El pelo entre los dientes de este animal delata a devoradores de hombres
El ADN no engaña.
Un estudio ha permitido desentrañar nuevos conocimientos acerca de uno de los grandes depredadores sobre la faz de la tierra. Para ello se han analizado muestras de un suceso particularmente sonado del pasado, la serie de ataques de leones a seres humanos en la región de Tsavo, en Kenia (África).
Como se ha retratado en múltiples películas, entre marzo y diciembre de 1898, varios de estos felinos mataron y devoraron a varias decenas de trabajadores de la construcción del Ferrocarril Kenia-Uganda. Un estudio destinado a tratar de averiguar la dieta de estos animales mediante la extracción individual de cabellos de los dientes tomó como objeto de análisis restos óseos de estos leones de Tsavo, restos conservados en el Museo Field de Historia Natural de Chicago, según recoge el medio germano Spektrum.
Dicha investigación fue liderada por Ripan Malhi de la Universidad de Illinois Urbana-Champaig, junto a su equipo. Analizaron distintos cabellos que habían sido hallados en cavidades de los dientes de los felinos, especialmente un colmillo de uno de estos 'leones asesinos de hombres' -solo uno llegaba a comer carne humana, en realidad- donde se habían acumulado pelos de distintos animales.
Descubrimientos
En este sentido, el análisis de ADN determinó que ambos leones se alimentaban de una gran gama de mamíferos, entre las que se identificaron jirafas, orix, antílopes, ñus e incluso otros leones. Cabe recordar que es común que los leones machos maten y se coman crías de su propia especie si no se trata de su descendencia.
También que es habitual que los depredadores se aprovechan de presas humanas relativamente fáciles cuando van envejeciendo -economizar el gasto de energía según la facilidad de caza de la presa es algo que hacen incluso los lobos y que cambia sus dinámicas tradicionales- o tienen problemas dentales que les impide devorar con facilidad otro tipo de carnes más duras.