Asombroso nacimiento de un animal del que solo quedan 600 ejemplares
Su aparición en el mundo ha sorprendido a propios y extraños.
El pasado 3 de agosto, los trabajadores del zoológico de Chester (Reino Unido) fueron testigos de un acontecimiento casi milagroso, y que sorprendió sobremanera a todos los presentes. Se trataba nada menos que del nacimiento de un ejemplar de una especie en grave riesgo de peligro de extinción, tanto es así que apenas quedan en el mundo 600 ejemplares.
El animal, un onagro persa bebé, es considerado como uno de los animales más extraños del planeta. Se trata de una especie de asno salvaje cuyo hábitat ideal son las estepas y las montañas de Asia, y aunque parece un burro, en realidad está estrechamente relacionado con los caballos, aunque realmente es muy similar al asno doméstico.
Con este nacimiento, la especie parece dar un síntoma importante de supervivencia, aunque los expertos aseguran que aún queda mucho por hacer para asegurar su presencia en el planeta. Entre sus características físicas destacan su pelaje marrón claro además de su gran velocidad, pudiendo alcanzar los 70 km/h.
La madre de la nueva criatura es conocida como Azita, y fue ella quien lo llevó consigo durante el año de embarazo, hasta que el zoológico de Chester pudo dar fé del nacimiento de Jasper, como ha sido bautizado. En persa significa "portador de tesoros", y como es evidente, el nombre le va como anillo al dedo.
Perfecto estado de salud
Según informaron a medios británicos, la criatura se está adaptando muy bien a su 'nueva' vida, y destacan que muestra un carácter muy vivaz y activo, lo que le ha convertido en el foco de todas las miradas de trabajadores y visitantes del zoo.
Como es normal, durante estas primeras semanas, Jasper se encuentra conociendo y reconociendo la realidad, corriendo, saltando y brincando por todas las zonas. Para su suerte, y de acuerdo con los testimonios de sus cuidadores, su estado de salud es idóneo, algo provocado en gran medida a la presencia cercana y calurosa de su madre.
Pero aunque el nacimiento de Jasper haya supuesto una inyección de moral y esperanza para la conservación de su especie, la realidad es bien distinta, y parece que la supervivencia de los onagros requerirá de un gran trabajo por parte de todos los trabajadores y personas dedicadas a este fin.
