Captan la extraña lluvia de sangre que tiñe la playa de rojo por un fenómeno que también ocurre en España
Las imágenes de torrentes de agua teñida de rojo fluyendo por las playas de la isla de Ormuz, en Irán, han cautivado a miles de personas en todo el mundo.

Este fenómeno natural, conocido como "lluvia de sangre", ha generado gran curiosidad y diversas teorías. Sin embargo, su explicación es más sencilla de lo que parece y, lo que es más sorprendente, algo similar también se ha registrado en España.
El color rojo que caracteriza este fenómeno proviene de una particularidad geológica de la isla de Ormuz. La isla, conocida por su impresionante paisaje geológico, está llena de suelos ricos en minerales, especialmente óxido de hierro.
Durante las lluvias, el agua arrastra partículas de este mineral, tiñendo el agua de un color rojo intenso antes de que llegue al mar. Este espectáculo visual crea un paisaje surrealista en el que pequeños arroyos y cascadas de agua roja atraviesan las playas, haciendo que la escena parezca sacada de una obra de arte abstracto.
Aunque la imagen de "agua roja" pueda parecer desconcertante, los expertos aseguran que este fenómeno no supone ningún riesgo para el medio ambiente ni para la salud humana. El óxido de hierro, que es la principal causa de esta coloración, es completamente natural y no tóxico. Por lo tanto, no representa ninguna amenaza ni para los habitantes de la isla ni para la vida marina.
Lo más sorprendente es que este fenómeno no se limita solo a la isla de Ormuz. En España también se ha experimentado un fenómeno meteorológico similar, conocido como "lluvia de sangre", que se produce principalmente en los meses de primavera y verano. Este fenómeno, aunque no tan extremo como el de Irán, tiñe el cielo y los paisajes de colores rojizos y marrones debido a la calima que arrastra polvo sahariano hacia la península ibérica.
La lluvia de sangre en España
La "lluvia de sangre" en España ocurre cuando vientos procedentes del desierto del Sahara llevan consigo partículas de arena y polvo cargadas de óxido de hierro. Cuando estas partículas se mezclan con las gotas de lluvia, se crea una capa rojiza sobre los coches, las calles y las fachadas de los edificios, lo que da la sensación de que está lloviendo sangre.
Este fenómeno es más frecuente en regiones del sur, como Andalucía, y en las Islas Canarias, donde las tormentas de polvo del desierto son comunes. Aunque es más habitual durante los meses calurosos, también puede ocurrir en otras épocas del año debido a cambios en las condiciones meteorológicas.
En Andalucía, por ejemplo, este tipo de lluvia puede causar acumulaciones significativas de polvo en el ambiente, que se depositan sobre las superficies. El fenómeno tiene su origen en los vientos del Sahara, que, al moverse hacia el norte, entran en contacto con el aire frío en las capas superiores de la atmósfera, lo que favorece la formación de nubes y la posterior lluvia.
El polvo que viaja con estos vientos se mezcla con las gotas de lluvia y cae junto a ellas, resultando en una "lluvia de barro" o lluvia de sangre. Este fenómeno es más pronunciado cuando hay bajas presiones en el Golfo de Cádiz, como las que se han registrado recientemente.