Luis Mateo Díez, Premio Cervantes 2023
Ocupa el sillón ele minúscula de la Real Academia Española desde el año 2001.
El leonés Luis Mateo Díez ha sido el escrito reconocido por el Ministerio de Cultura y deporte con el Premio Cervantes 2023, dotado con 125.000 euros.
El ministro en funciones Miquel Iceta ha aclarado que el jurado ha destacado que el autor es uno de los "grandes narradores de la lengua castellana, heredero del espíritu cervantino y creador de mundos imaginarios". El ministro ha sido el encargado de comunicar la noticia al escritor, minutos antes de hacerse público el fallo, y ha explicado que lo ha recibido "con alegría y agradecimiento", ha explicado.
Mateo Díez es miembro de la Real Academia Española desde el año 2001, con el sillón "l" (ele) minúscula. Prolífico escritor, ha sumado el máximo galardón de las letras españolas a otros muchos reconocimientos literarios, además de ser el único autor en lengua castellana que ha obtenido en dos ocasiones el Premio Nacional de Narrativa y el premio de la Crítica gracias a sus novelas La fuente de la edad (1986) y La ruina del cielo (1999).
El escritor irrrealista
La imaginación, la memoria y la palabra son los elementos con los que Mateo Díez, que se define como un "escritor irrealista", crea sus ficciones, que cree que pueden permanecer ajenas a la actualidad aunque no al sentido de lo que ocurre, por lo que a lo largo de su vida literaria se ha dedicado a crear mundos imaginarios.
Espacios oníricos y de ensoñación han sido escenarios habituales en sus novelas, creador de "ciudades de sombra" como su mítica Celama, el territorio simbólico y metafórico imaginado por él para retratar la extinción del mundo rural. Este fue el escenario de tres novelas, El espíritu del páramo, La ruina del cielo y El oscurecer, con la que cerró la trilogía llamada El reino de Celama.
El territorio de Celama es para el autor "una geografía real, entre lo soñado y las sugerencia de lo que podría ser un pueblo de Castilla y León, de León, un territorio muy europeo" y en el que transcurrió su infancia. "Es un territorio del que no me he ido nunca, que circula por ciudades de sombra donde se desarrollan historias", aunque sea "un mundo de supervivencia, muy apegado a la realidad", explicaba.
Su literatura ha seguido por la senda del "realismo irrealista" y por esa vertiente onírica que, ha advertido en ocasiones, no está exenta de humor: "Historias con elementos misteriosos y con perspectiva de humor", dice el autor, porque es también una mirada de lucidez.
Aunque cree que "soñar más de lo debido no es bueno", especialmente en la actualidad en la que "este mundo se ha echado a perder por completo", lo que demuestra en su literatura donde su rico lenguaje poético no está reñido con su preocupación constante por la dimensión moral del ser humano.
Compromiso con la cultura rural
Desde su primer libro de cuentos, "Memorial de hierbas", publicado en 1973, fue consciente de que huiría de una concepción elitista de la literatura porque siempre ha sentido "el arte y la literatura muy atados a la vida".
En su obra hay un compromiso moral con esa cultura rural que conoce tan bien desde la infancia, y, poco amigo de la novela urbana, ha sido más partidario de "la universalidad que del cosmopolitismo".
Entre sus últimas obras se encuentran La soledad de los perdidos (2014), Vicisitudes —un conjunto de cuentos que quedó finalista del Premio de la Crítica de Castilla y León en 2018— o Juventud de cristal (2019).
En 2022 el flamante premio Cervantes regresó a su reino imaginario en su última obra Celama (un recuento), un libro compuesto por 38 historias que transcurren en ese territorio y, aunque la mayoría forman parte de la trilogía, otras son inéditas.
También el arte de narrar, la imaginación y la memoria fueron tema del discurso con el que tomó posesión del sillón I de la Real Academia Española y que ocupa desde 2001.