¿Utopía feminista? El 8 de Marzo
Sí, la utopía es aspiracional y fue precisamente la aspiración de muchas mujeres a lo largo de los últimos siglos que hacen hoy posible la celebración mundial del 8 de Marzo. Representa el esfuerzo que millones de mujeres, y cada vez más hombres, hacen a diario para construir un mundo más igual.
La utopía es consustancial al ser humano. Es la aspiración hacia algo mejor. Nos hace realmente humanos.
Déjenme decir que disiento del imaginario colectivo donde utopía es sinónimo de sueño romántico y por antonomasia irrealizable.
Utopía es un buen lugar. Ese lugar mejor al que aspiramos y por el que todas y todos luchamos. Es pues una aspiración humana a vivir en libertad y alcanzar mayores niveles de felicidad y paz para todos los seres humanos, sin discriminación.
Pero utopía, más allá del mero progreso individual, tiene un marcado carácter social. Es, sobre todo, el esfuerzo aspiracional para asegurar que nuestras hermanas y hermanos gozan de los mismos derechos en plano de igualdad. Y es aquí donde cobra especial importancia la utopía feminista.
Cuando hablamos de utopía feminista, estamos hablando de algo muy nuestro, de hombres y mujeres, de humanismo, de nuestra lucha por los Derechos Humanos en general, y fundamentalmente de Feminismo, movimiento donde la igualdad, la libertad y la necesaria fraternidad entre mujeres y hombres se hermanan en un sólo término.
Desde esta perspectiva no puede entenderse el humanismo sin el feminismo, y de hecho podríamos colocar el feminismo como término que engloba y supera al humanismo desde la perspectiva de una absoluta igualdad entre mujeres y hombres. Es por tanto el feminismo una utopía que nos concierne a todos y todas.
En la lucha por los Derechos Humanos no podemos reducir la humanidad a unas pocas luchadoras y luchadores célebres. Las Clara Campoamor, Dolores Ibárruri o Victoria Kent; los Ghandi, Mandela o Martin Luther King tienen ya su lugar en la historia por su lucha por la igualdad y contra la discriminación. Pero la utopía feminista nos corresponde, hoy 8 de Marzo, a todas y todos.
La utopía es pues una realidad, aspiracional, pero una realidad, nuestra realidad. La utopía feminista es la mayoría de las veces una lucha callada, de la que todas y todos tenemos la oportunidad de ser parte -si tan sólo aspiramos a ser humanos en plano de igualdad.
La utopía feminista no es un sueño, no es irrealizable, es un lucha real y el 8 de Marzo es, sobre todo, una fecha tangible en nuestros calendarios. Un día internacional de las mujeres para que los hombres salgamos a la calle y así, junto a las mujeres, reivindicar que es posible un mundo mejor.
Al celebrar el 8 de Marzo, y cada día del año, podemos darnos la oportunidad de hacer cambios en nuestras vidas, en nuestras empresas, en nuestra forma de comunicar. Cambios que poco a poco contribuyan a darle voz real y un sitio igualitario a esta mitad de la humanidad invisible y sin la que no podemos hablar de una humanidad completa.
Cambios sencillos pero que hacen una diferencia, como los que propone Pamela Clark en sus 35 Practical Steps Men Can Take To Support Feminism, que puedes también leer aquí en español.
Sí, la utopía es aspiracional y fue precisamente la aspiración de muchas mujeres a lo largo de los últimos siglos que hacen hoy posible la celebración mundial del 8 de Marzo. Representa el esfuerzo que millones de mujeres, y cada vez más hombres, hacen a diario para construir un mundo más igual.
Sí, la utopía es aspiracional pero realizable. Realizable en el 8 de Marzo, que no sólo es un día, es una actitud, un enfoque y una lucha diaria para muchas y muchos.
Sí, la utopía es aspiracional, pero necesaria si somos progresistas. El 8 de Marzo es progresista, y no podemos hablar de progreso si no hablamos de igualdad entre mujeres y hombres -la utopía feminista.
Una utopía feminista real, como la que encarnan las mujeres del Centro para la Igualdad 8 de Marzo en Fuenlabrada, y que día a día hacen de este mundo un mundo mejor. Mujeres que nos hacen creer en la utopía -la utopía feminista.
Y es que, como decía Oscar Wilde, el progreso es la realización de las utopías. Y la utopía feminista tiene un símbolo para reivindicar y celebrar, el día 8 de Marzo.