Crear empleo
El Gobierno de Rajoy no tiene un modelo hacia el que caminar. Su hoja de ruta se limita a seguir las recomendaciones/dictados de la troika, aunque las consecuencias de las medidas sean socialmente dramáticas.
Abrumados como estamos por los datos macroeconómicos, parece que el principal problema de nuestra sociedad, el desempleo, ha desaparecido de las páginas de los diarios. A veces uno llega a pensar que si, al igual que la polémica sobre los pitidos en los partidos de fútbol, no se estará creando una interesada y densa cortina de humo para no tratar el asunto que arrastramos como una pesadilla, y al que nadie parece saber cómo afrontar: el paro.
Soy de la opinión de que el Gobierno de Rajoy no tiene un modelo hacia el que caminar. Su hoja de ruta se limita a seguir las recomendaciones/dictados de la troika, aunque las consecuencias de las medidas que se derivan de las mismas sean socialmente dramáticas. De hecho, ha puesto mucho más énfasis en una reforma laboral que desmonta derechos sociales asentados hace décadas, que en el impulso a la creación de empleo. Así nos va, y no parece mejorar.
Es, por eso, momento de poner sobre la mesa alternativas. El ladrillo de Valdevaqueros, o los casinos de Eurovegas no nos van a sacar de la crisis. Al contrario: nos llevaron a ella, y allí nos dejarán. Hacen falta otras ideas, nuevas propuestas, y apuestas diferentes. Necesitamos un modelo diferente capaz de regenerar nuestro tejido productivo en el medio plazo.
Y el caso es que es posible hacerlo. Hace no demasiado tiempo las empresas españolas eran líderes mundiales en el desarrollo de energías renovables. Se generaron decenas de miles de empleos, y hoy una parte sustancial de la energía eléctrica que consumimos la produce... el viento. Fue un magnífico ejemplo de cómo se pueden compaginar los intereses estratégicos de un país, con un nuevo desarrollo. Nuestra enorme dependencia energética del exterior empezó a disminuir, se consolidó un liderazgo sin precedentes.
Por desgracia, el Gobierno de Zapatero comenzó a tomar medidas que dañaron gravemente a este sector, que recibió el golpe mortal definitivo con la moratoria en las ayudas a las energías renovables que dictó el Gobierno de Rajoy pocas semanas después de su toma de posesión. Hoy las empresas que pueden están produciendo fuera, y muchas otras simplemente están desapareciendo.
Y hay más alternativas que explorar además de las renovables: enfocar el sector de la construcción hacia la rehabilitación de viviendas con criterios de ahorro energético, aumentar la inversión en I+D+i y fomentar la investigación en el sector privado potenciando las tecnologías que permiten crear empleo en nuevos sectores sostenibles, proteger y restaurar espacios degradados...
Mucha gente está trabajando en ellas. Pero hace falta un cambio radical en las políticas del Gobierno, y una determinación a anteponer los intereses de la gente al mandato de la troika. Podemos pero hay que querer.