Un desconocido pueblo español lucha por convertirse en la meca del café en Europa
Se beneficia de un microclima singular generado por las montañas y robles que lo rodean.
Eva y Joan han invertido casi una década en dar con la fórmula para convertir su pequeño pueblo de apenas 2.000 habitantes en el epicentro del cultivo de café en Europa. Han sembrado 5.000 cafetos en su finca de Sant Vicenç de Torelló, Cataluña.
El municipio busca posicionarse en un territorio reservado, de momento, para zonas tropicales y subtropicales. Con el objetivo claro, la pareja ha probado y adaptado la planta al terreno y clima del pueblo.
A diferencia de las condiciones habituales de las plantaciones de café, en Sant Vicenç de Torelló el cultivo se beneficia de un microclima generado por las montañas y robles que rodean el valle. Aun así, los cafetos deben sobrevivir inviernos con heladas de hasta -5°C y veranos que pueden alcanzar los 40°C.
Adaptación genética
Ante este reto, Joan y Eva han respondido con técnicas de adaptación genética. Tras tres intentos de germinación fallidos, lograron sus primeros frutos al "estresar" las plantas y seleccionar semillas de origen confidencial. Además, en verano, están al aire libre en cultivos sombreados, pero cuando llega el frío y las heladas, los refugian en un invernadero.
Joan y Eva esperan que su finca llegue a producir 7.000 kilos de café al año en los próximos siete años, con variedades Geisha y Castillo, reconocidas por su alta calidad. Para 2025, se espera que expertos en café puedan realizar las primeras catas en la finca. Asimismo, la iniciativa aspira a abrir nuevas oportunidades de empleo.
La producción de café en esta región plantea un cambio sin precedentes en la península. En lugares como Agaete, en Gran Canaria, y zonas de Málaga y Almuñécar, las condiciones climáticas ya habían permitido intentos de cultivo, pero el caso de Cataluña marca una nueva alternativa.