El desconocido pueblo de Córdoba que fue cuna de la unidad de élite del ejército español más recordada
Luchó en tres continentes diferentes.

Pocos saben que en la localidad de Belalcázar nació una de las unidades de élite más recordadas del ejército español. Se trata del Tercio de Granada, también conocido como el Tercio del Casco de Granada, y apodado “El Arrojado” por su valentía en el campo de batalla.
Belalcázar, situado al norte de la provincia de Córdoba, es conocido por su imponente castillo, uno de los más altos de Andalucía. Además, este pueblo tiene una rica historia que se remonta a la época medieval. Su patrimonio arquitectónico, sus tradiciones y su conexión con hechos históricos clave, lo convierten en un lugar de gran interés cultural.
Los hombres del Tercio de Granada combatieron en guerras contra Francia y Portugal, defendieron Ceuta y Melilla, cruzaron el Atlántico para luchar en América y participaron en hitos históricos como la Guerra de Sucesión (1704) y la Guerra de la Independencia (1808). También estuvieron en la guerra de Cuba (1859) y en el Rif (1921). Sin embargo, su origen en Belalcázar ha quedado casi en el olvido.
El nacimiento de una unidad legendaria
La historia del Tercio de Granada comenzó el 29 de febrero de 1588 en la ermita de Santo Domingo, en Hinojosa del Duque. Por orden del rey Felipe II, se creó una compañía de 300 hombres del condado de Belalcázar, con el objetivo de defender el Reino de Granada tras la Reconquista.
Con el tiempo, la unidad creció hasta convertirse en un tercio provincial con más de 1.000 soldados bajo el reinado de Felipe IV. Además, contaba con un cuartel general en Granada, donde realizaba sus asambleas y reclutamientos. Sus soldados destacaban por su disciplina y sacrificio, lo que les valió el respeto dentro del ejército español.
Un homenaje tardío
Según el Diario de Córdoba, la Asociación Turdulia Belalcazarensis, dedicada a la divulgación de la historia local, ha impulsado recientemente el reconocimiento del Tercio de Granada. En colaboración con el Ayuntamiento de Belalcázar, colocaron un cañón en la torre del antiguo depósito de agua del pueblo como símbolo de la importancia histórica de la unidad.
El Consistorio ha señalado que este hcho histórico está "casi olvidado en la villa", pero espera que iniciativas como esta ayuden a recuperar el reconocimiento de una unidad militar que llevó el nombre de Belalcázar a los campos de batalla de medio mundo. Hoy, el cañón apunta al cielo como testigo silencioso de una historia de valor y sacrificio que merece ser recordada.