Tres mariscos presentes en cualquier cena de Navidad que disparan el colesterol malo

Tres mariscos presentes en cualquier cena de Navidad que disparan el colesterol malo

Elegir bien el menú de Nochebuena puede marcar la diferencia para quienes cuidan su salud cardiovascular.

Un plato de marisco, típico de Navidad.Adolfo Pardo

Los mariscos son los grandes protagonistas de las cenas de Navidad, pero no todos son igual de beneficiosos para la salud. Mientras que muchos aportan omega-3 y proteínas de alta calidad, algunos tiene un contenido en colesterol que puede resultar problemático, especialmente para quienes tienen el colesterol alto o sufren problemas cardiovasculares.

Las gambas, los langostinos y el calamar son tres de los mariscos más populares en Navidad, pero también destacan por su alto contenido en colesterol. Estos alimentos aportan entre 150 y 200 miligramos por cada 100 gramos, un valor significativo dentro de la ingesta diaria recomendada. En el caso del calamar y otros cefalópodos, como el pulpo, las cifras ascienden incluso hasta los 260 miligramos por cada 100 gramos.

A pesar de su alto nivel de colesterol, estos mariscos tienen un bajo contenido en grasas saturadas. Esto puede amortiguar parcialmente su efecto en los niveles de colesterol LDL, el conocido “colesterol malo”. Sin embargo, el problema no solo está en el contenido de colesterol de los alimentos, sino también en los óxidos de colesterol que se forman durante el almacenamiento y la cocción, que son proinflamatorios y pueden contribuir a la formación de placas en las arterias.

No todos los mariscos son igual de comprometidos para el colesterol. Los moluscos bivalvos, como las almejas, los mejillones y las ostras, contienen entre 50 y 80 miligramos de colesterol por cada 100 gramos, cantidades mucho más manejables. Además, aportan minerales esenciales como zinc, hierro y selenio, que ayudan a fortalecer el sistema inmunitario y combaten el estrés oxidativo.

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