Maniobra a la desesperada por el 'casoplón' de 4,7 M€ de Vicente Aleixandre
Conocida como Velintonia está declarada como Bien de Interés Patrimonial.
Situada en el madrileño barrio de Chamberí, concretamente en el número 3 de la calle Vicente Aleixandre, se ubica Velintonia. Así es como se conoce a la casa donde Vicente Aleixandre pasó buena parte de su vida y escribió muchos de sus poemas.
La casa del poeta de la Generación del 27 pasa totalmente desapercibida por el abandono y descuido al que está sometida. La dificultad para encontrar a alguien que se haga cargo de ella desde 1996 ha provocado que salga a subasta por 4,7 millones de euros (7.460 euros por metro cuadrado).
Según ha contado a Madrid Total de El Español, Alejandro Sanz, presidente de la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre (AAVA),la vivienda es propiedad "de la sobrina segunda del poeta, María Amaya Aleixandre de Artiñano, en un 6 %, y en un 40% de cuatro hermanos, los Usera Estirado, que son nietos de una prima de Vicente Aleixandre por parte materna".
La vivienda es considerada uno de los mayores archivos de la obra del poeta así como fundamental para entender a la Generación del 27, ya que vivió allí durante 60 años. Fue bombardeada durante la Guerra Civil y tras ello, plantó un cedro libanés en el jardín como símbolo del renacer, que actualmente se encuentra protegido.
Además, la vivienda recibió la visita de personalidades como Pablo Neruda, José Hierro, Federico García Lorca, Blas de Otero, Miguel Hernández, Pere Gimferrer, Dámaso Alonso, Jorge Guillén, Rafael Alberti o Luis Rosales.
La iniciativa de AAVA nació en 1995, ya que tras la muerte de la hermana del poeta, Conchita, quien vivió allí hasta 1986, cayó en el abandono hasta el día de hoy, que intenta venderse por 4,7 millones de euros.
Según cuentan desde AAVA, las instituciones también han favorecido el abandono del edificio, ya que en 2022 fue declarado Bien de Interés Patrimonial, una categoría "torticera e insuficiente" para Sanz, ya que puede alterar la naturaleza de la casa y destruir parte del inmueble.
Tal y como recuerda Sanz a Madrid Total, la situación hubiera sido muy distinta de haberse tratado de la categoría de Bien de Interés Cultural (BIC) ya que entonces "el Estado tendría la obligación de pujar en la subasta judicial que se va a producir y de ejercer el legítimo derecho de tanteo y retracto, algo que no va a producirse por no tener esta categoría de protección que merece".