Estos son los cinco tipos de aceite de oliva y la forma de reconocerlos
Las claves están las notas que se tomen en la cata.
Con la subida de los precios del aceite de oliva virgen extra (AOVE), cada vez son más los que proponen alternativas como el aceite de oliva e incluso el aceite de orujo de oliva. Otros proponen usar otros aceites como el de girasol o el de colza, también opciones recomendadas por los nutricionistas.
A pesar de que los compuestos y las características organolépticas del aceite varían tanto por el tipo de aceituna, por dónde esté situado el olivar o por el momento de recolección y prensa de la aceituna, hay otros elementos que caracterizan cada tipo de aceite.
El grado de acidez o su sabor más o menos frutado caracterizan los distintos tipos de aceite. Por ejemplo, según establecen Consejo Oleícola Internacional (COI), las diferencias en el sabor de los distintos aceites de oliva son varias.
En el caso del AOVE, su acidez es baja y nunca superará los 0,8º, además predominará el "toque frutado". En el caso del aceite de oliva virgen, es más ácido, aunque inferior a los 2º y todavía tiene un toque afrutado "perceptible".
A diferencia de estos, tanto en el lampante como en el de oliva de orujo y el de oliva refinado no se notan los toques afrutados. El aceite de oliva lampante tiene una acidez superior a los 2º e indican que "no es apto para el consumo directo, pero sí para mezclarlo con otros aceites de oliva".
Tal y como indicó en un reportaje de El HuffPost Juan A. Peñamil, editor de la Guía EVOOLEUM, "el que ponen ‘suave’ o ‘intenso’ es un aceite de oliva refinado, es decir, que no era apto para el consumo, porque tenía más de 1 grado, lo que se llamaba lampante y lo llevan a una refinaría y le añaden un poquito de virgen y ese es el aceite".
El aceite de oliva de orujo procede del prensado de las pieles de aceituna y restos orgánicos que quedan tras el primer prensado, mientras que el de oliva refinado se elabora como mezcla de aceite de oliva virgen y otros como el de orujo o el lampante.