El pan de España es despreciado por los especialistas
Ni un mísero puesto o mención en un 'top 50'.
Sorprendente, cuanto menos. Una gastronomía como la española, que goza de gran fama y renombre internacional por incontables productos en los que la calidad o el respeto por las elaboraciones tradicionales son clave, acostumbra a ser siempre uno de los platos fuertes de las guías y recomendaciones culinarias. Aunque hay excepciones, como la siguiente.
En una información de la cadena estadounidense CNN, en su edición portuguesa, se han hecho eco de un análisis a cargo de una experta. Se trata de Jen Rose Smith, "una pastelera convertida en escritora cuyo trabajo explora los viajes, la aventura y la comida", se detalla en dicha noticia.
La especialista de CNN presenta así dicho análisis: "Esta lista refleja esa diversidad [culinaria entre países]. Además de su sabor memorable, estos panes fueron elegidos por sus ingredientes únicos, su estatus icónico y el puro placer familiar de comerlos". Mas hay algo que llama la atención, ni una sola mención a alguno de los distintos panes de España.
Los '50 panes más maravillosos del mundo'... sin España
En este sentido, en dicho artículo puede hallarse referencias a panes de algunos rincones recónditos del mundo. Desde las "burbujas doradas de masa crujiente que salpican un bolani" afgano al lavash armenio que se suele colocar a los recién casados en el cuello de forma tradicional o que se estira entre grupos de su mujeres en su preparación.
Sorprenden elecciones, curiosas eso sí, como la del pan húmedo australiano, que pasa por una "simple mezcla de agua, harina y sal que se puede cocinar directamente en la ceniza, prensar en una sartén de hierro fundido o incluso tostar con la punta de un palo". También destacan opciones como los bagels de Montreal (Canadá), en los que la autora del análisis ya advierte que "los neoyorquinos pueden pensar que tienen el monopolio de los bagels, pero la versión de Montreal es un manjar completamente diferente".
Quizás haya una tímida mención a la migración española en Sudamérica -y el legado que dejaron en términos culinarios- cuando se alude a la marraqueta de Chile: "Una afluencia de inmigrantes europeos trajo sus tradiciones del pan de trigo a Chile en el siglo XIX y principios del XX, y el bocadillo favorito del país desciende de esa colisión cultural". Incluso recupera un refrán chileno que puede sonar en España: "Nació con una marraqueta bajo el brazo".