Muere Carlos Saura a los 91 años
El cineasta iba a recibir el Goya de Honor este sábado.
El director de cine Carlos Saura ha fallecido este viernes a los 91 años en su domicilio según ha informado la Academia de Cine. El cineasta iba a recibir este sábado en Sevilla el Goya de Honor por toda su carrera. "La 37ª edición de los Goya conmemorará la memoria de un creador irrepetible", ha añadido la Academia desde sus redes sociales.
Cineasta, escritor, fotógrafo... Saura continuó trabajando y experimentando hasta el último momento a pesar de su avanzada edad. De hecho, su último documental, Las paredes hablan, una reflexión sobre el origen del arte, se estrenó hace apenas unos días.
Nacido en 1932 en Huesca, el director había empezado los estudios de Ingeniería Industrial para meterse de lleno en su verdadera pasión, el cine. En sus más de setenta años de carrera, Saura dirigió alrededor de cincuenta películas entre las que se encuentran La caza (1965) o Peppermint frappé (1967), dos de sus primeros trabajos —ambos producidos por Elías Querejeta— que ya aventuraban el impacto que tendría en la historia del cine español.
En los años posteriores siguieron clásicos del cine español como La prima Angélica (1973), Cría Cuervos (1975) o Elisa, vida mía, protagonizada por Geraldine Chaplin. La actriz y el director fueron pareja durante años y ella también protagonizó otros clásicos como Ana y lo lobos (1972) o Mamá cumple 100 años (1979).
Durante esos años Saura burló la censura franquista y ganó un sinfín de reconocimientos internacionales. Desde el Oso de plata a la Mejor dirección en Berlín hasta el Gran Premio Especial del Jurado en Cannes, ambos en dos ocasiones. También consiguió una nominación al Oscar con Mamá cumple 100 años y estrenó la década de los ochenta con el Oso de Oro de Deprisa, deprisa (1981) en la Berlinale.
En 1990 estrena ¡Ay, Carmela!, uno de sus grandes éxitos y que se llevó trece premios Goya en la V edición de los galardones. En la película, protagonizada por Carmen Maura, vuelve a abordar el tema de la Guerra Civil a modo de comedia dramática.
La música siempre estuvo presente en la carrera de Saura, pero ese interés se hizo más evidente en sus últimas décadas cuando realizó varios documentales con la música y la danza como protagonistas. Es el caso de la trilogía sobre la canción urbana compuesta por Flamenco (1995), Tango (1998) y Fados (2007). Otra célebre trilogía firmada por Saura es que filmó junto a Antonio Gades después de ver uno de sus ballets. Juntos colaboraron en Bodas de Sangre (1981), Carmen (1983) y El amor brujo (1986).
Uno de sus últimos trabajos, Jota de Saura, también tenía como protagonista la danza, en concreto la jota, haciendo un ejercicio de antropología sobre este baile típico de Aragón, la comunidad natal del cineasta.
"Creo que hay que tomarlo con humildad. Estoy muy agradecido a los miembros de la Academia que se han acordado al fin de mí", declaró el cineasta en una de sus últimas apariciones públicas, en la presentación de Lorca de Saura. Con toda seguridad, muchos de sus compañeros se acordarán mañana de él en Sevilla, en una fiesta del cine español que tendrá sabor agridulce tras perder a uno de sus grandes exponentes.