La región española que recurre a drones para afrontar la plaga mortal de marzo para perros y niños
El Ayuntamiento de Madrid ha puesto en marcha un plan piloto para abordar este problema en las zonas con más pinos de la ciudad.

Cada vez bajan antes de los árboles y ahora van a seguir su avance hasta con drones. Se trata de la oruga procesionaria, que supone un peligro para mascotas como los perros y para los niños si entran en contacto con ella. El cambio climático está provocando que las condiciones para salir de sus bolsas blancas en las que anidan estas orugas en árboles como los pinos se den mucho más temprano que hace unos años. Por lo que bajan por tronco del árbol en su característica fila en procesión, de ahí su nombre, hasta el suelo.
Así que, en concreto, el Ayuntamiento de Madrid va a seguir su evolución con drones, ya que está prevista su posible presencia en los parques para este mes de marz. El primer vuelo con dron para la detección de estos bolsones blancos de oruga procesionaria ya ha tenido lugar en el parque de la Dehesa de la Villa de Madrid hace unos días.
A esta primera observación acudieron el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, acompañado por el concejal delegado de Limpieza y Zonas Verdes, José Antonio Martínez Páramo, y el concejal de Moncloa-Aravaca, Borja Fanjul, para hacer un seguimiento en estos trabajos por parte de los expertos en medio ambiente de Acciona. Esta empresa es la responsable actual del mantenimiento de los parques históricos y forestales de la capital española.
Esta iniciativa se trata, según explicaron, de un procedimiento experimental para ayudar en las tareas de detección de los técnicos municipales en lugares donde la magnitud de los árboles impide verificar su presencia. Si esta prueba piloto da buenos resultados, este sistema se podría incorporar en Madrid a zonas de con mucha presencia de pinos, como los parque de El Retiro, la Casa de Campo, El capricho y algunas zonas de Tres Cantos, La Elipa, San José y la Dehesa Boyal.
Como ha explicado el delegado, el Ayuntamiento de Madrid está finalizando los trabajos de control y reducción de la oruga procesionaria en los parques y zonas verdes del municipio. Desde enero, se han retirado 72.907 bolsones, más del triple que el año anterior, y se han colocado 4.578 anillos alrededor de los troncos de los árboles para evitar que las orugas desciendan al suelo, más del doble que en la campaña del año pasado.
Por lo general, las actuaciones contra esta plaga siempre comenzaban en verano y se prolongaban hasta el mes de febrero y en ellas se utilizan desde trampas de feromonas, a productos fitosanitarios autorizados mediante endoterapia, se retiran los nidos y se procede a la colocación de anillos perimetrales en los árboles.
Respecto a las recomendaciones oficiales a los ciudadanos, el Ayuntamiento de Madrid recuerda la importancia de evitar que niños y mascostas, que son los que más suelen intentar tocarlas, se acerquen a las orugas procesionarias. manipulación y el contacto cercano con las orugas procesionarias. Cuando se sienten amenazadas, estos animales liberaran pelos urticantes que causan lesiones en los ojos, piel y mucosas de personas y animales y pueden ser mortales en el caso de que algún animal las ingiera por accidente o curiosidad.
Tampoco deben los ciudadanos intentar eliminar estas orugas con su cuenta, según las autoridades municipales, si se detecta su presencia, es fundamental que se solicite la asistencia de expertos en el control de plagas fitosanitarias. Además, la manipulación inadecuada de disolventes, gasolina o insecticidas para intentar acabar con ellas siempre representa un riesgo considerable tanto para las personas como para el medio ambiente.