Dani Fernández: "No vamos de buenos músicos y no somos unos fuera de serie, somos gente que sube al escenario y hace lo que sabe"
Entrevista con el cantante que se ha colocado en el número 1 con su nuevo disco 'La jauría'.
Dos semanas después del lanzamiento de La jauría, el nuevo trabajo de Dani Fernández se ha colado directamente en el número uno de álbumes más vendidos y cuatro de sus temas —Me has invitado a bailar, ¿Y si lo hacemos? con Valeria Castro, Por no bailar contigo y Todo cambia— están en el top 100 de canciones más escuchadas.
Este viernes ha recibido el premio como Mejor artista en directo en los LOS40 Music Awards y en unos días se conocerá si también se lleva a casa un MTV EMA como mejor artista español. En el horizonte, además, dos conciertos en el WiZink, el 26 de diciembre y el 8 de marzo para los que hace tiempo que ya no hay entradas.
Ya lo dijo David Broncano hace unas semanas cuando le entrevistó en su programa: es una estrella de la música. Al recordárselo, el músico y excomponente de Auryn sonríe vergonzoso, pero reconoce que le va bien, muy bien, y que está contento. "Estoy ilusionado con este disco y la verdad es que no me puedo quejar. Pero con los pies en el suelo, sabiendo que esto en algún momento puede terminar", señala.
¿Y quién te mantiene los pies en el suelo?
Siempre he dicho lo mismo: cuando las cosas iban mal estaban mis amigos, mi familia y mi gente, y cuando van bien siguen estando mis amigos, mi familia, mi gente y mi círculo cercano. Creo que lo más importante en la carrera de alguien, y ya no solo en la música, en general, es la gente que tienes al lado, porque se te puede ir la cabeza. Creo que tener siempre a alguien al que contarle tus cosas, cuidar a tu gente, tener amigos de verdad que te dicen las cosas que no quieres escuchar... Es muy importante que, a veces, te digan las cosas que no quieres escuchar y yo eso lo he tenido siempre a mi lado, tanto por parte de mis padres como por parte de mis mejores amigos, siempre me han dicho lo que no quiero escuchar y es lo que me hace seguir teniendo criterio, seguir teniendo esa humildad necesaria para para poder afrontar la vida.
Visto lo sucedido con Liam Paine y su relación con la fama. Tú también has formado parte de una boy band y la fama, a otro nivel más pequeño, te llegó temprano. ¿Supiste controlarlo?
No siempre, no siempre. De hecho, recordando situaciones pasadas, a veces digo ‘qué tonto fui en muchas ocasiones’. Creo que cuando eres un chaval, cuando tienes 20 años y te pueden las ganas, los nervios, las ganas de vivir, ese dejarte llevar... Creo que fui más tonto de lo que debería, pero eso nos pasa a todos. Lo que pasa es que tenía muy cerca a mis padres, que siempre estuvieron encima de mí, siempre me controlaron. O sea, yo tenía 22 años y mis padres me controlaban lo que gastaba y lo que no. A veces era una mierda, pues claro, y les decía ‘es que no os tenéis que meter en mi vida’ y cosas así, pero esas discusiones son necesarias. Es lo que te digo, cuando te llega tu mejor amigo y te dice ‘deja de ser un tonto’, hay dos tipos de personas, las que dejan de ver a su amigo porque le ha llamado tonto y porque cree no le entiende, y la que piensa ‘por qué me está diciendo esto’ y reflexiona.
Antes has dicho “cuando me iba mal”. ¿Cuándo te ha ido mal?
A mí es verdad que nunca me ha ido mal, de hecho, mi padre siempre me dice que tengo una flor en el culo desde pequeño. Nunca me ha ido mal y siempre he sido feliz, o por lo menos lo que creo que se considera ser feliz con mi música, pero hay veces que lo he pasado mal, que no todo ha sido bonito. Ha habido muchas circunstancias en las que he tocado fondo, aunque siempre he tenido apoyo, siempre me he visto apoyado por gente y nunca me he visto en la mierda absoluta. Cuando lo dejé con la banda, por ejemplo, lo dejé a la vez con una chica con la que llevaba tres años y para mí era mi vida, mi universo... Y entonces de repente ahí es como un todo que me desbordaba y las paredes se me caían encima. Es verdad que también estuve a punto de la ruina porque tenía una hipoteca y me estaba quedando sin dinero...
