Una nueva alerta alimentaria grave pone de nuevo en el punto de mira al atún producido en España
Se trata de la segunda en siete meses.
Una nueva alerta sanitaria ha puesto el foco en el atún español. La red de alertas alimentarias de la Unión Europea, a través del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF), ha emitido una alerta sanitaria de nivel "grave" sobre unos lomos de atún producido en España debido a una alta concentración de mercurio.
La alerta fue detectada en Italia en una serie de lomos de atún aleta amarilla (Thunnus albacares) descongelados y marinados procedentes de España y ha sido calificada “notificación de información para atención".
Las autoridades italianas habrían retirado las piezas del lote afectado del mercado, donde fue detectado el alto nivel de mercurio, y han pedido a las personas que lo tengan en su domicilio que no lo consuman.
En los análisis realizados se vio que el atún superaba los niveles de mercurio que marca la legislación europea. Concretamente se detectaron niveles de 1,7 ± 0,4 mg/kg, siendo el límite establecido en 1,0 mg/kg. Esto representaría, según las autoridades, un "riesgo significativo para la salud", especialmente para personas vulnerables como mujeres embarazadas, niños o personas que consuman mucho pescado en la dieta.
Esta alerta se suma a otra lanzada el pasado mes de abril, también por autoridades italianas, cuando se detectaron niveles de 2,2 ± 0,3 microgramos por kilo, en unos lomos de atún rojo refrigerados también producidos en España.
Riesgos del mercurio y cuáles son los pescados con más contenido
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición al mercurio, incluso a pequeñas cantidades, puede causar graves problemas de salud y es peligrosa para el desarrollo intrauterino y en las primeras etapas de vida. Este metal puede ser tóxico para los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, la piel y los pulmones riñones y ojos.
Aunque los seres humanos pueden verse expuestos al mercurio en diversas circunstancias, las principales vías de exposición son el consumo de pescado y marisco contaminado con metilmercurio y la inhalación en procesos industriales. Además, el hecho de cocinar los alimentos no elimina el mercurio presente en ellos.
Tras la inhalación o ingestión de distintos compuestos de mercurio o tras la exposición cutánea a ellos se pueden observar trastornos neurológicos y del comportamiento, con síntomas como temblores, insomnio, pérdida de memoria, efectos neuromusculares, cefalea o disfunciones cognitivas y motoras.
De entre los pescados, aunque el atún no es el que más contenido en mercurio tiene, sí que se encuentra entre los que tienen niveles más altos. Según un estudio de investigadores de la Comunidad Valenciana y publicado en la Revista Española de Salud Pública, el pez espada y el emperador, tienen los niveles más elevados con 0,80 mg/kg.
Mientras que el atún tendría de media 0,48 mg/kg y 0,28 mg/kg en el caso del atún en lata. Esto llamaría a la limitación del consumo de estos pescados a niños, adolescentes, embarazadas y personas especialmente vulnerables.