El creador del mítico del Flax que saca 100 millones de golosinas al año en la Siberia extremeña
Con casi 50 años de experiencia, Burmar sigue siendo un símbolo de frescura y color, produciendo golosinas que refrescan a los españoles en los calurosos veranos.
En medio del ardiente verano de Talarrubias, Badajoz, donde los termómetros fácilmente superan los 40 grados, nació un producto que ya es parte de la historia de España: el FLAX. Fue en los años 70 cuando una familia dedicada a la venta de polos caseros a domicilio se decidió por crear una golosina helada que ayudase a paliar las altas temperaturas que se registraban en la capital de la comarca de la Siberia Extremeña.
El punto de partida del famoso FLAX se encuentra en una fábrica de hielo propiedad de esa familia. Evaristo Burgueño, hijo del fundador y con el que comparte nombre, cuenta a El Español que su padre dejó los estudios a los 23 años para emprender este negocio. Lo que comenzó con dificultades, como recuerdan, ha evolucionado a lo largo de los años hasta convertirse en una empresa llamada Burmar, que produce más de 100 millones de golosinas al año y las distribuye por toda España, Europa, el Norte de África y Canadá.
El polo FLAX, asequible y apreciado por su económico precio, se inspiró en el superhéroe de cómics Flash Gordon. La golosina helada se convirtió rápidamente en un elemento esencial del verano por su capacidad refrescante y por sus sabores: fresa, limón, lima, naranja y cola.
Hoy, la segunda generación de la familia está al mando de la empresa. Cuatro hermanos con un papel distinto en la compañía que han seguido innovando y ampliando la gama de productos de Burmar, incluyendo golosinas ecológicas veganas o con menos azúcar.
A pesar de su éxito, la empresa sigue comprometida con su lugar de origen en Talarrubias, y planea expandir su mercado en Extremadura para impulsar la economía en una de las zonas más despobladas de España, que es poco conocida pero ahora es famosa por sus sabrosas golosinas FLAX.