¿Pensaste en dejar la música?
Sí tuve momentos de dejar la música. Hubo un momento en la pandemia, cuando salieron algunas cosas en la prensa, que se me juntaron con algunas situaciones personales, que me preguntaba si me merecía la pena. A mí me afectan mucho lo que dice la gente, me ha afectado mucho cuando se ha entrado en cosas más personales...
¿Esa es la jauría que da nombre al disco? La nota de prensa dice que “la jauría representa la sociedad que es capaz de criticar, de opinar sin conocer, sin saber y ser muy cruel”.
Yo he experimentado esa jauría muchas veces, pero en este caso quería poner al disco La jauría porque cuando empecé a hacerlo me vi envuelto en una serie de dudas e inseguridades porque yo estaba pensando más en el público, en 'a qué público tengo que ir', en 'cómo se lo van a tomar', en las expectativas de la compañía... Estaba más pendiente de eso que de hacer canciones. En ese momento me di cuenta de que vivimos en un mundo en el que cualquier persona, ya no solo la gente que se dedica a la música, puede subir una foto a sus redes sociales y estar expuesto a que le digan que no le gusta su corte de pelo, que tiene el pelo muy largo, que vaya ropa se ha comprado, que vaya zapatillas... Cada vez más estamos expuestos a una opinión pública y me puse a reflexionar sobre eso. Cuando yo era chaval, por ejemplo, había muchos roles dentro de un grupo de amigos, y estaba el amigo que le gustaba el heavy metal y el amigo al que le gustaba el rap, y ahora parece que nos tiene que gustar todo a todos, ¿sabes?
Es como que la moda es una cosa que si no estás dentro de eso, ya no molas tanto. Y a mí eso me hace reflexionar sobre la personalidad de la gente. Si a ti te gustan unas zapatillas y al resto no le gustan, pero a ti te gustan, te las tienes que poner porque te gustan y porque tienes que demostrar que tienes personalidad. Entonces esa es mi forma de hacerme ver a mí mismo que muchas veces estamos más pendientes de las opiniones y de los juicios de la gente que de nosotros mismos.
Sencillamente, te presionas a ti mismo para no defraudar a ese público, a la compañía que siempre quiere más, al dejarse llevar por las tendencias y no hacer música para ti... Al final es lo que te digo, estaba más pendiente de eso que de hacer canciones y yo siempre había sido un artista que daba mucha más importancia a la música que al público. Entonces, por todo eso le llamé La jauría.
¿Y en qué ha quedado todo ese debate contigo mismo? Leía a alguien que decía que no hacías ni pop, ni rock, ni indie, “pero hace algo que suena fenomenal”.
Pues mira, justamente es eso. Al final estoy muy orgulloso de haber vencido esos miedos, esas inseguridades. También es muy importante, como te digo, rodearte de gente que te escucha. Cuando llevaba un añito de composición, me senté con el equipo y les expuse que no estaba pasando por mi mejor momento compositivo, que me costaba hacer canciones y que necesitaba tiempo. Ellos me entendieron y, en vez de meterme más prisa, me tranquilizaron y comprendieron que este era un proyecto en el que no merecía la pena correr porque las prisas en un proyecto como el mío, tan auténtico, que habla de mí, que habla de mi forma de pensar, de mi forma de sentir... Si me aceleras, al final te voy a hacer algo de mucha menos calidad.
