Las heroínas españolas que fueron capaces de sorprender a Napoleón
Pasaron de la retaguardia a la primera línea

La Guerra de la Independencia española (1808-1814) fue un escenario donde las mujeres demostraron una valentía y audacia que los franceses no esperaban. Mientras Napoleón confiaba en que España sería un territorio fácil de someter, los soldados y las mujeres del país truncaron sus planes.
El papel femenino en la resistencia no solo incluyó la lucha armada, sino también espionaje, propaganda y organización de redes de apoyo, lo que dejó una huella imborrable en la historia. Además, fueron fundamentales tanto en la retaguardia como en la línea de batalla.
Mujeres como Agustina de Aragón, Manuela Sancho, Clara del Rey, María Bellido, Manuela de Luna, Casta Álvarez, Manuela Malasaña o Juana María Galán, 'La Galana' , dejaron claro que la lucha no era solo cosa de hombres.
Las 'fieras' de la resistencia
Goya, en su grabado Y son fieras, reflejó la valentía de las españolas en combate, mostrando a un grupo de mujeres armadas atacando a soldados franceses con una furia inusitada. Una de ellas, con un niño en un brazo y una lanza en el otro, simbolizaba la ferocidad de la resistencia popular.
En Zaragoza, Agustina de Aragón se convirtió en un icono al tomar el control de un cañón y dispararlo contra los franceses tras la muerte de los artilleros. En Bailén, María Bellido destacó por su condición de agitadora de la revuelta, y en Madrid, Manuela Malasaña murió luchando en las revueltas del 2 de mayo.
Pero el coraje no solo se vio en las grandes ciudades. En Valdepeñas, Juana María Galán, 'La Galana' , se lanzó al combate cuerpo a cuerpo con una porra en mano, liderando a otras mujeres en una resistencia feroz contra las tropas napoleónicas. Su acción logró retrasar el avance francés hacia Andalucía, dando tiempo a las tropas españolas para reorganizarse.
Mujeres olvidadas por la historia
A pesar de su valentía, cuando terminó la guerra y Fernando VII regresó al trono en 1814, estas heroínas fueron olvidadas. El monarca, restauró la monarquía absolutista, anulando las reformas liberales impulsadas en las Cortes de Cádiz y persiguiendo a quienes habían luchado por la libertad.
Solo algunas, como Mariana Pineda, lograron mantenerse en la memoria colectiva, tanto que figuras como Federico García Lorca la retrató en su pieza teatral 'Mariana Pineda'. Sin embargo, su participación en la lucha liberal la llevó a ser ejecutada en 1831, convirtiéndose en un símbolo de la resistencia contra el absolutismo y la represión.