Adiós a las ventanas condensadas: el truco fácil y rápido para tener los cristales siempre nítidos
El jabón de Marsella es clave para crear una barrera contra la humedad
Los cristales empañados son de los más incómodos, quizás menos para los niños, que se dedican a dibujar figuras en ellos, que te resultarán aún más difíciles de limpiar. La cuestión es que la condensación sobre el vidrio es un fenómeno muy común, especialmente durante los meses más fríos del año. Las ventanas condensadas limitan la visibilidad, pero también pueden provocar problemas más graves, como el crecimiento de moho y el deterioro de las ventanas.
Pero existe un remedio sencillo y natural, que utilizaban nuestras abuelas, para prevenir este molesto inconveniente. La condensación se forma cuando el aire cálido y húmedo dentro de una casa entra en contacto con una superficie fría, como el vidrio de una ventana. Este fenómeno es más común en invierno, como decíamos. cuando la diferencia de temperatura entre el interior calentado y el exterior frío es notable.
Por lo tanto, la humedad presente en el aire se transforma en pequeñas gotas de agua que se depositan en los cristales empañándolos. Yendo ya al grano, el remedio para evitar esta condensación es increíblemente sencillo: basta con utilizar jabón de Marsella. Este antiguo jabón natural, conocido por sus múltiples propiedades, se puede aplicar sobre el vidrio para crear una barrera contra la humedad.
La forma de aplicarlo es la siguiente: coge una pastilla de jabón de Marsella y frótala ligeramente sobre la superficie del cristal. Con un paño suave, esparce el jabón hasta formar una capa fina y uniforme. Limpia las ventanas con otro paño seco hasta que brillen.
Lo que ocurrirá será que es que el jabón de Marsella dejará una ligera película protectora sobre el cristal, evitando que la humedad se adhiera a la superficie y evitando así la formación de condensaciones.
También existen otros remedios naturales para evitar la condensación. Por ejemplo, ventilar las habitaciones con frecuencia permite escapar el exceso de humedad. Incluso en invierno, abrir las ventanas unos minutos al día puede marcar la diferencia. Existen además deshumidificadores naturales, que puedes hacer utilizando sal gruesa o bicarbonato de sodio para absorber la humedad. Simplemente pon una pequeña cantidad en un recipiente y colócalo cerca de las ventanas. Otro remedio que te ayudará es intentar reducir la humedad interior de tu casa, por ejemplo, cubre las ollas cuando cocines o usa extractores de aire en el baño.