Ellos lo entendieron y me dieron ese tiempo necesario para poder encontrarme a mí mismo y para poder experimentar. Y ahora digo que en este disco he podido tender hacia los dos extremos: es alguien que hace pop, alguien que hace rock y que hace un poco de lo que le siente en cada momento. He hecho canciones que van mucho más al pop, mucho más que antes, porque antes yo a mí mismo me decía ‘no, no, Dani, tú tienes que cuidar a ver si a la gente que te escucha más de cantautor le vas a parecer más blando y tal’. Canciones como Todo cambia o Me has invitado a bailar, son canciones que gustan al público general. Pero luego tenemos otro tipo de canciones más exclusivas o más íntimas, más mías, como Competir, Joderme la vida o Cariño, suéltate el pelo que tiran más al festival, al concierto, al directo. Por eso estoy tan contento y tan ilusionado con este disco, porque creo que hemos hecho una mezcla muy, muy guay de lo que es Dani Fernández y que es más Dani Fernández que nunca.
En el disco Valeria Castro canta contigo ¿Y si lo hacemos?. Cuando lo anunciasteis en redes sociales desatasteis la euforia.
Sí, la verdad es que sí. Yo ya sabía lo que era Valeria y lo que a mí me despertaba cada vez que escuchaba su voz. Descubrí a Valeria en un pase de modelos en la Fashion Week en el que estaba cantando ella sola con su guitarra y me enamoré de su voz. Me encantaba su fragilidad, su timbre... Y luego habíamos coincidido varias veces, habíamos intercambiado unos mensajes por redes sociales, pero en los Premios Dial me armé de valor y le mandé el tema ese mismo día. Le dije ‘escúchalo porque creo que es una canción a la que puedes aportar muchas cosas bonitas y quiero escuchar en tu voz’. Para mí ha sido un lujo ya no solo trabajar con ella, sino también conocerla. Ella es una persona maravillosa, muy tímida, pero que a la vez tiene muchas ganas de vivir y tiene mucha vida dentro, que muchas veces a la gente tímida es complicado verle esa vida interior. Ha sido un lujazo tenerla conmigo.
Yo no suelo escuchar normalmente mis canciones, cuando termino el disco ya no suelo escucharlo más. Sin embargo, la canción de Valeria como que me apetece escucharla de vez en cuando porque su voz me parece que en el disco suena maravillosa.
También hay otra colaboración más, con un veterano...
Sí, además es justamente todo lo contrario, es una persona con mucha experiencia y es un referente. Iván Ferreiro me ha enseñado mucho, cada rato con Iván es una master class. O sea, él se expone y te ayuda mucho. Es una persona que escucha mucho y habla mucho, que normalmente la gente es como que o escucha o habla. Sin embargo, Iván es una persona que sabe escuchar y que te sabe aconsejar pero escuchándote primero. Le agradezco todos esos ratos que hemos pasado juntos haciendo esta canción y grabando el vídeo. Es uno de uno de mis referentes.
Ya hemos hablado de que estás en un buen momento, tus canciones se oyen mucho, tu música gusta, las críticas son favorables. ¿Hay alguna crítica o un comentario que te haya hecho especialmente daño?
Por supuesto. Sé que a todo el mundo no le voy a gustar y a mí mismo me convenzo de ello. Pero hay una cosa que es lo que a mí me sienta mal: ser mala persona. Puedes hacer comentarios negativos sobre mi música, sobre si te gusta como visto o si te gustan las cosas que ves, pero lo que no comparto es la actitud de hacer mal a una persona por hacer. Yo he podido cometer errores y he podido hacer sentir mal a alguien en muchas ocasiones, pero nunca ha sido queriendo. Sin embargo, hay personas que te citan y que saben que lo estás viendo o que lo puedes llegar a ver y les encanta decir ‘mira lo que te he dicho, y te he jodido y te echo daño’. Entonces me parece que se nos llena la boca defendiendo la salud mental y luego está esta gente, que seguramente que irán de buenas personas. Cuando haces un comentario así a una persona... En mi caso porque estoy de cara al público y al final salgo en la tele y expongo mi trabajo, pero que llegues a un camarero en un restaurante y le digas en su cara ‘qué mierda de trabajo estás haciendo’, eso está fuerísima de lugar.’ O sea, puedes conectar más con él o te puede gustar más o menos su trabajo, pero la educación, no sé, ser buena persona, creo que eso prima muchísimo. Mi cabeza no logra entender cómo alguien en su casa es capaz de alegrarse de que una persona se sienta mal. A mí no me entra en la cabeza.
