Cuidado con lo que compras en el supermercado: dos frutas que parecen iguales pero son muy diferentes

Al acudir a comprar al supermercado es importante prestar mucha atención a lo que se compra, ya que en algunos casos lo que se podría estar adquiriendo es un producto que no es el que realmente se quiere.

Es lo que ocurre por ejemplo con dos frutas que aunque a simple vista pueden parecer iguales, realmente cuentan con características muy diferentes. Nos referimos al plátano y a la banana.

Tal y como recoge 20 Minutos, unos de los elementos a través de los que se puede diferenciar un plátano de una banana es el tamaño, ya que el plátano es pequeño, corto y curvo, y la banana es más grande, larga y recta.

Igualmente, el plátano tiene unas motitas negras en la piel (que se acentúan a medida que la fruta madura) con las que la banana no cuenta. Además, el plátano, al madurar, se vuelve de un color más oscuro.

Más allá del aspecto, también hay diferencias entre el sabor del plátano y el de la banana, tal y como confirma la ciencia. En concreto, un estudio de la Universidad de Navarra para la Asociación de Organizadores de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan) asegura que el plátano es más dulce que la banana debido a su alto contenido en azúcares.

No obstante, ello no significa que el plátano engorde más que la banana, de hecho, es al contrario. El plátano aporta 94 Kcal por cada 100 gramos, mientras que la cifra en la banana asciende a 110 kcal en esa misma cantidad de alimento.

En cuanto a la fibra, tiene mayor contenido el plátano (3,4 gramos por cada 100 gramos) que la banana (2,1 gramos por cada 100 gramos). Sin embargo, la banana es más rica en hidratos de carbono (26 gramos por cada 100 gramos) que el plátano (20 gramos por cada 100 gramos).