Cinco errores graves al preparar una ensalada de verano
Con la llegada del valor y el aumento de las temperaturas, las ensaladas se convierten en un recurso fácil, rico y saludable.
Con la llegada del valor y el aumento de las temperaturas, las ensaladas se convierten en un recurso fácil, rico y saludable. Sin embargo, no siempre son tan sanas ya que tienen mucho que ver con los ingredientes que se añaden y los aderezos con los que se aliñan.
Para realizar una ensalada perfecta, según señala el medio El Debate, las verduras deben suponer la mitad del plato. Estas pueden ser espinacas, canónigos, rúcula, espárragos blancos, zanahoria, remolacha, cebolla, tomates o pimientos.
Mientras, las proteínas deben suponer un cuarto de la ensalada. Algunas ideas son: pechuga de pollo troceada, legumbres como proteína vegetal, salmón ahumado, queso fresco, atún en conserva, bacalao desmigado, pulpo troceado o gambas.
Finalmente, el otro cuarto del plato serían los hidratos de carbono. Las opciones saludables que podemos utilizar serían, boniato, arroz integral, quinoa o legumbres.
Las claves para evitar errores
Desde la clínica de nutrición Alimmenta, según ha agregado el mismo medio, aportan las claves para no cometer errores:
- 1. Preparar los aliños en casa: por lo general, las salsas comerciales llevan una gran cantidad de sal, aceites de baja calidad o azúcares.
- 2. Los trozos de queso, los crotones, los pedacitos de tocino, las nueces y las semillas pueden incrementar la cantidad de sodio, grasa y calorías en una ensalada: recomienda añadir uno o dos como mucho.
- 3. En caso de ser plato único deberían contener hidrato de carbono, proteína y verduras.
- 4. Los protagonistas de las ensalada no pueden ser los toppings pero son una buena opción para hacer la ensalada más atractiva: evitar aquellos que vengan fritos, con sal y con azúcares añadidos.
- 5. La opción más saludable es la fruta cortada, frutos secos al natural o tostados y sin sal, semillas, queso fresco o fruta deshidratada sin aceite ni azúcares añadidos.