Por eso me afectan estas cosas, porque yo me pregunto qué tipo de vida tiene que tener esta persona para que me lance ese comentario. Luego hay quien me ha hecho críticas, y me han mandado incluso privados, y me lo han dicho con toda la educación, con respeto. Incluso hay muchos a los que les he contestado y les explicado mi opinión o mi punto de vista.
Por ejemplo: ayer que estuve cantando en directo en una televisión, y te puede gustar más o menos, pero tú no sabes cómo ha sido la prueba de sonido, lo difícil que es sonar bien en una tele, que nos arriesgamos y llevé a la banda, y que te llegue alguien y te diga ¡qué mal suena!... Con lo que me quedo es que hemos hecho todo lo posible y nosotros somos lo que somos. Nosotros no vamos de buenos músicos y no somos unos fuera de serie, somos gente que se sube al escenario y hace lo que sabe, lo que siente y en lo que lleva trabajando años.
Durante la gestación de este disco también te has estrenado como padre. ¿Cómo ha influido la paternidad en La jauría?
Pues mira, se nota en las prioridades y en el descanso. Pero también estoy más tranquilo, mucho más tranquilo. Intento estar más tiempo en casa, escribo menos, eso también, y tengo menos tiempo. Pero saca de ti un lado más personal, especialmente el hecho de saber que cualquier cosa que yo escriba ahora, mi hija lo va a escuchar cuando crezca. Y todo lo que digan de mí y todo lo que se vea en redes sociales y todo lo que yo haga a partir de ahora, mi hija lo va a poder ver, y eso conlleva una responsabilidad de la que a veces no somos conscientes, porque hay veces que no me acuerdo de eso. Y cuando lo pienso se me ponen los pelos de punta porque al final todo lo que yo haga y todo lo que mi mujer haga [su mujer es la cantante y compositora Yarea] va a repercutir en la educación de mi hija y por eso intento ser más responsable.
Una curiosidad: ¿la canción Por no bailar contigo la escribiste pensando en ella?
No, no, no, pero es verdad que cuando la escuchas, la analizas, hay trozos que parece que se la dedico a ella. Pero no, realmente habla de una ruptura porque también puede haber rupturas en las que se acaben bien. Es verdad que yo casi todas las relaciones que he tenido han terminado mal y entonces quería hacer una ruptura que terminara bien y que terminara diciendo que ‘incluso cuando estés con otra persona, no van a saber lo grande que tú puedes llegar a ser’.
Tienes dos WiZink en breve... Has agotado las entradas en poco tiempo, ¿va a ser tu gran momento?
Bueno, para mí todos los conciertos son especiales, los pequeñitos también, todos. De hecho, una de las cosas que aprendí de Supersubmarina cuando hablábamos de lo que pasó, es que en cualquier momento puede ser tu último concierto o puede irte mal. Yo siempre que subo a un escenario es para para darlo todo y para dejarme la piel ahí. Estos WiZink son muy especiales, son muy especiales y los vamos a tratar como tal, pero tampoco me gusta diferenciarlos del resto. Es como que me gusta Madrid, que está situado en el centro de toda la península y es el mejor sitio para que todo el mundo pueda venir, y además es un sitio tan grande que se puede hacer un buen espectáculo y puedes hacer realidad algunos sueños que tienes de pequeño y algunas ideas locas.
¿Qué sueños?
Pues me acuerdo que cuando era pequeño me hubiera gustado volar.
¿Vas a volar?
No, no, no... Pero, por ejemplo, mi amigo Nil (Moliner) sí volaba en sus últimos conciertos. Pero son cosas locas y eso solo lo puedes hacer cuando es un recinto tan grande. Entonces, en estos dos nos vamos a dejar la vida por hacer que toda la gente que venga desde todos los lugares, toda la gente de Madrid, viva una experiencia única.