Los efectos del café instantáneo y del tradicional en tu cuerpo
Seguro que esto no te lo esperabas.
Con toda probabilidad, si alguna vez has optado por tomar café soluble, te habrás preguntado si este es peor que el normal o si tiene menos beneficios (o más perjuicios) para la salud. Se trata del café instantáneo, aquel que no procede directamente de los granos molidos, sino que ha sido sometido a un proceso posterior.
Es necesario repasar la forma en la que se extraen los granos del café y se tratan antes de llegar tostados (o directamente molidos y/o en mezcla) en la bolsa que compras en el súper. Primero se recogen las cerezas del café -el fruto- para después separar los granos -semillas- y se pasan por el horno para ser tostados.
Con ese proceso se logra aumentar el tamaño de los granos, al tiempo que se deshidratan y se baja la cantidad de cafeína, antes de la tarea de envasado. En este sentido, en el caso del soluble, el proceso es idéntico, excepto por que después del tostado se aplica otro proceso denominado liofilización, es decir, otra deshidratación dirigida a conservar el alimento perecedero mediante un congelado con el que reducir la presión circulante.
Los beneficios de un tipo y de otro
Según ha publicado en un reportaje Semana, el café instantáneo y el normal tienen los mismos beneficios y perjuicios, a pesar del sabor, evidentemente distinto. A grandes rasgos, se trata de la mejora de la actividad cerebral -con un consumo moderado-, la reducción de riesgo de padecer Alzhéimer o la mejora de la longevidad.