Alerta por el pescado con inyecciones de color: el 40% es falso
La Unión Europea ya alertó a España de esta estafa alimentaria.
Las irregularidades en el sector alimenticio son una constante contra la que desde los consumidores hasta los máximos organismos institucionales luchan con el objetivo de evitar que estas prácticas se lleven a cabo pese a que no son fáciles de erradicar.
Uno de estos problemas se ha detectado en uno de los artículos que pueden considerarse casi de lujo, como es el atún rojo. De entre las 15 especies de atún que existen, el rojo es el más valioso de todos ellos debido a las dificultades para pescarlos en aguas andaluzas, ya que se requieren técnicas de pesca selectiva.
Este tipo de atún ha adquirido un elevado valor, considerado todo un manjar para los restaurantes del más alto nivel. Pero como ocurre en este tipo de casos, cuánta más exclusividad y exquisitez tenga un producto, más 'triquiñuelas' o directamente, ilegalidades, se cometen para intentar hacer pasar un producto de inferior calidad por uno 'de etiqueta'.
La explicación de que este producto, el Thunnus thynnus, esté considerado de una forma tan positiva se encuentra en los beneficios que tiene para el organismo, ya que, además de u sabor y textura, cuenta con mayores ácidos grasos cardiovasculares que otros, además de ser un alimento que contiene Omega-3, fundamentales para el funcionamiento del sistema cardiovascular.
¿En qué consiste la estafa del atún rojo?
El fraude en cuestión consiste en 'convertir' un atún normal en uno 'rojo', a través, bien de inyecciones de sangre de pollo o empleando tinta de remolacha. Según informó en el año 2017 el Centro de Estudios Avanzados de Blandes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CEAB-CSIC), el 40% del pescado vendido en supermercados y establecimientos bajo la etiqueta de atún rojo, no lo son.
Pero ese porcentaje se eleva si hablamos de pescaderías y restaurantes, donde según el Centro, el atún rojo no es tal en un 58% y un 62% de los casos respectivamente. Esta estafa tiene una explicación, y es que, si se lograr introducir en el mercado como atún rojo, el precio puede incrementar su valor en hasta 10 euros el kilo sin levantar sospechas.
Según los expertos, uno de los principales aspectos para poder identificar si se trata de un atún 'tintado' de rojo se encuentra en el tono de color de los trozos, ya que -pese a ser muy complicado de detectar al venir cortados- el atún rojo no tiene un color uniforme, por lo que si en determinadas zonas que no deberían presentar un color rojizo, sí lo tiene, es una evidencia de que el filete ha sido manipulado.
De hecho, desde la Unión Europea ya dieron un aviso a España por la cantidad de intoxicaciones por histamina (vómitos, mareos y hormigueos) producidas al consumir los aditivos vegetales empleados para hacer parecer más más frescos los lomos.