Perros, cabras y pájaros se unen para predecir terremotos y erupciones volcánicas
El comportamiento animal, monitorizado desde el espacio, podría revolucionar los sistemas de alerta temprana de desastres naturales.
Un equipo internacional de científicos ha desarrollado un sistema pionero que combina tecnología de última generación y comportamientos animales para predecir desastres naturales como terremotos, erupciones volcánicas y tsunamis. Este ambicioso proyecto, denominado ICARUS (International Cooperation for Animal Research Using Space), utiliza pequeños dispositivos de rastreo colocados en animales y conectados a satélites para observar sus movimientos desde el espacio.
Desde hace siglos, se sabe que los animales se comportan de forma extraña antes de un desastre natural. Según Interesting Engineering, los registros realizados los días previos al devastador terremoto de L’Aquila, Italia, en 2009, hablan de serpientes que huyen, cabras que se niegan a subir a cierta altura en el monte Etna o también de sapos desapareciendo días antes del seísmo. Lo que quiere ICARUS, es aprovechar el instinto natural para crear un sistema de alerta temprana que use los datos recopilados directamente del animal.
Liderado por el biólogo y ornitólogo alemán Martin Wikelski, del Instituto Max Planck, el proyecto quiere integrar la tecnología más avanzada en sensores y microsatélites para monitorizar a miles de animales. Estos dispositivos recopilan datos sobre movimientos y comportamientos atípicos que podrían indicar un cambio ambiental crítico, ayudando así a mitigar desastres y comprender mejor el cambio climático.
El programa, que sufrió retrasos por problemas técnicos y la guerra en Ucrania, ha sido renovado gracias a la incorporación de los CubeSats, pequeños satélites experimentales. Estos dispositivos permitirán a ICARUS recopilar y analizar datos de manera eficiente, abriendo paso a lo que Wikelski denomina el "Internet de los animales". Este sistema de big data no solo podría prever desastres naturales, también revela patrones relacionados con el cambio climático y la salud del planeta.
En 2022, ICARUS ya estaba rastreando 46 especies desde la Estación Espacial Internacional, registrando comportamientos inesperados en murciélagos, aves y antílopes desde Alaska hasta Papua Nueva Guinea. Aunque el sistema aún está en fase experimental, sus desarrolladores planean expandirlo el próximo año con el lanzamiento de seis nuevos CubeSats que permitirán un seguimiento global más preciso.
El coste anual estimado del sistema ICARUS es de 10-15 millones de dólares, significativamente más bajo que los actuales sistemas de detección de tsunamis en el océano Índico, cuyo mantenimiento oscila entre 50 y 100 millones de dólares anuales. Para Wikelski, el monitoreo de la fauna desde el espacio no solo es más eficiente económicamente, sino que tiene el potencial de ser adoptado como método oficial por la comunidad científica.
“El vasto volumen de datos generados por los modernos minitransmisores nos dirá si los sensores pueden integrarse en un sistema de alerta temprana fiable. Si conseguimos predecir terremotos, erupciones o huracanes con mayor precisión, ICARUS demostrará que el conocimiento animal puede ser una herramienta valiosa para la humanidad", explica Wikelski.
Con el lanzamiento de los nuevos satélites previsto para el próximo año, el equipo de ICARUS se acerca cada vez más a su objetivo: un sistema global que no solo salve vidas humanas, sino que también utilice a los animales como aliados esenciales para comprender y proteger nuestro planeta.