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El rey que traicionó al pueblo español y lanzó una propuesta infame al mismísimo Napoleón

El rey que traicionó al pueblo español y lanzó una propuesta infame al mismísimo Napoleón 

Un rey indigno de su pueblo y de su trono.

Desembarco de Fernando VII en el Puerto de Santa María, 1823-1828. Por José Aparicio Inglada (1773-1838). Museo del Romanticismo, Madrid, España.Jose Aparicio Inglada (1773-1838)

El pasado 11 de diciembre se cumplieron 212 años desde que Napoleón Bonaparte devolvió el trono de España a Fernando VII, el monarca que, años antes, se lo había entregado en bandeja sin apenas resistencia. Un rey que no solo traicionó a su pueblo, sino que incluso llegó a pedir ser adoptado por el emperador francés, mostrando así su sumisión ante el invasor.

Todo comenzó en 1808, cuando Fernando VII y su padre, Carlos IV, protagonizaron uno de los episodios más bochornosos de la historia española, las Abdicaciones de Bayona. Con el ejército francés ya instalado en España gracias al Tratado de Fontainebleau (1807), que la monarquía firmó, ambos reyes viajaron hasta Francia, donde Napoleón jugó con ellos como quiso.

Carlos IV, no tuvo problemas en ceder su corona a cambio de una pensión y una vida cómoda en Francia. Su hijo, Fernando VII, que había alcanzado el trono tras el Motín de Aranjuez, terminó cediendo también ante la presión y renunció al trono a favor de su padre. Por su parte Napoleón, se quedó con el control total de España y colocó a su hermano, José Bonaparte, como rey.

El cautiverio de Fernando VII

Lejos de actuar con dignidad, Fernando VII pasó los siguientes años prisionero en el castillo de Valençay, en Francia, convertido en un títere de Napoleón. Su comportamiento fue basado en la obediencia y sometimiento, tanto que llegó a solicitar ser hijo adoptivo del emperador.

Mientras en España el pueblo se alzaba en armas contra los franceses en la Guerra de Independencia, Fernando VII bordaba pañuelos, montaba a caballo y mandaba cartas alabando a Napoleón. Se cuenta que, incluso durante la boda del francés con María Luisa de Austria, gritó emocionado: "¡Viva el Emperador, nuestro Augusto soberano, viva la Emperatriz!".

El regreso del “Deseado” y su traición final

Paradójicamente, cuando la lucha del pueblo español y la presión internacional obligaron a Napoleón a devolver el trono en 1813, Fernando VII fue recibido como un héroe. Pero su vuelta no trajo la libertad ni el progreso que tantos esperaban sino todo lo contrario. Nada más recuperar el poder en 1814, abolió la Constitución de 1812, persiguió a los liberales y restauró el absolutismo, condenando a España a décadas de atraso y represión.

El rey que traicionó a su pueblo no solo se arrodilló ante Napoleón, sino que, al recuperar el poder, apagó las esperanzas de aquellos que habían luchado por una España libre. Su reinado marcó uno de los periodos más oscuros de la historia de España, con persecuciones, exilios y el retorno de la inquisición política. Hoy, más de dos siglos después, su legado sigue siendo recordado como el de un monarca débil, traidor y nefasto para España.