El precio del aceite que sustituye al de oliva se desploma
La FAO asegura que las principales alternativas están dado un respiro al bolsillo.
Podrían considerarse los datos 'de la esperanza', aunque es complicado teniendo en cuenta el panorama al que los consumidores estarán sometidos durante las próximas semanas/meses. Quizá podría ser algo así como un premio de consolación ante el tsunami inflacionista que los expertos prevén.
Pero si nos centramos en el sector olivalero, parece -y solo parece- que podríamos estar ante una pequeña tregua, al menos para poder adquirir algunas de las alternativas más comunes al aceite de oliva.
Según apunta la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), encargada de medir las fluctuaciones -mensuales- del mercado mundial en el sector alimentación, los precios de los alimentos durante el mes de agosto se situaron en un promedio de 121,4 puntos, o lo que es lo mismo, un 2,1% menos que en el séptimo mes del año, y un 24% menos que febrero de 2022, cuando estalló de forma definitiva la guerra entre Ucrania y Rusia.
El precio de las alternativas al aceite de oliva se toma un respiro
Según afirma el organismo y de acuerdo con lo recogido por El Economista, el precio de los aceites de origen vegetal descendió un 3,1% en el mes de agosto, 'compensando' aunque de forma insuficiente, la subida de más del 12% que tuvo lugar en el mes anterior.
En el caso del aceite de girasol, los precios experimentaron un descenso de casi un 8% al juntarse los dos factores diferenciales: una altísima oferta y una disminución acusada de la demanda.
Algo parecido ocurrió con el aceite de soja, cuyos precios también sufrieron un descenso repentino debido a unas condiciones más favorables para su cultivo en Estados Unidos. En último lugar, el aceite de palma también registró un descenso moderado en sus precios como consecuencia del aumento estacional de la producción principalmente en el sureste asiático.
Todo esto responde en gran parte a las largas prohibiciones que, junto a las restricciones a la exportación, provocaron que los principales suministradores mantuvieran las reservas y se vieran obligados a renegociar sus contratos, afectando así al comercio al pormenor.