España y Rusia libraron una guerra de 200 años que acabó muy recientemente
Fue uno de los conflictos más largos y, a la vez, más pacíficos de la historia.
La historia, lejos de ser un relato cerrado, está llena de sorpresas y novedades que nos hacen reescribir lo que creíamos conocer sobre el pasado. Nuevas investigaciones, hallazgos arqueológicos y documentos inéditos abren las puertas a episodios sorprendentes. Desde secretos de civilizaciones antiguas hasta conflictos bélicos olvidados, estos descubrimientos nos conectan con la humanidad en formas inesperadas, revelando que el pasado aún tiene mucho que contar.
El proceso de descifrar sucesos históricos es un ejercicio constante de reinterpretación. A menudo, un pequeño hallazgo puede cambiar por completo nuestra perspectiva sobre un acontecimiento o periodo histórico. De este modo, los expertos siguen construyendo un inmenso rompecabezas que nos permite no solo conocer nuestra herencia cultural, sino también comprender mejor nuestro presente.
Recientemente, en una sorprendente y casi anecdótica revelación histórica, se ha dado a conocer que España y Rusia estuvieron oficialmente en guerra durante más de dos siglos sin que nadie lo notara, hasta que la paz se firmó por pura casualidad hace solo 20 años. Esta peculiar situación fue descubierta por el diplomático español Jorge Dezcallar, quien detalló el caso en su libro El anticuario de Teherán: historias de una vida diplomática.
Una guerra silenciosa que comenzó en el siglo XVIII
La historia se remonta a 1770, durante la época en que California formaba parte del territorio español. Según los registros históricos, un enfrentamiento menor tuvo lugar entre un grupo de colonos españoles y exploradores rusos provenientes de Alaska. Este encuentro derivó en un altercado sin mayores consecuencias, pero la noticia llegó al zar de Rusia, quien decidió declarar la guerra formalmente a España. Sin embargo, España, ocupada en otros conflictos, ignoró la declaración.
Lo que siguió fue un conflicto bélico peculiar ya que no hubo batallas, ni bajas ni enfrentamientos adicionales. La declaración de guerra quedó olvidada en la historia hasta que en el año 2000, la embajada rusa en España encontró un documento oficial que evidenciaba que ambos países seguían técnicamente en guerra.
La paz llega por casualidad
Cuando el hallazgo llegó al Ministerio de Asuntos Exteriores español, Jorge Dezcallar, quien entonces trabajaba en la institución, recibió la noticia con humor, preguntando quién iba ganando el enfrentamiento. Sin embargo, rápidamente le aconsejaron zanjar la situación. En un gesto amistoso, los gobiernos de España y Rusia intercambiaron documentos de paz, poniendo fin a uno de los conflictos más largos y, a la vez, más pacíficos de la historia.
Esta singular guerra de más de dos siglos convierte a España en uno de los países con el conflicto más prolongado con Rusia, aunque sin que haya afectado en lo más mínimo las relaciones cordiales que ambos países han mantenido históricamente. Durante todo el siglo XVIII, los lazos entre ambas naciones se caracterizaron por la amistad y la cordialidad, a pesar de este peculiar olvido administrativo.