Mariola Cubells: "Hemos sido educadas con ese mantra de 'las mujeres hay una edad en que se vuelven invisibles"

Mariola Cubells: "Hemos sido educadas con ese mantra de 'las mujeres hay una edad en que se vuelven invisibles"

La periodista publica 'Mejor que nunca. Felices, imbatibles y pioneras', sobre las mujeres de su generación.

Mariola Cubells posando con su libro.Cortesía de Mariola Cubells.

Poco después de cumplir los 50, tras mirarse en un espejo, Mariola Cubells (Valencia, 1967) se vio mayor por primera vez. Ahora, no sólo se ha reconciliado con ese reflejo, sino que la periodista, analista audiovisual y experta en comunicación publica Mejor que nunca. Felices, imbatibles y pioneras (Espasa), un libro sobre su quinta y sobre “la revolución de una generación de mujeres más libres y más poderosas que nunca”.

“Cuando hice esa mirada hacia dentro y hacia fuera, me fui dando cuenta de que estaba muy bien, de que tenía una vida estupenda, de que había hecho lo que me había dado la gana. El libro, para mí, ha sido como la cuadratura del círculo”, afirma. Escribirlo, asegura, le ha proporcionado arrojo: “Yo ya pensaba que era lo suficientemente valiente, pero me ha dado, por ejemplo, la certeza de la cantidad de cosas que me han de importar un bledo y, sobre todo, me ha ayudado todavía más a tener clara la edad que tengo, el momento que ocupo, qué es lo que quiero hacer y lo que no”.

Desde la editorial habían seguido lo que escribía sobre feminismo y cultura pop y le encargaron esta suerte de retrato de una generación, que ella ha plasmado a modo de crónica luminosa: “Vi claramente que había una historia que contar que nunca se había contado. Había que escribir un relato sobre nosotras que faltaba. Hay mucha literatura sobre generaciones anteriores, sobre millennials... y bastante sobre la vejez, pero la nuestra faltaba, porque es una generación un poco bisagra, que creo que ha sido pionera en miles de cosas fundamentales”.

Han sido pioneras, en muchos casos, en estudiar y en desarrollar una carrera profesional, en decidir cuándo ser madres o en entender las relaciones de pareja de otra manera, pero además han sido las primeras educada en el heteropatriarcado que han intentado que no fuera así para sus hijos.

"Había que escribir un relato sobre nosotras que faltaba"

Para escribirlo, pasó horas hablando con amigas y mujeres de la profesión, en charlas en las que se dio cuenta de que emitían “en la misma frecuencia”: “Me he ido dando cuenta durante las conversaciones de una realidad de la que tampoco era demasiado consciente, como era este tipo de nexos en común: realidades que hemos vivido a la vez, momentos sociales que hemos roto a la vez, fiestas que hemos celebrado a la vez... y ha sido gratísimo”.

Como subraya Cubells, la de todas ellas ha sido “la primera generación en darnos cuenta. Darnos cuenta de cosas que no queríamos y llevar a cabo ese no querer. Hay una frase que se repite en el libro que es 'yo no quiero la vida de mi madre'. Nosotras lo que hemos hecho es justo lo contrario de lo que hicieron nuestras madres”.

Pone como ejemplo que, mientras el verbo que define a la generación de su madre podría ser “resignarse” u “obedecer”, “todos los verbos que suponen la tristeza”, el de la suya sería “elegir”.

Por el contrario, asegura que su hija, de 18 años, dice: “Yo quiero la vida de mi madre”. “Esto lo contaba yo sin haberle preguntado; el otro día entré en su cuarto y le pregunté. Soltó los libros y dijo: "¡Y tanto!". Eso a mí, no sabes el orgullo que me provoca, porque tengo la sensación de haber construido una mujer para el futuro”, sostiene.

"Hay una frase que se repite en el libro que es 'yo no quiero la vida de mi madre'. Nosotras lo que hemos hecho es justo lo contrario de lo que hicieron nuestras madres"

“¿Cómo no va a querer mi vida?”, se pregunta la periodista. “Soy una mujer independiente, hago el trabajo que quiero, he tenido hijos cuando he querido, me he casado porque he querido, tengo un compañero de vida estupendo y ella lo ve en casa, salgo, tengo amigos, voy, vuelvo... En cambio, tú veías a tu madre y decías 'esto es todo lo que no quiero”, resalta.

La escritora ha reafirmado su certeza de que la edad es una actitud y se siente conectada con generaciones posteriores: “No tengo la sensación ni de que mi tiempo pasó... estoy superpuesta, super al día, superpreocupada por lo que me rodea...".

“Mentalmente, no puedo concebir que me queden dos años para cumplir 60. Pero no me trastorna. Es casi como un juego de decir 'tengo esta edad, pero yo no la siento como tal”, agrega. “También porque tenemos una concepción de que los 60 es una edad avanzada y no lo es. ¿Por qué no nos sentimos identificados con esa edad? Porque tenemos la sensación de que cumplir 60 es como la derrota, entonces no te ves en esa edad porque tú no estás derrotada en absoluto. Para mí, lo de la edad subjetiva funciona”, expone.

"Tenemos la sensación de que cumplir 60 es como la derrota"

Respecto a la Mariola de cuando tenía 20 años, asegura que ahora es “muchísimo más descarada” y que los años, además de darle seguridad, le han permitido relajarse en algunos aspectos.

“Yo cuidaba mucho mis comportamientos con el género masculino para que nadie pudiera pensar que yo estaba intentando seducir. Ahora nadie en su sano juicio puede pensar que una señora de 58 años está intentando seducir a un chaval de treinta y algo, un actor, por ejemplo. Ahí soy muchísimo más natural, por ejemplo, y noto que esa relajación hace que la vida sea más cómoda”, indica.

En el libro cuenta que cuando tenía 30 y dirigía programas de televisión, acudía a reuniones “con señores, porque entonces la tele era todavía más masculina”. Como relata, siempre le ha gustado la ropa, el colorido, ir conjuntada, y que todo ello forma parte de su carácter: “En aquellas reuniones hacía mi indumentaria más sobria para que nadie pudiera pensar que, si yo iba vestida de amarillo con un anillo a juego, eso pudiera significar que no estaba preparada intelectualmente, puesto que le estaba dando mucha importancia a la moda, y para que en ningún momento ninguno de esos señores pudiera pensar que yo tenía la mínima intención de utilizar ningún arma de mujer y seducirlos. Todo eso, por supuesto, se acabó”.

"Soy muchísimo más natural, por ejemplo, y noto que esa relajación hace que la vida sea más cómoda"

Cubells aboga por “desmontar de una vez” la llamada teoría de la invisibilidad, un “término masculino que habla de nosotras como objeto y de ellos como sujeto”. “Hemos sido educadas con ese mantra de 'las mujeres hay una edad en que se vuelven invisibles' y habla sólo de una invisibilidad sexual porque está formulada por ellos. Nosotras no podemos depender de su mirada masculina sexual”, defiende.

En el terreno audiovisual, el suyo, la autora plantea el demoledor ejemplo de cómo la ficción ha representado a las mujeres de 50 y 60: frente a las ancianas de Las chicas de oro, las protagonistas de Sexo en Nueva York, de la misma edad, parecían sus hijas. En la actualidad, ve buenas representaciones de esa generación en series como The Good Fight, Big Little Lies o The Split, mientras que le cuesta más decir producciones españolas. Sí cita a Mónica Lopez “como actriz de esa edad, sin aditamentos” en Rapa.

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