por qué y en la reacción social. Ese era el planteamiento desde el principio y la participación de Natalia y Carolina es muy hermosa para hacerlas vivir como las personas que son”, asegura Carracedo.
El caso, un catalizador del hartazgo social
Desde que se conocieron los hechos hasta la sentencia definitiva en diciembre de 2019 que condenó a los cinco jóvenes a 15 años de prisión finalmente por agresión sexual, las protestas no cesaron en las calles, especialmente en momentos como las manifestaciones del 8-M o cuando los agresores quedaron en libertad provisional.
El caso fue un antes y un después para la sociedad española y eso se explica y se refleja en este documental. “La sociedad siempre va por delante. El sistema judicial suele responder a una necesidad social. Yo creo que lo que se ve en la película y lo que queríamos contar es que todas esas movilizaciones que se producen son porque el caso fue un catalizador de algo que venía gestándose, de un hartazgo. No surge de la nada. De repente no hay veinte mil mujeres en Madrid en medio del juicio porque sí, veníamos de una historia de sentencias judiciales, de asesinatos y de culpabilización de la víctima y se produjo un poco esa gota que colmó el vaso”, recuerda Carracedo.
“Este caso ayudó mucho a crear esa conciencia social sobre la violencia que vivimos las mujeres. Sentimos que sí hay una percepción diferente a partir de ese caso. Es bonito llegar tantos años después porque la generación siguiente que no lo vivió tiene que entender de dónde venimos”, añade la codirectora.
Durante los años en los que el caso ocupó buena parte del debate social, el consenso era prácticamente unánime a la hora de condenarlo. ¿Se ha resquebrajado en los últimos tiempos con el auge de los discursos reaccionarios y el negacionismo de la violencia machista? "Esos discursos siempre han estado ahí pero no tenían un altavoz tan fuerte para poder hablar y llegar a más gente, porque lo que estamos viendo es una cuestión de altavoz. Obviamente el machismo y el sistema en el que vivimos, que crea todos estos problemas, está ahí siempre", resalta Carracedo, que pese a todo es positivo.
"Quiero tener esperanza a pesar de estas fuerzas un poco más de reacción y creo que es importante remarcar que esto es un problema que nos afecta a la mitad de la población de manera directa, pero a la otra mitad también. Es que la violencia contra las mujeres ocurre independientemente del partido al que votes, es un problema social, extendido, universal, que pasa aquí y en todas las ciudades del mundo", defiende la cineasta y así lo plasman en el documental. "Es muy difícil negar que existe, porque pasa a nuestro alrededor, cuando vas a comprar, a una compañera de trabajo, a tus vecinas... y desde ahí es desde donde queríamos plantear esta conversación", añade.
Precisamente por esas voces negacionistas Bahar cree que era importante hacer esta película y que quedara plasmado todo lo que sucedió entonces. "Había tanto ruido alrededor del juicio, de este caso, y también mitos, rumores, negacionismo... Por eso la idea era ‘mira, si podéis escuchar a la fiscal, a la policía que llegó en el primer momento, al detective, a la trabajadora social y a otras personas involucradas vais a entender todo’. Mucha gente, después de escuchar a las personas que vivieron esto, no van a tener ninguna duda de qué pasó", asegura el codirector, que destaca que habría sido posible sin la colaboración de las personas que lo vivieron en primera persona.
Además de por el estreno del documental, el caso de 'La Manada' ha vuelto a estar de actualidad en los últimos días por el cambio en el Código Penal que impulsó y que diversos colectivos y autoridades han visto reflejado en el texto de la sentencia contra Dani Alves. A pesar de que el futbolista ha sido condenado a cuatro años y medio de prisión, la pena mínima, la resolución ponía el foco en el consentimiento, especialmente en contextos de fiesta, y aseguraba que ligar no daba "carta blanca" para abusar de una mujer.
Para Carracedo, esta sentencia "es un reflejo de una demanda social y es un avance". "Es importante entender que todo lo que ocurrió dio lugar a una movilización social que a su vez dio lugar a un cambio legislativo y es ese cambio legislativo el que está reflejado en esa sentencia, que pone el foco en la víctima y en el consentimiento", reflexiona la codirectora.
Con su trabajo, Carracedo y Bahar esperan que los espectadores sean conscientes y entiendan todo lo que sucedió a raíz del caso y por qué hay que seguir luchando para erradicar la violencia sexual y cualquier tipo de violencia contra las mujeres. Además, en el caso de Bahar, espera que los hombres que vean la película reflexionen sobre sus propios comportamientos.
"Mi experiencia sin duda ha sido de aprendizaje. Obviamente yo pensaba que tenía mucha conciencia social e intentaba hacer las cosas bien, pero después de trabajar en la secuencia del #Cuéntalo —la etiqueta que miles de mujeres utilizaron para contar casos de abusos y violencia en redes— te das cuentas de muchas cosas, revisas un poco tu vida, tus acciones... Es muy importante decir que es una película también para hombres y es importante que la vean", cuenta.
Por su parte, Carracedo cree que lo más importante para ellos cuando se pusieron a trabajar en este proyecto era "visibilizar esta violencia que permea en toda la sociedad, que existe en todos los ámbitos ya sea familia, deporte, escuela o ámbitos laborales, para hablar de esa universalidad, de la necesidad de tener una conversación con los amigos, con la familia".
"Desde mi punto de vista la única manera de sanar estas cosas es hablarlo. Primero afirmar su existencia y después hablar para concienciarnos todas y todos. Y digo todos porque es un problema que tenemos que afrontar todos", concluye la cineasta.