J.K. Rowling denuncia que su expareja casi quema el manuscrito de Harry Potter
La escritora ha hablado en el primer episodio del podcast 'The Witch Trials'.
La creadora de Harry Potter, J.K. Rowling, no deja de protagonizar titulares polémicos por sus pensamientos e ideas transexcluyentes. Sin embargo, en la primera entrega del podcast The Witch Trials se ha querido sincerar sobre uno de los episodios más duros de su pasado: la relación de abuso con su expareja, el periodista portugués Jorge Arantes, que calificó, tal y como recoge The Guardian, "como violenta y controladora".
Entre los momentos vividos con él, narró cómo tenía que esconder pliegos de sus libros, entre ellos Harry Potter, para fotocopiarlos y evitar que los quemara.
"En aquella época revisaba mi bolsa cada vez que llegaba a casa", señala. "No tenía la llave de mi propia puerta de entrada porque él tenía que controlarla. Y creo que no es una persona estúpida. El sabía, o sospechaba, que iba a intentar huir de nuevo”, recalca.
Para la escritora, esa época era "un horrible estado de tensión" ya que tenía que ocultar sus deseos de acabar con la relación y también continuar escribiendo a sus espaldas.
"Y, sin embargo, el manuscrito siguió creciendo. Seguía escribiendo. De hecho, él sabía lo que significaba ese manuscrito para mí porque cogió el manuscrito y lo escondió, y ese era su rehén", añade.
En ese momento decidió llevarse algunas páginas a su trabajo todos los días y fotocopiarlas. "Solo unas pocas páginas para que él no se diera cuenta de que faltaba algo", matiza. "Y poco a poco en una estantería de la sala de profesores, el manuscrito creció y creció y creció, porque sospechaba que si no podía llevármelo lo quemaría o se lo llevaría", añade.
Esta no es la primera vez que Rowling habla de la relación de maltrato con su exmarido, con el que tiene una hija de 31 años. En 2020 escribió un post en su blog abordando el tema para defenderse de las acusaciones de transfobia.
"Llevo 20 años bajo la mirada pública y nunca había hablado abiertamente sobre el hecho de que soy una superviviente de la violencia sexual y doméstica. No es porque me avergüence de lo que me ocurrió, sino porque es algo muy traumático de recordar y revivir. Quería proteger además a mi hija, fruto de ese primer matrimonio. No quería reclamar la propiedad única de una historia que también le pertenece a ella. Hace poco, sin embargo, le pregunté cómo se sentiría si contara esa parte de mi vida y me animó a hacerlo”, señaló entonces.