Triunfa en la música de los 60, se niega a cantar con los Beatles y le roban 1,5 millones de euros
El cantante, que triunfó en Sanremo, cumple 80 años.

El éxito en el mundo de la música no siempre está ligado a ganar dinero ni tampoco está exento de contratos leoninos ni de historias truculentas dentro de la industria. Es el caso de Bobby Solo, el cantante italiano cuyo nombre original es Roberto Satti, que alcanzó la fama por ganar el Festival de San Remo en 1965 y por ser popularmente conocido como el "Elvis italiano".
El intérprete, que cumplió 80 años el pasado 16 de marzo ha concedido una entrevista en Il Corriere della Sera en la que ha desvelado las múltiples desavenencias que le han ido acompañando en su trayectoria artística.
El primero fue nada más arrancar su carrera, en 1964, cuando también participó en el festival italiano con la canción Una lacrima sul viso —donde fue descalificado acusado de hacer playback—, pero el tema fue todo un éxito por el que no ha recibido la compensación monetaria correspondiente. "Me robaron el equivalente a un millón y medio de euros de hoy, años y años de regalías perdidas porque decían que no podía firmarla por mi edad, pero no era cierto: el estatuto de la Siae establecía que había que tener al menos 16 años, pero yo ya tenía 19", explica al citado medio.
Según el artista, la canción estaba a nombre de un director artístico que dilapidó el dinero de los royalties, algo de lo que se enteró dos años después: "Mientras almorzaba con los autores de Non ho l'età. Me dijeron: me pregunto cuánto ganaste, si nosotros ganamos 136 millones de liras por la canción de Gigliola Cinquetti. En cambio, me dieron 5 millones en total".
Pero esta no fue su única desgracia, también revela en la entrevista con el medio italiano que no gestionó bien su carrera y rechazó dos oportunidades que bien podrían haberle hecho ganar dinero.
"Rechacé cantar Michelle, una obra maestra de Paul McCartney. En ese momento yo era ingenuo y estaba obsesionado con Elvis. El editor de los Beatles quería que estuviera en Londres para regalarme una canción, llegué bien joven me encontré delante de un señor que se parecía a Churchill, todo rojo como si hubiera bebido un litro de whisky. Me hizo escuchar a Michelle y le respondí que era una canción francesa que no era para mí", recuerda.
Además de esta, hizo otra notable negativa de la que no se siente orgulloso: la de rechazar interpretar cuatro canciones del tres veces ganador del Oscar Giorgio Moroder. "Un día recibí una llamada telefónica de Trento, Giorgio Moroder me ofreció cuatro canciones. Y yo: 'no gracias, las canciones las haré yo mismo'. Otra gran mierda", desvela.
Más allá de sus éxitos y de ser reconocido tanto dentro como fuera de Italia, Solo asegura haber sufrido "muchos agravios": "Muchos managers me han puesto de rodillas, las compañías discográficas me han robado todo. En internet pone que he vendido 57 millones de discos, pero a mí solo me han notificado 12: nunca he visto ese dinero".